Capítulo 10: Una noche de lo más rara

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Sus palabras resuenan repetidas veces en mi cabeza parecido a un eco que no para, mis piernas se debilitan a medida que va acercándose a mi y con ello mi nerviosismo aumenta siento que mi sangre sube a mi rostro hasta tal punto que noto que me queman. Mi pulso se inquieta al sentir como su brazo envuelve mi cintura y me gira, me encuentro como hace segundos sus ojos puestos en mi y los míos en él como si fuera un juego, mi respiración se oprime dejándome sin aire ante mi se encuentra "Un verdadero príncipe" arrodillado sacándome con delicadeza esos infernales zapatos que se hacían llamar tacones, los lanzo a un lado y alzó su cabeza con un movimiento muy sexy, se podría decir. Subió pero esta vez esboce una sonrisa en la comisura de mis labios como una completa idiota, tantas veces había escuchado "Anastasia eres demasiado sentimental, romántica, ingenua..." ahora en este preciso momento lo había comprobado al cien por cien y no sólo eso creo que era mucho peor.

-Tierra llamando a idiota- salí de mis pensamientos y le dirigí una mirada mortal.

-Ryan.- dije con los brazos cruzados y sin olvidar al ceño tan fruncido que tenía.-Me voy a mi casa, me importa una mierda lo que me digas.- me aleje de él, encaminandome a lugar que lanzo mis zapatos los alcance para ponérmelos pero me detuvo antes de hacer nada.

-Te he dejado bien claro que esta puerta no se habré hasta mañana.- sujeto mis muñecas mirándome por encima. -Mira no tengo tiempo ni ganas de discutir pero si no quieres quedarte en un lugar cálido y prefieres morirte de frío en el porche de tu casa. Ve anda, disfruta de la soledad patética que eres una patética.-replico furioso.

Odió perder y mucho más si es con Ryan.

Guarde para mis adentros mi orgullo baje la cabeza y me disculpe, sólo a mi se me ocurría salir sin móvil (imprescindible para una adolescente) y por supuesto las llaves (utensilio mágico que abre las puertas de tu casa). Momento incomodisimo, que Dios me ayude.

-Vete... a darte una ducha caliente.

-Yo...

-No hace falta que te diga donde esta ¿no?

-No.-conteste rápidamente.

Subí las escaleras que formaban una espiral hasta llegar a la primera planta, me dirigí al final del pasillo a la derecha donde se encontraban el baño que compartían Alex y Ryan, estaba bastante limpio y ordenado. Entre dándole otra ojeada, y finalmente agarre una toalla del armarito, me quite la sudadera y seguido baje la cremallera de ese hermoso vestido que se encontrado OMG estropeado, iba deslizandoze con ayuda de mis dedos pero en algún sitio se quedo atascado trate con uñas y dientes bajarlo y quitármelo pero nada medite unos minutos hasta que tome una decisión.

-RYAN.- grite, no hubo contestación.-Ryan.- repetí.

-Mierda, ¿Que quieres ahora?-pregunto desde la planta baja.

-Necesito ayuda.

-Problemas y más problemas.- protesto subiendo los escalones . Sus pasos cada vez eran más fuertes llegaba a oler su aroma que había quedado grabado en mis fosas nasales, se inclinó sobre el marco de la puerta y me dedico una mirada.

-¿Te importaría?-me miro incrédulo, pero reacciono enseguida coloco sus robustas manos en la cremallera, su tacto a mi piel desnuda provocaba que mi vello se erizara cerré los ojos durante un instante, debía calmar de una forma o otra estas hormonas revolucionadas.

-Puedes abrir los ojos cuando quieras.-los abrí como platos, no me había percatado que mi ropa interior consistía en un sujetador de Piolin y una bragas que ni mi abuela se podría. Me tape todo lo que pude "Que vergüenza" es peor que todo lo que me ha pasado en todo el día, segurísimo que se estaba riendo.- Te dejo tu tiempo.- salió, sin reacción.

Por una vez me había alegrado de que tuviera esa personalidad tan fría.

Una ducha era lo mejor para tranquilizarme, el agua caía fluidamente desde mi melena negra recorriendo mi pecho desnudo con un olor a cerveza, mis piernas y sin olvidar a mis dichosos pies a doloridos hasta llegar finalmente a la tina. Alcance la toalla que había preparado y me la enrolle ágilmente a mi cuerpo, salí cuidadosamente de no resbalarme tome una goma de pelo que había y me lo recogí con un moño. A continuación me puse la ropa interior y la sudadera era la único limpio que tenía. Abrí la puerta y fui donde se encontraba Ryan, estaba recostado en el sofá viendo la tele.

-Ves a dormir a mi habitación.-dijo

-¿Que?-reaccione. Cosas indecentes se cruzaron por mis pensamientos.

-Aquí abajo hace demasiado frío duerme esta noche en mi cama.-expuso

-¿Y tu?

-Yo me quedare aquí.- a señalo todo la área de la sala de estar.

-No puedo dejar que hagas eso.

-No me estas obligando lo hago por que quiero y punto.

-No hace falta me quedare aquí.-dije.

-Deja de ser tan molesta y vete.-Uno a cero pero eso iba a cambiar.

-No me moveré sin ti.- me sorprendí hasta yo misma por lo que acababa de decir.

-Eres demasiado terca.- accedió. Uno a uno empate, chúpate esa.

Se levantó del sofá que se veía bastante cómodo y apago la televisión, deje que pasara antes y seguí sus pasos. Su habitación había cambiado mucho durante estos años ahora no había ni una pared ni siquiera un rincón sin colgar un premio o un diploma.

Lo que nunca cambiaría sería la foto enmarcada que tenía sobre el escritorio, me traían infinidades de recuerdos del que hace mucho fue un nosotros. Su cama no era muy grande pero cabían perfectamente dos personas, un pequeñísimo detalle que se me había pasado nosotros dos íbamos a compartir la cama durante toda una noche. Comenzó a quitarse la camisa, el cinturón y se desabrocho los pantalones dejando ver un cuerpo muy bien trabajado con horas en el gimnasio y unos bóxers de Calvin Klein solté un grito sin pensar. Él hizo como si nada levantó la manta del lado izquierdo y se introdujo. Sus párpados iban cerrando esos ojos almendra y dejándome a mi allí tiritando de frío, pensé la situación no era muy favorable pero ya habíamos dormido juntos cuando éramos pequeños así que no tenía importancia me repetía. Camine al lado derecho de la habitación y esta vez me metí sin pensarlo dos veces, me quede embobada por sus largas pestañas de las cual estaba celosa, las deseaba, baje mi mirada a sus labios y como algo instintivo me acerque y le plante un beso, retrocedí rápidamente arrepintiéndome de lo que había echo, al notar como sus ojos almendra iban abriéndose lentamente con confusión.

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¿Qué les pareció?

Bueno mis queridisim@s lector@s no se cómo agradecer a todos los que la estéis siguiendo y espero que la disfrutéis tanto como yo cuando la escribo.

Me gustaría muchísimo saber sus opiniones, si es muy aburrida decírmelo para poder editarla y no se retocarla un poco a vuestro gusto.

"Pa gusto colores" es así el dicho ¿no?

Votad y comentad :)

Besos a todos y a todas.

Yanijyk

PD; Imagen del beso que Anny le da a Ryan en multimedia >.<

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