하나

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—Hmph...—  el chico de la piel un poco morena hizo una mueca con sus labios en cuanto llegó hasta donde el castaño le esperaba, llevo sus manos hacía su cintura y soltó un suspiro frente a su primo— Es una desgracia, te tocó en otro salón.—notificó.

El castaño volteó a mirar al más alto con una mirada llena de desilusión al escuchar las palabras de su primo y entreabrió sus labios dispuesto a decir algo. 

—Oh, Nam, yo quería estar contigo... — dijo Seokjin con cierto tono desanimado en su voz. 

—Y yo contigo, Jin— suspiro Namjoon, dando un par de pasos hacía el frente, cortando al distancia que había entre ambos, alzando su mano derecha, llevándola hacía el cabello castaño del contario, repartiendo pequeñas caricias en el— De todas formas, no te escaparás de mí porque iré terminando las clases por ti.

Dicho aquello, una sonrisa creció en los carnosos labios de Kim Seokjin.

—¿Lo prometes?— le miró atento y Namjoon asintió con la cabeza mientras tenía una linda sonrisa en su rostro.

— Por supuesto, sino, ¿Cómo planeas regresar a casa, Jinnie?— rió por lo bajo, apartando su mano del contrario. 

—Ah, ¡cierto!, estaré viviendo contigo...— dijo Seokjin con una sonrisa ladina en su rostro.

— Así es, finalmente aceptaste a mudarte conmigo. 

Jin asintió con la cabeza con una pequeña mueca en sus labios, no le desagradaba la idea de vivir nuevamente con Namjoon, en cambio, le parecía totalmente agradable, él amaba a Namjoon, después de todo era su único primo y la persona con la que había convivido la mayor parte de su vida, pero, le resultaba extraño estar en un lugar tan poblado y sobre todo, volver a vivir con él después de tantas cosas que habían pasado. 

—Me gustaba el lugar dónde vivía antes... era algo pequeño y lindo, estar en Seúl es mucho para mí.

—¿No te gusta aquí? — le miró sorprendido—. Todo es mejor que vivir con mis padres.

Jin rió, él tenía razón. 

—Tú sólo quieres que te haga de comer— añadió el castaño.

—Amas hacerlo, de hecho me amas tanto que por eso viniste aquí— dijo Namjoon abrazando al chico castaño quien sólo rió como respuesta, fijando su atención en los alumnos que pasaban y les miraban curiosos por aquél abrazo tan afectivo en público. 

A Jin jamás le habían importado las miradas de las personas cuando él abrazaba a hombres o a mujeres sin ser nada, ya que el castaño se había acostumbrado a brindar amor y a expresar lo que sentía sin importar lo que los demás pudieran decir, pero, por alguna razón Jin se sintió incómodo en cuanto sintió la mirada fría de un chico, un completo desconocido quien se encontraba sentado en una mesa — a una corta distancia de ambos primos— debajo de un árbol que le brindaba un poco sombra. Seokjin se alejó de su primo casi al instante, fijando su total atención a ése chico, analizando al desconocido con interés y sin poder evitarlo, su sonrisa se hizo muy grande al ver los rasgos físicos que poseía ésa persona, los cuales, le recordaban al objeto que siempre quiso y se le prohibió en su niñez.

Aquél chico tenía una piel tan pálida, vestía un gran suéter holgado color rosado que le hacía ver tierno y llevaba unos pantalones algo ajustados. Su cabello tenía un negro intenso, su mirada oscura y vacía y sus labios tan lindos y delicados. Seokjin había encontrando a un lindo chico con la apariencia de una hermosa muñeca de porcelana.

doll ; yoonjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora