Capitulo 14

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Sus labios, las yemas de sus dedos rosando mi piel, sus manos tocándome y llevándome a donde nadie más había logrado llevarme, su aliento en mi piel, era perfecto, el entorno era perfecto, él era perfecto.

— ¡Belikov! —Usch, esa molesta voz. Deje mi lápiz sobre la mesa y centre la vista sobre mi horrible y desagradable profesor de algebra.

— ¿Sí, profesor Bessler? —Su apellido me costaba tanto decirlo, tal vez era porque era ¿británico? O ¿alemán? No sabría decirlo, solo que el condenado era muy difícil de pronunciarlo.

—Si no le interesa mi clase puede retirarse, pero este no es lugar para dormir —él dijo con ese horrible acento que muchas veces no era entendible. Internamente rodee mis ojos.

—Lo siento —dije como me acomodaba en mi silla e intentaba prestar atención a la horrible clase.

—Que no se repita —el me señaló con su marcador como volvía su atención al pizarrón y continuó con su clase explicando lo que fuera que estuviera explicando.

—Bastardo —musité por lo bajo y me dispuse a tomar apuntes.

En serio ¿en qué mundo voy a utilizar un cuadro al trinomio perfecto? Tanto estudio para nada, nada de lo que veo aquí me sirve para solucionar los problemas de la vida real. Continúe tomando apuntes y resolviendo ecuaciones hasta que mi móvil sonó anunciando un nuevo mensaje, mirando hacia el frente que el aburrido profesor no me viera lo saque dentro de mis piernas.

"Tenemos mucho de qué hablar ~ C"

Deje caer mi cabeza sobre la mesa. Putas, lo que me faltaba. Pensé que podía hacer eso sin que nadie supiera nada, pero debí saberlo mejor, Christian lo sabe todo, aunque a veces no quiera saberlo. Tome de nuevo mi móvil y teclee una rápida respuesta.

"Después de clase te veo en mi casa ~ R"

No recibí una respuesta luego de ello, pero no había porque, era más que obvio que Christian me estaría esperando en casa; intente inventar una escusa o planear algo que decir, pero nada salió y es que no era para menos ¿Cómo le explicas a tu mejor amigo la locura que habías echo? Creo que nadie tendría palabras para expresar semejante cosa ¿Porque tu mejor amigo tenía que ver cosas? ¿Por qué no podía ser un ñoño que no se percatara de nada?

El timbre sonó y tome mis cosas rápidamente, tire mi tarea sobre la mesa del profesor ganándome una mirada de reproche la cual no me importo ¿En serio no se da cuenta de que nada de lo haga o diga me interesa? Negando con la cabeza me adentre a los pasillos perdiéndome en la multitud, mire hacia una ventana y un diluvio caía, típico de esta ciudad. Fui a mi casillero por mis cosas, gracias al cielo Dimitri me había devuelto mi auto por lo cual no me tenía que mojar. Deje los libros y tome el paraguas, pero entonces una sensación de ira e inestabilidad me golpeo tan fuerte que si no hubiera tenido el casillero enfrente mío me habría caído de rodillas al suelo. Intente estabilizarme, pero las olas de iras y miedo cada vez eran más fuertes, eran sensaciones desconocidas, pero más que claro no mías; trate de tomar aire y mantenerme de pie, con gran dificultad encontré mi móvil, marque su número lo más rápido que pude y al tercer anillo respondió.

Roza —su voz llego a mí como un manto. Sentí la ira salir de mi cuerpo para ser remplazada por el gozo y un poco de dicha, la ira seguía ahí, pero no era el sentimiento a predominar.

— ¿Estás bien? —pregunte tratando de reunir un poco de aire. Una cosa era sentir y manejar tu ira, pero era una cosa totalmente diferente luchar con la de otra persona.

Ángeles & Demonios.Where stories live. Discover now