15. (no para él)

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Género: incesto !AU

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N/a: ahora el género viene versión ahorcado(?) no, es que sino el drabble pierde el chiste, al final se darán cuenta.

Igual está buena la idea (¿?)

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JaeBum le conoció cuando aun tenían prohibido usar cuchillos.
Y YoungJae le descubrió cuando JaeBum se cortó con uno.

Esa nunca hubiera querido que sea su primera impresión. Y creo que la de nadie. Pero de esa forma se habían conocido y habían hablado acerca de su serie animada favorita en su primer año de escuela. Por supuesto el mismo año aprendieron a usar cuchillos y a no cortarse, lección tardía para JaeBum.

Le parecía increíble lo rápido que el chico más bajito que él ganaba amigos. En los recreos, mientras estuviesen juntos, formaban grupo de ocho o nueve niños y disfrutaban los pocos minutos libres que poseían antes de volver a clases. A la salida, mientras estuviesen juntos, caminaban hasta el kiosko cercano y compraban alguna golosina antes de que sus padres los viniesen a buscar. Siempre hablando, riendo, empujándose por chistes tontos.

Pero cuando YoungJae faltaba a clases, las cosas eran distintas.

JaeBum pasaba solo los recreos, con suerte al lado de otro niño que fuese nuevo y no tuviera amigos aun. Y por más que ese sea el caso, siempre un niño venía a buscar al nuevo para integrarlo en algún juego. Pero nadie venía por él.

No era callado, pero sí un poco serio. Y eso se notaba.

De todas formas, YoungJae se mantuvo a su lado, inseparable, casi como una extensión. Y JaeBum siempre lo agradecía. Tal vez no con palabras, pero si con acciones.

Le esperaba fuera del colegio cuando sus clases terminaban antes y YoungJae aun permanecía preso por otros cuarenta minutos. A veces se veían por la ventana del salón de YoungJae y se reían sin motivo alguno. A veces el profesor le llamaba la atención a YoungJae por andar distraído, y otras veces el despistado era JaeBum quien se chocaba con algún transeúnte por tener su atención en el segundo piso.

En las juntadas dentro de la biblioteca parlante, aquella donde podía hablar sin ser echados por alborotadores, se reunían para estudiar y completar trabajos que debían haber entregado hacía más de dos semanas. Nuevamente, mientras estuviesen juntos, las horas se pasaban más entretenidas y con risas de por medio, haciendo más llevadero resolver ecuaciones de química o terminar el proyecto de educación cívica.

Pero cuando YoungJae faltaba a clases, JaeBum se sentía solo.

No, ya no se quedaba quieto contra la pared y veía a sus compañeros como solía hacerlo cuando su voz todavía era chillona y aguda. Tenía amigos y ellos se quedaban con él en los recesos. Pero le faltaba alguien.

Se dio cuenta, tiempo después, que algo había en la sonrisa de YoungJae; en esa llamativa forma de reírse, en sus pequeños ojos que le miraban con complicidad cuando en medio de la clase intentaban hablar, que le hacía temblar de una forma extraña. Era como sentirse mareado pero sin estarlo. Era como tener náuseas pero sin vómitos. Era como sentir cosquillas desde su interior.

JaeBum descubrió que estaba enamorado.

Nunca le dijo que le gustaba porque no sabía cómo se sentiría YoungJae. Era algo nuevo para él. Así que prefirió mantenerse a su lado y seguir disfrutando de esas inusuales sensaciones que le agradaba y que cada vez iban en ascenso.

Pero todo lo que sube debe bajar: en forma de dolor.

Le descubrió el último mes de clases, cuando muchas de sus compañeras discutían sobre qué vestido usarían en la fiesta de egresados. Una en particular estaba interesado en él pero él estaba interesado en alguien más.

No le apetecía presenciar una discusión sobre qué color de zapatos iban a comprar, por lo que prefirió salir a dar una vuelta por los pasillos del colegio antes de que empezara la siguiente clase. Subió unas escaleras y descendió otras. Cruzó el bufete donde compró un par de chicles y al final del pasillo les vio.

Era ese chico, el extranjero, el que iba al club del colegio los fines de semana y que en más de una ocasión se había cruzado porque JaeBum iba allí también a practicar boxeo. Sí, era él. Mark.

Reanudó sus pasos y regresó al salón con otro puñado de chicles en la mano.

YoungJae estaba prohibido.

Cuando estaba lejos de YoungJae, se sentía incompleto. Cuando YoungJae faltaba a clases, él se preocupaba. Era su hermano mellizo, mayor según su madre y el doctor, y como tal, el vinculo era aun más fuerte. El primer recuerdo que poseen -y el más lejano quizá- es precisamente el incidente con el cuchillo cuando eran niños. Y otro: las conversaciones sobre caricaturas el primer día de clases.

JaeBum no era callado, pero sí algo serio. Y se potenció cuando se obligó a sí mismo a romper todos esos sentimientos insanos que le provocaba su hermano.

Aprendió a soportar a Mark fuera de la casa cada vez que venía a buscar a YoungJae. Aprendió a soportar a Mark cuando lo invitaban a almorzar y se sentaba junto a su hermano. Aprendió a soportar los ridículos celos que YoungJae le hacía en broma por la novia que tenía. Aprendió que alguien más cuidaba de su hermano como él lo hacía.

JaeBum aprendió que sentir amor por su hermano estaba prohibido. Pero no su corazón.

Y parece que él jamás iba a aprenderlo.















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Me fumé una de las buenas(?)
Si hay algo que no entiendan, pregúntenme ;; eso me ayudaría, es que a veces siento que me hago bola con mis propias historias y termino enredando las ideas comosiempreyo
Markjaeporquesí<3

Drabbles [2Jae]Where stories live. Discover now