Ángeles & Demonios.

Capitulo 17

PDVD

Mi cuerpo crujió al estirarme, estaba agotado física y mentalmente. Tome mi maleta de mano y baje del jet que poseía la familia. Omsk era frio por esta época del año, el otoño se estaba despidiendo para darle paso al invierno crudo que se avecinaba. Afuera estaba un SUV negro que me esperaba y parado justo a un lado de él estaba Razvan, el indicio de todos mis problemas. Razvan no era mala persona, pero tampoco era buena. Al igual que Alina, era un demonio, pero la diferencia con esta era, que tenía muchos siglos encima.

Hace mucho tiempo atrás, Razvan, junto con su hermano Velkan, crearon una orden de seis demonios, cada uno para cada familia vampírica que habitaba en la tierra exceptuando la mía. Alina hubiese sido el séptimo miembro logrando así, que una de las seis familias tendría dos demonios con su sangre. Los seis demonios fueron creados por seis padres vampiros en un juego de azar en el siglo XVll, cuando las mujeres valían tan poco que debían hacer lo que los hombres les dijéramos, logrando así, la creación de seres despreciables y oscuros, al igual que Alina.

Cuando estaba más joven existía una leyenda en nuestro mundo sobre criaturas oscuras y despiadadas, criaturas que, al igual que los vampiros, no podían morir y que aparte de ello tenía un pacto con el demonio; según contaba la leyenda estos demonios eran entregados a Satanás desde niños por sus padres a cambio de un regalo o como deuda de un favor no saldado, estos se convertían en sus hijos y por consiguiente en sus esclavos por la eternidad. La única manera de morir de un demonio como estos era por medio de un ángel o una gota de su sangre sería suficiente para dejar de pertenecer a Satanás, el único problema era que en la tierra sólo existían dos ángeles cuyo poder de uno era equivalente al veneno no teniendo efecto sobre sus cuerpos, dejando así al segundo que era el portador de vida y todo lo bueno, pero igual de inalcanzable para cualquier mano que nos fueran las mías. Por eso me encontraba frente a este hombre, él tenía respuestas que yo quería pero, sobre todo, sabía algo esencial, algo que sería crucial en la vida de Rose y eso era su madre.

Janine desapareció en el invierno de 1991, un mes después de dar a Luz a Rose, no dejando rastro ni pista con la cual la pudiésemos encontrar. Yeva aseguró que ella no se encontraba en el cielo ni en el infierno, que estaba en una especie de limbo controlado por criaturas oscuras, ¿la razón? No la sabía, pero estaba seguro de que pronto la descubriría. Luego de pasar años buscando documentos que me revelaran la verdad de mi mundo di con los demonios. Al principio me recordó a las leyendas que contaban en la época Isabelina, pero luego de mirar más afondo me di cuenta que de leyendas no tenían nada, todo lo escrito en los viejos pergaminos era real, Yeva me lo confirmó.

Seguí pistas y acertijos durante mucho tiempo, pero todas me llevaban a un callejón sin salida, hasta la primavera del 2001. En un viaje de vacaciones con Rose conocí a Razvan, al principio fue un encuentro fortuito, eso fue lo que pensé, hasta que días después Rose desapareció de uno de los parques y tras horas de buscarla di con ella en un viejo bodegón de las afuera de la ciudad, su olor era como miel para mi olfato, no importaba donde se encontrara, siempre la iba a encontrar.

La encontré inconsciente sobre una mesa de metal. Estaba tan aliviado de encontrarla que no me fije en mí alrededor, hasta que me vi rodeado por seis hombres, todos de complexión grande y peligrosa. Algo en el momento me dijo que no eran buenos y que ellos sabían más de la cuenta sobre Rose, sin embargo, ese día no tuve respuesta. Como supuse aquel día, Razvan era el líder y nos dejó marchar con la promesa de vernos algún día. Y la cumplió.

—Oh Dimitri, viejo amigo, que dicha volver a verte. —Levante la ceja irritado.

Razvan me recordaba ciertamente a Abe con su cabello oscuro y su piel levemente bronceada, sus ojos eran de un negro carbón no dejando cabida para el blanco de su esclerótica, no sé cómo hacían para convivir con los humanos.