[Parte 24]

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(POV. NARUTO)

Salí de trabajar con una caja de bombones que Ino me había dado, esperaba que a Sasuke le gustasen los bombones porque eran muchos para comérmelos yo sólo y estaban muy buenos.
Cuándo llegué al piso de Sasuke escuché un golpe y vi a Deidara abrir la puerta y mirar a todos lados.

- Naruto...- dijo con ansiedad.- Ha venido.... Nagato...-

Alguien le propinó un golpe y cayó al suelo, corrí dentro de la casa y vi a un hombre pelirrojo coger el pelo a Sasuke y escupirle con una sonrisa.

- Sueltalo... ¡Ahora!.- escupí con todo el veneno que podía producir mi voz, noté que Sasuke estaba inconsciente igual que Itachi. Apreté el botón del teléfono del restaurante y golpeé la pared.- ¡He dicho que lo sueltes!.-

El hombre pelirrojo sonreía y lanzó a Sasuke contra la pared antes de dirigirse a mí. Lancé el móvil debajo de la mesa y esperé, tan sólo debía pelear un poco para retener a este idiota. La rabia de ver a Sasuke en el suelo hizo el mayor trabajo, Para cuando llegaron Shikamaru y los demás, todos estaban ensangrentados e inconscientes.

- No vuelvas a hacer eso, Naruto
Eres bueno en artes marciales pero no te controlas - dijo Shikamaru.- Lleva a Sasuke al hospital.-

No tardamos mucho en llamar a la ambulancia y llevar a Sasuke al hospital, Temari se encargó de Deidara e Itachi. No esperamos mucho pero las enfermeras dijeron que sólo podía entrar una persona, así que esperamos a Karin, quien quería ver a Deidara, y yo fui a ver a Sasuke. Tenía muchas vendas pero estaba despierto, mirando al techo y llorando .

- Lo siento hermoso.. Tenía que haber salido antes del restaurante.- Se sorprendió al oír mi voz y susurró mi nombre asustado.- No te voy a hacer daño, ni tampoco voy a huir, te prometí estar en las buenas y en las malas y eso haré. Fallé mi promesa, lo siento.-

- Naruto... ¿Quién nos encontró? ¿Fuiste tú?.- susurró con calma, cuando asentí él se echó a llorar con mas fuerza cubriéndose el rostro con las manos.- No quiero que me veas en este estado, te decepcionó y no quiero...-

- Tú nunca me decepcionas, Sasuke, pero me duele verte así... Ojalá pudiera reunir toda la felicidad posible y dártela todos los días.- dije mientras le acariciaba la cabeza.- Al final contrataré un guardaespaldas, el más fuerte que encuentre.... Para que, cuando yo no estoy, no te pase nada.-

Él se hizo bolita y se acercó a mí con miedo, como si fuese a apartarle. Le abracé y le acaricié la espalda mientras daba pequeños besos en su cabeza. Ya no me importaba quienes fueran, amaba tanto a Sasuke que si tenía que matarlos a todos para que fuese feliz, lo haría.

- Por cierto, te había traído bombones. ¿Los quieres ahora?.- Sasuke asintió y me senté a su lado, cogiéndole la mano para comernos los bombones.- Me los dio Ino porque a ella no le gustan y me hizo prometer que te daría para que cogieras.-

- Ino se parece mucho a tí ¿no? Al principio pensaba que erais hermanos.- preguntó con cautela, al menos ya he conseguido que tenga algo más de confianza conmigo.- Y luego me enteré de que mi cuñado y tú sois primos...-

- Pues mira... Mi familia es muy grande... Karin es mi prima, hermana de Deidara, él es mi primo... Es extraño, porque nos parecemos mucho, pero Ino no es de mi familia. Creo que tengo un primo lejano pero no recuerdo como se llama...- dije pensativo.- Tiene el pelo rojo como mi madre y su nombre empieza por Na... Pero no lo recuerdo bien, sólo le he visto una vez.-

-¿Nagato?.- preguntó con cautela. Asentí y dije que tenía poca memoria.-  Pero tú no eres como él... Por suerte.-

Se acercó más a mí antes de darme un gran beso y sonreír, ya conseguía que cogiera confianza conmigo, sus besos sabían a lágrimas y a dolor, pero me encantaba poder acariciarle la nuca y notar como sonreía, tratando de apaciguar su dolor.

- Tu no eres cómo Nagato... Nagato es malo, pero tú eres mi ángel, tú me cuidas, me amas y me comprendes.- dijo él con amor, no podía dudar de que Sasuke me amaba tanto como yo le amaba a él.- Te amo... Por cierto... El hombre que ha venido se llama Sasori... ¡Ey! ¿Haremos tortitas?.-

Dejé salir una carcajada antes de abrazarle y decirle que sí, que los pasteles estaban muy buenos y seguro que las tortitas salían geniales.

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