Capítulo 18.-Choque de verdades

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Acelero.
Noto como la moto vibra y el motor ruge. Ya no puedo ir más rápido. 160 km/h. Si mi madre se enterase de la velocidad a la que conduzco me mataría. Bueno, también podría matarme por conducir una moto rota. Pero no lo hará, porque no está aquí, como siempre. Un fogonazo de ira cruza por mi mente, intento acelerar aún más. Mi madre no está, no duda en abandonar a sus hijos en cuanto consigue un poco de atención. Mi vida está vacía de amor. En ese momento aparece ante mis ojos una imagen de Fresa. La descarto rápidamente, es igual que mi madre. Solo busca atención, en cuanto perdió la mía la busco en otro. En Taymour, no entiendo como ha podido hacerme esto, es de mis mejores amigos. Tampoco entiendo como ha podido hacerme esto ella, le confesé lo que sentía, no debí hacerlo. En ese momento aparece un camino de tierra, no dudo en girar e introducirme en él. Sé que lleva hasta un claro, he ido un par de veces, es uno de los lugares donde puedes beber tranquilamente sin miedo a que te encuentren, los jóvenes lo sabemos. Estoy seguro de que a esta hora estará vacío. El camino está destrozado debido a las lluvias, pero eso me ayuda a apartar la imagen de Fresa de   mi cabeza. Esa imagen, tirada en el suelo de la cocina con Tay encima, riendo como un par de idiotas. Estoy seguro de momentos antes estaban besándose, por la rapidez con la que se han apartado. Aunque el tonto soy yo, que como un idiota me disponía a pedirle perdón por haber estado evitándola. La ira me ciega, casi he llegado al claro, creo que me entretendré tirando piedras o no lo sé. Algo que me alivie.

Estoy tan ansioso por llegar que no veo la piedra, la rueda choca contra ella, se desvía y yo salgo volando por encima de ella. Ruedo por el suelo, permanezco allí quieto durante unos segundos, trantando de orientarme. Finalmente intento levantarme antes de perder la consciencia.

***

De repente noto sabor a sangre. Corro al baño para lavarme la boca. No me he dado cuenta y he estado mordiéndome el interior de la mejilla hasta hacerme sangre. La angustia me recorre, pero no solo a mí, todos estamos dando vueltas por el salón. Llevamos todo el día recorriendo la ciudad, Turk no aparece por ningún lado. Tememos que le haya pasado algo.

Cuando noto que ya no sangro, vuelvo al salón. Se me acerca Yerai.

-Ey, Fresa, sé que no es un buen momento pero, ¿podrías dejarme tu teléfono? Tengo que llamar a Dax.

-¿Cómo puedes estar pensando en él en este momento?

-No pienso en él, pienso en Turk, por eso quiero avisarle de que no voy a ir a la fiesta con él.

Eso me da una idea, puede que Turk esté allí. Se lo comento a sus amigos y están de acuerdo conmigo en que podemos buscarlo allí. Todavía faltan horas para que comience pero insisto en ir antes. Se burlan de mí así que decido conducir yo misma hasta el lugar. No tengo carnet pero eso no me detendrá, sé conducir. Por suerte Tay accede a venir para ayudarme a encontrar el lugar.

Estoy tan centrada en no salirme de la carretera debido a los baches y en hacer caso a Tay que me está indicando el camino que casi me llevo por delante una moto que hay tirada en el camino. Taymour la reconoce así que decido salir a investigar.

Descubro que la moto ya estaba en un estado lamentable antes de que chocase, no me paro mucho con ella y sigo buscando. Taymour se ha internado en el bosque por el lado derecho así que yo lo hago por el izquierdo, aunque no consigo ver nada debido a que el sol ya se ha puesto.

Tropiezo y caigo al suelo. Suelto un par de maldiciones y busco el objeto con el que me he tropezado para poder patearlo. Palpo el suelo y descubro que es un pie. Dejo escapar un grito pero no escapo, me acerco buscando su cara.

Por favor que no sea un cadaver, por favor... suplico.

Tay aparece a mi lado sudoroso, ha venido corriendo. Con su móvil nos ilumina mientras que yo levanto el cristal del casco, es Turk. No sé si gritar de alegría o llorar. No me atrevo a moverlo por miedo a las lesiones que pueda tener.

Quedarme a tu ladoWhere stories live. Discover now