Confesión

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Habían pasado varias semanas desde aquel trágico accidente que había terminado por romper la relación entre Haruka y Nagisa, la menor de ambas no había vuelto a pisar el edificio residencial del Curso Maestro, siendo sus únicas visitas estrictamente profesionales; Tokiya y Haruka habían roto, no se hablaban y apenas se le veía la sombra a la compositora de Starish, según los rumores, estaba devastada por su rompimiento.

-¡Nagisa-chan! -la pelinaranja volteo a ver a Otoya, quien se acercaba corriendo hacia ella- ¿Asistirás a la cena de la empresa? Será privada...

-Seguramente, no creo que a Camus le de mucha risa que prefiera encerrarme en el departamento a ver películas malas de los ochentas, con una pijama de unicornio y comiendo helado -sonrió con dramatismo

-Suena como el fin de semana perfecto -bromeo el pelirrojo haciendo reír a la joven- Vale, entonces te veré ahí... ¡Diablos! Voy tarde a la practica

-Será mejor que te vayas, entonces

La joven vio al pelirrojo desaparecer corriendo dentro del edificio residencial, no había dado más de tres pasos cuando Tokiya apareció en su campo de visión, la joven se tenso cambiando inmediatamente de rumbo, prefería rodear todo el campus a toparse con él y pasar por un momento incomodo. 

-¡Nagisa, espera! -Tokiya la sujeto del brazo- ¿Podemos hablar?

-Tenía entendido que tenían practica

-Diablos... -se quejo- Bueno... ¿Puedo verte esta noche en el jardín de atrás?

-Seguro... -respondió sin verlo

-Vale, después de las siete estoy libre... ¿está bien para ti? -la joven asintió- Bueno, te dejo... 

La chica suspiro con pesar, sintiendo el mundo entero en sus hombros solo por un drama con el ex de su hermana, no es que ella fuera engreída, pero si Tokiya la había besado y ahora la citaba en privado a la luz de la luna, bueno, sonaba como la declaración perfecta. Nagisa maldijo a los Dioses de solo pensar en esa posibilidad, estaba aterrada. 

Cuando levantó su vista del suelo dispuesta a irse, se encontró cara a cara con su hermana, quien la miraba con expresión sombría; Nagisa suspiro resignada.

-¿Y decías que no te interesaba Tokiya? -escupió Haruka- Eres una perra arrastrada, pero anda... disfruta de mis sobras

-Lo que tú digas, Haruka...

Sin decir nada más, la menor de ambas se alejó rumbo a los edificios principales, esperando encontrara a Ringo para matar el tiempo en lo que la hora de su reunión con Tokiya llegaba. El reloj avanzó de forma aterradora, cuando Nagisa se dio cuenta, ya estaba llegando a su lugar de encuentro con Tokiya, quien la esperaba mirando a la pequeña laguna frente a él.

Nagisa se tomo el tiempo de mirarlo; era endemoniadamente guapo, talentoso y muy amable, pero a pesar de todas sus virtudes y del obvio encanto que tenía sobre ella, su lealtad a Haruka era mayor que su cariño por Tokiya. Nagisa avanzó decidida a que si recibía una declaración, tendría que rechazarla, por el bien de su hermana y por su armonía interior.

-Tokiya-san...

-¡Nagisa, si has venido! -sonrió nervioso el varón- Yo... lamento haberte hecho venir hasta tarde

-En realidad tenía trabajo aquí todavía... -mintió, no era bueno darle esperanzas

-Ya veo... Aun así, gracias por venir

-Claro, no hay problema -sonrió ligeramente- Entonces, ¿qué querías decirme?

-Bueno, yo... -rascó su nuca incomodo- Principalmente quiero disculparme por lo ocurrido con Haruka, de no haberte besado ella no te habría golpeado..

Mi canción del corazón {Utapri}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant