Capitulo uno: Creciendo (parte uno)

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23 de Julio

En la blanca sala de un hospital, una rubia de coletas y grandes pechos, un pequeño pelinegro de 8 años, un rubio ojiazul de 7 y un castaño de 37, esperaban impacientes noticias de la bella mujer, que en estos momentos se encontraba dando a luz al primer hijo varón del matrimonio Uchiha.

Por uno de los interminables corredores del hospital salió una enfermera y pregunto.

–familiares de Mikoto Uchiha– el castaño y la rubia rápidamente se acercaron a la chica, siendo seguidos por los pequeños que, impacientes, esperaban noticias de la morena.

–señorita, yo soy  Fugaku Uchiha, esposo de la paciente– anuncio –y dígame, mi esposa y mi hijo se encuentran bien– pregunto impasible, pero lleno de nervios y temor por dentro.

–si señor– afirmo –felicidades–
–podemos pasar a verla– pregunto ahora la rubia.

–si Tsunade-sama, pero debe ser rápido, ya que la paciente se encuentra bastante débil y cansada por el parto– advirtió.

–en que habitación se encuentra– pregunto el castaño con impaciencia.
–se encuentra en la habitación 303 del segundo piso– informo –el niño también está allá– Los cuatro se dirigieron a la habitación indicada, recorriendo los extensos pasillos del hospital.

Al entrar a la habitación, se podía observar a una hermosa pelinegra, la cual estaba recostada en la camilla sosteniendo en su regazo un pequeño bultito azul. El castaño, con una sonrisa en sus labios y una lagrima cayendo de sus ojos, corrió a abrazar a su mujer siendo seguido del pequeño pelinegro, el rubio y finalmente la mujer rubia de coletas.

–gracias por hacerme padre de nuevo– después de esto, le planto un casto beso en los labios a su esposa, para después tomar el pequeño bultito azul que tenía su esposa entre sus brazos, y retirar un poco la manta, revelando una réplica exacta de su esposa en versión masculina; el mismo pelo color negro azabache con reflejos azulados, la misma piel marfilada, sus mismos rasgos faciales, casi todo era igual, y al abrir sus pequeños parpados, le revelo al mundo unas preciosas gemas obsidiana, idénticas a la de su amada esposa.

El castaño, lleno de felicidad y orgullo, libero al pequeño de su prisión de mantas y con una gran felicidad dijo…

–les presento a mi pequeño hijo– dijo mientras lo alzaba –Sasuke Uchiha– planto un beso en su pequeña frentecita, y rápidamente se lo regreso a su esposa para que lo cobijara.

–felicidades Fugaku-sama, Mikoto-sama– felicito la rubia, que tenía los ojos de color miel, era de media estatura y tendría unos 49 años. Ella era la actual jefe de enfermeras del hospital, del que Mikoto Uchiha era dueña.

Itachi y Naruto, que observaban toda la escena estaban muy felices, pues Itachi tendría un pequeño hermano menor al que cuidar y Naruto, por que esperaba poder cuidar de ese pequeño como Itachi cuidaba de él.

–po-podemos verlo– pregunto un sonrojado y cohibido Naruto.

–claro que si– contesto la pelinegra, que por primera vez se animó a hablar –vengan acá mis cielos– llamo la morena a los dos pequeños.

El primero en acercarse fue Itachi, con mucha agilidad se subió a la cama, y la morena, con mucho cuidado retiro una parte de la cobija, permitiendo mostrar la carita de un hermosos bebe, que a sus pocas horas de nacido, por fin conocía el mundo.

El rostro de Itachi adquirió una expresión de total ternura y amor, su pequeño hermano sería muy guapo cuando fuese más grande.

–hola Sasu-chan–  dijo el pequeño Itachi con una sonrisa, mientras acercaba su mano al pequeño –soy tu hermano mayor, me llamo Itachi, cuando estés más grande podremos jugar los tres juntos, pero ahora eres muy pequeño por eso debes estar con mama, de acuerdo–

Lo suficientemente VarónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora