Capítulo 15: Relación secreta

450 17 0
                                    

Esther

—Se nota que él te quiere. —me dice mi primo; todo el mundo estaba muy plasta con que hacíamos una pareja perfecta y que si él me quiere.

—Somos hermanastros. —le digo ya de forma monótona, ya estaba acostumbrada a decir eso a toda persona que me dijera que él me quería —. Y además vamos a tener un hermano en común. —añado cuando me acuerdo de la noticia que nos ha dado mamá hace poco, vaya se me hacía extraño pasar de hija única a ser hermana mayor.

—Y eso que más da. —aparece Nayara con una Coca Cola y se une a nuestra conversación —. Siento haberme metido en la conversación, pero es que os he escuchado y no lo he podido evitar. —se disculpa sonriente —. ¿Y como es eso de que vas a ser hermana mayor? ¿Tu madre está embarazada? —me mira sin entender cuando se acuerda de la segunda parte de lo que he dicho, asiento a sus preguntas —. ¿Y cómo es que no me lo has dicho? —se queja fingiendo estar ofendida.

—Solo lo sabe la familia. —me excuso —. Nos lo han dicho esta mañana. —le explico.

—¿Estáis hablando de la gran bomba de esta mañana? —pregunta Sergio acercándose —. Seremos una familia numerosa y yo soy el mayor. —dice orgulloso.

—Sí, hablábamos de eso. Veo que estás encantado con la noticia. —observa mi primo.

—¿Y vosotros no? —pregunta sin entender porque nosotros no estamos tan felices como él.

—Sí, claro. Solo que me ha pillado de sopetón. —le explico —. Estoy muy feliz e ilusionada. —sonrío y es verdad que estoy deseando tener a la niña o niño en mis brazos.

—¿Que pasa aquí? —se une Daniel a nosotros junto con Leo —. Parecíais una secta, todos ahí reunidos en círculo hablando. —añade riéndose junto con su acompañante.

—Que sepáis que vosotros también estáis dentro de esta secta. —les contesta Nayara —. Boom, en vuestra cara. —termina diciendo como una niña pequeña, por lo que todos nos reímos. Mi amiga y su lado infantil, las quiero a las dos.

***

"Nos hemos besado."

Es lo único que se reproduce en mi mente ahora mismo.

Lo que pasa es que me ha gustado y eso es lo que me preocupa. Esto no puede suceder.

—Ahora sé que me vas a decir. Que no podemos hacer esto. Pero ha sido un impulso y lo he querido hacer desde hace mucho. —me dice antes de que pueda contestar.

Aunque hay que reconocer que es normal que diga eso, porque siempre que él me planteaba ese tema yo le decía lo mismo.

—Yo también quería hacerlo. —respondo a lo que él se sorprende por mi respuesta. También me sorprendo al ver que he sido capaz de decírselo.

—Entonces deberíamos estar juntos. No sé. Todo menos reprimir nuestros sentimientos. —pronuncia ilusionado de que haya esperanza para un nosotros.

—Tú estás loco. Te lo repito no podemos estar juntos. Nuestros padres son pareja y van a tener un hijo. —le recalco para que se de cuenta de la situación y de que esto es imposible.

—Puede ser nuestro secreto. —disparata acercándose más a mi de lo que ya está.

—No podemos... —empiezo a decir, pero no puedo continuar ya que hay algo o mejor dicho alguien que me interrumpe dándome un beso en los labios. No lo puedo evitar y le correspondo al beso.

A lo mejor es disparatado lo de empezar una relación secreta, pero después de esto puede que no lo sea tanto.

—Acepto. —accedo cuando acaba de besarme, se me queda mirándome extrañado, por lo que acabo de decir.

—¿A qué te refieres? —apoya su frente en la mía.

—A que acepto tener una relación secreta contigo. —sonrío y tras escuchar eso Sergio también lo hace.

—Te quiero. —me da alegre un beso en la mejilla.

Se me estremece la piel ante su tacto.

—Yo también te quiero. —le miro a los ojos con una sonrisa.

—Lo sabía, me debéis dos euros. —se escucha decir a Nayara que está reunida junto a los demás mirándonos. 

—Felicidades pareja. —nos felicitan todos después.

—¿Habéis hecho una apuesta? —se ríe bromista Sergio.

—Claro, lo dudabas. —responde de forma diva Nayara haciendo que todos nos reímos.

—Nuestros padres no se pueden enterar de nada. —les pido a nuestros amigos —. Queremos ser nosotros quienes se lo digamos. —les miro, ellos asienten. A lo que yo les agradezco junto a Sergio.

Después de unas cuantas horas los chicos ya se han ido. Ahora estoy hablando por el teléfono con Nayara para preguntarle si ya ha llegado a casa. Mientras siento unos brazos rodearme la cintura y una cabeza apoyándose en mi hombro derecho. Me gusta esta posición, en realidad me gusta estar en contacto con él.

—Tu padre y mi madre están en casa, nos pueden ver. —le susurro cuando me giro para mirarle a la cara.

—No lo puedo evitar. —susurra dándome un casto beso en los labios.

—Pues lo tienes que intentar. —le susurro dándole un beso en su mejilla.

—Así no me ayudas mucho. —se queja a lo que yo sonrío.

—Hola —saluda alguien acercándose a la puerta de mi habitación, nosotros por acto reflejo nos separamos.

Cuando se acerca la persona a la puerta descubrimos que es mi primo. Casi nos descubren. Tenemos que tener más cuidado, porque la próxima vez puede ser que no sea mi primo.

—Venía ha deciros que la cena ya está lista. —nos avisa y se va por la puerta.

—Tenemos que tener cuidado. La próxima vez puede ser que nos pille otra persona que no sea mi primo. —hablo en voz baja.

—Buscaremos un sitio para vernos. —propone —. Pero, ¿cuál? —se pone en modo pensativo.

Un amor entre hermanastrosWhere stories live. Discover now