Capítulo 8

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Llegamos donde Marcos, él estaba afuera del bar y de espaldas a nosotros.

—Marcos, ¿Qué haces aquí? Estabas dentro del bar y me dijiste que trajese a She... —Dijo Andreas, pero Marcos no le dejo terminar la frase.
—¡ME HAN ROBADO EL PUTO COCHE! —Gritó Marcos con ira.

Andreas y yo empezamos a mirar por todos lados.

—Es verdad... —Dije preocupada.
—¿Por qué coño iba a mentir? —Dijo Marcos. —¡JODER! —Se quejó frustrado con las manos en la cabeza.
—Que... putada... chaval... —Dijo Andreas también frustrado.
—¿Sabes algo de quién te lo robó? —Dije preocupada.
—No... Pero se que ahí tenía gasas y vendas... —Dijo Marcos, miré a Andreas y se quejó con un «Joder...» —También los papeles del coche... Una foto de Mikey... Y creo que también el tablero de la ouija... —Terminó de decir.
—¿¡QUÉ!? ¡¿EL TABLERO?! —Dije entre preocupada, enojada y asustada.
—He dicho creo... —Dijo Marcos.
—PERO IMAGÍNATE QUE ESTABA AHÍ... ¡MIERDA! —Grité.
—Shenai tranquila... —Andreas me puso una mano en la espalda.
—No digo "mierda" por el tablero... Digo "Mierda" por qué ésta mierda empieza a arder. —Dije y enseñe mi mano sangrando.
—¡La madre! ¡Es verdad, el corte! Vinimos aquí para coger gasas y vendas. —Dijo Andreas mirándome la herida.
—Shenai, ¿Qué coño te ha pasado ahí? —Dijo Marcos preocupado viniendo hacia nosotros.
—Luego te lo explica, ahora lo importante es encontrar algo para desinfectar el corte. —Dijo Andreas.
—Si. —Dijo Marcos.
—Marcos, tu quédate aquí con Shenai mientras yo voy a buscar un botiquín, ¿Sí? —Dijo Andreas.
—Vale, corre. —Dijo Marcos.

Andreas se fue corriendo adentro y como dijo, yo me quedé con Marcos.

—¿Tienes frío? —Me preguntó Marcos.
—¿Por? —
—Para ir adentro o dejarte mi chaqueta. —Me dijo.
—Si que tengo frío, pero vamos adentro que no quiero dejarte sin abrigo. —Dije y empecé a caminar lento con la intención de ir adentro del bar.

Sentí unos brazos rodearme por detrás.

—Si no quieres mi chaqueta te daré calor yo. —Me susurró y me sopló levemente en la oreja.

Me separé MUY roja de Marcos.

—¿¡QUÉ HACES IDIOTA!? ¿QUÉ NO ERAS GAY? —Dije muy sonrojada.

Marcos empezó a reírse, es la primera  vez que le veía reírse así.

—Dios, sabía que te ibas a poner así por eso lo hice. —Dijo riendo. —Era broma Shen. —
—Vete a la mierda. —Dije.

No pude contener más la risa y empecé a reír también.
Segundos después paramos de reír y Marcos se quitó su chaqueta que estaba en su cintura y me la puso.

—Gracias... Pero, ¿Seguro que tú no tienes frío? —Le dije.
—No lo tengo, y si lo tuviera lo más importante eres tú. —Me dijo acariciándome la cabeza.
—Gracias. —Le agradecí de nuevo.

Pasó unos segundos hasta que Marcos habló.

—Por cierto, ¿Qué te pasó en la mano? —Me preguntó.
—Es un orígen muy raro... —Dije.
—Querrás decir, historia. —Me corrigió.
—No, no, no... Orígen. —Le miré a los ojos.
—¿Me lo cuentas? —
—Claro. —

Andreas vino corriendo con un maletín rojo con una cruz blanca pintada.

—Luego te cuento. —Le dije.
—Okay. —
—¡Chicos! Volví... —Dijo jadeando, porque había venido corriendo. —Tuve unos problemillas para conseguir el botiquín. —Dijo Andreas.
—¿Qué clase de problemas? —Dijo Marcos.
—Le dije al camarero haber si tenía algo para curar a una amiga y sacó el botiquín, lo iba a coger hasta que me dice que le dé $100 por la copa rota y por el botiquín. Tuve que pagar y me dio el botiquín pero me entretuve por qué me metí en una discusion con un motero macarra porque me choqué con él. —Explicó Andreas.
—Un momento, ¿El camarero era un poco alto, arrugado, cuarentón, canoso y con una verruga en la frente? —Dije. Porque si era así, era el asqueroso de Bill.
—Exacto. ¿Cómo lo sabes? —Me dijo Andreas.
—¡El puto de Bill! —Maldito...
—¿HA SIDO BILL? —Dijo enfadado Marcos.
—Antes ha estado jodiéndome otra vez. —Le dije a Marcos.
—Maldito... —
—¡¡AU!! —Sentía arder la zona de mi herida.
—P-PERDON, ¿T-TE ESCUECE? LO SIENTO. —Dijo Andreas apenado con un bote de Betadine en la mano.

OUIJA.   "¿Te atreverías a jugar?" || 1er Libro ||Where stories live. Discover now