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" Pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz..."

1 Corintios 14.33



Bruno

Había mucha luz al aire libre, porque era de día y resplandecían los rayos de sol sobre mi rostro. Una brisa de aire cálida rozaba sobre nuestra piel, la hierba verde sobre el que estaba sentado picaba ligeramente y el canto de los pájaros no dejaba de cesar. Entonces fue cuando me di cuenta que no estaba solo. Tuve que esperar a recuperar el aliento casi durante un minuto cuando la vi. Una chica pelirroja estaba al lado mío, sonriendo y viendo el cielo azul. Le observé fijamente sintiendo curiosidad por saber quien era. Sus ojos se encontraron con los míos durante unos segundos y luego giró la cabeza hacia el cielo nuevamente, soltando un largo suspiro. Parecía contenta y en paz, y sentía curiosidad por saber si era por mí. No hablé hasta que sonrió de oreja a oreja de nueva vez, respiro profundamente el aire fresco del lugar y me vio a los ojos con dulzura.

- No tengas miedo - dijo y su voz era aguda y dulce como un caramelo - Estamos con Él, y Él esta en medio de nosotros 

Sus palabras me abrumaron y quede perplejo cuando trataba de deducir a quien re refería cuando mencionó "Él". Ya me lo imaginaba pero no lo quería aceptar. Tenía miedo literalmente como ella me lo había dicho. Era hermosa y sobre sus mejillas se exponían unas pecas que combinaba con su pálido color de piel, sus ojos verdes y su cabello pelirrojo largo y ondulado. 

- Sí- admití aun sorprendido

No llegué muy lejos antes de darme cuenta que solo era un sueño. Un profundo pero satisfactorio sueño. Fue extraño de cierta manera, jamás había soñado con una mujer y eso me tenía inquietado. Pasé largas horas dándole vueltas al asunto y en mis oraciones tuve el atrevimiento de preguntarle a Dios si ese sueño venía de parte de él. Leí la biblia y releía encontrando una respuesta, hasta que el Espíritu Santo me llevo a 1 Corintios 4.6 "No vayas más allá de las cosas que están escritas". Fruncí el ceño tratando de entender. Lo leí con suma atención y medite. Alce mi cabeza y miré hacia mi ventana. Me sorprendí al ver más de un pájaro hermoso y reluciente, todos de diferente color encima del cristal y otros sobre el borde o la rendija que cubría el ventanal. Sonreí cuando llego el entendimiento a mi mente y a mi corazón. Dios no quería que me adentrara en algo místico y sentí en mi corazón que para Él no es necesario los sueños para transmitirnos un mensaje. Si queremos saber lo que significa un sueño y lo que Dios pide de nosotros, no hace falta ir "más allá de las cosas que están escritas" en la Biblia. Era solo un sueño, solo eso. Lo que me dejaba sorpresivo era que el rostro de la chica me fue absolutamente real. Sin embargo, en lo que si podía confiar es en los sueños y revelaciones de la biblia, ya que aquellos hombres tuvieron sueños reveladores de parte de Dios al ser llevados por el Espíritu Santo.

Me sobrecogía la calma porque Dios estaba conmigo en todo momento. Aunque en casa no estaban de acuerdo, yo luchaba día a día por una restauración y porque mis padres se dieran cuenta de mi transformación. Estaba sometido a él y nada de eso quería cambiar. Daba gracias a Dios por la vida de Aurora, quien me ayudó a que me encontrará cara a cara con Dios Padre. Lo demás vino por anhelo y persistencia mía. 

A la mañana siguiente de que salia del trabajo y recibía mi paga semanal, me fui directo a casa a darme un baño. Una vez en la regadera, dejé caer toda el agua sobre mi espalda cerrando los ojos y relajando los músculos uno por uno. El agua descendía despacio como si estuviera purificando mi cuerpo. Mientras el agua descendía y descendía, pensé en las palabras que había leído hoy en la Biblia después de haber orado por casi hora y media. Leí la epístola de 1 Corintios 14.33 " Dios no es un Dios de confusión, sino de paz...". Descubrí que en un principio sentía que Dios quería confundirme con el sueño que tuve con aquella chica, pero en cuanto sentí esa sensación carnal dentro de mí, el Espíritu mismo me dijo << Abre tu biblia en 1 Corintios 14 y escudriña con la fe puesta en mí>>. Lo hice, y tuve miedo, pero cuando me encontré con semejante revelación mi mente y corazón comenzaron a apaciguarse y eso se sentía bien. 

Perdonar merece la pena [TRILOGÍA #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora