Corazón Peinado

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Sin ningún peso en la bolsa.

Sin ningún peso en la bolsa me aviento

Al Boulevard que tanto camino Chávela con su Amigo Sabina.

El boulevard de los sueños rotos y cuando camino por ahí gritarle a un papel en blanco es mi mejor medicina.

Mi cuerpo ya está convertido en huesos, pero eso nada evita.

Ya me peine bonito el alma  y a mi corazón le puse también sus zapatos de charol y después de hablar con él y hacerle ver que como corazón ha sido muy blando y por su causa el cerebro más de una vez se me entumió.

Le conseguí un par de enanos pero muy altos para así también se lave las manos y no se sienta causante de ningún dolor causado en el tiempo que ya no habita y que no es parte de este nuevo hoy, le puse un moño negro y asegure que la suela de los zapatos fuera anti- derrapantes  para que no tenga más tropiezos y mantengan siempre el brillo sus viejos zapatos de charol. Y es que a nadie le gustan los zapatos raspados, así como nadie le gusta para poder cortar una rosa, analizar que tiene que primero ser espinado.

A mis pupilas no mucho les pude hacer, así que solo les limpie las rodillas, por si se cansaran al llorar de pie.

Y así es como día a día me paro en aquella esquina donde miro el tiempo correr  y así como el tiempo no espera por nadie ni amigos tiene, así  yo también.

Hoy me gano los tres pesos que necesito para comerme el suculento plato de tu olvido  y de aquello que ya no vez. El olvido que hoy me sirvo en la bajilla de porcelana que compramos juntos cuando me prometiste amarme solo a mí, y hasta oí de tus labios  tu tan falso "jamás te dejare"

Yo creía en ti, y era tanto lo que te amaba que si dudaba de alguien, era de mí.

Gracias.

De verdad, infinitamente gracias, hoy puedo caminar sin miedo a perderte, porque lo que antes para mí era lo peor, hoy me da lo mejor de mí, que me puede causar dolor mientras te amo cuando ya te perdí.

Hoy puedo volar si quiero, porque ya nadie me exige mantenerme a la misma velocidad de su paso, y en las noches puedo llorar, escribir o desentonadamente amanecerme cantando sin que nadie me pida espacio. Sin tener que pensar en ti.

Y en cuanto la Diosa que encontrabas bajo mis sábanas a cualquier hora del día, a esa la eh congelado para que no le susurre al cuerpo y no arriesgarme a que quede algo de ti.

Eres de mis inspiraciones la muza más muerta a la que jamás nadie antes le ha escrito.

Entre todas tu eres siempre única, y aunque ya en mi vivas muerta ni una sola de mis niñas se complican el panorama, ya no lloramos por ti.

Eres mi musa con Zeta, aunque gramáticamente no lo notes, ni lo entiendas. Muza mi  muza muerta ya no existe  entre las musas, ya no produces más penas.

Sin un peso en la bolsa es más fácil recorrer el camino. Sin ropas lujosas me saboreo también el vino.  Vino que me es necesario para poderte escribir en esta carta que jamás te voy a enviar, ya no vengas, ya no dueles, te has quedado vieja ya en lo más profundo de mi olvido.

J. Telléz

Judas Nijagh

Besos de Veneno y MielWhere stories live. Discover now