Partiendo de cero con ganas de mil...

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Narrador P.D.V:

Era un día lunes por la mañana, las clases de las segundas horas ya habían terminado, y por ende los alumnos de la secundaria Peach Creek estaban en el segundo recreo.

Por otro lado, en las canchas de fútbol americano, los Eds estaban juntos alrededor de los planos de Eddy, quien ya había comenzado a idear la siguiente estafa y afortunadamente Doble D había logrado convencer de no usar bolas de boliche como mercancía.

Ahora, el ambicioso Eddy estaba desarrollando un nuevo plan, no tan descabellado como el anterior, pero igual de intrigante.

"Bien, entonces, este es el plan" anunció Eddy con orgullo "conseguiremos fotos del equipo de fútbol americano y de porristas para vender en el próximo juego que se avecina en sólo unas cuantas semanas. Quizá ya no tenemos las camisetas, pero aún podemos crear algunos cuadros de recuerdo y artículos con estas fotos: tazas, llaveros, etc...".

"Honestamente, Eddy, siento que esta vez te va a salir mucho mejor que la anterior" dijo Doble D sonriendo, gracias a haber conversado un poco mejor las cosas con su amigo, esta vez estaban menos expuestos al karma.

"¡Doble D! ¡Eddy! ¡mi madre me mandó sándwiches de jamón y queso! ¡¿quieren uno?!" gritó el grandulón Ed mientras jugaba con algunos planos en sus manos como si fueran aviones de papel.

"Ed, no es el momento de usar el cerebro de paloma, sino el de billetes..." Dijo Eddy a modo de rechazo.

"Muchas gracias Ed, pero no me gustan esas cosas, el queso derretido me hace muy mal y es demasiado pesado para mi estómago..." Respondió Doble D con amabilidad ante la ofrenda de Ed: si hay alguien a quien Eddward aprecia mucho por su buena actitud y optimismo, a pesar de no ser el más brillante, es a Ed.

"¡Más para mí! ¡Yujuuu!" Dijo el grandulón Ed, comiéndose uno de los sándwiches que había traído en su lonchera, de esas que conservaba desde que estaba en la primaria.

"Volviendo al tema, cabeza de calcetín" interrumpió Eddy "tendrás que ser tú quien saque las fotos..."

"¡¿Y-y-y-y-yo?!" Exclamó Eddward entre tartamudeo y gran sorpresa.

"¡Sí! ¡tú! ¡porque eres el único al que no tienen tachado de ninguna forma específica!" Dijo Eddy con escándalo, casi como si fuera un facto conocido por todo el mundo "¡Nadie sospecha de ti! ¡y la gran mayoría piensan que eres un chico tan bueno, pero TAN BUENO, que no eres capaz ni de matar a una mosca! ¡Por ende, no les harías daño! ¡En otras palabras: te tienen más confianza!"

"¡Pero Eddy, no estoy seguro de poder hacer algo como eso! ¡No es lo mío ser promotor de ventas! ¡Eso es tu trabajo!" Dijo Edd en un intento de protesta.

"¡Pues me vale madres! ¡ahora ve a buscar esas fotos y no regreses aquí hasta que las traigas!" dijo Eddy sacando una cámara que había traído predispuesta para la situación, colgándola en el cuello de Eddward y empujándolo directamente a las gradas cerca del equipo de porras, quienes ensayaban sus rutinas mientras los del equipo de fútbol americano hacían su práctica personal: ahora que las competencias semestrales se avecinan, todos aprovechaban para practicar todo lo que puedieran, en cualquier situación.

Con mucha timidez, Edd se acercó al equipo de chicos y chicas qué hacían piruetas de aquí para allá. Su presencia era como la de un fantasma, pero, al mismo tiempo, sin saberlo, habían muchas y muchos que en realidad estaban interesadxs en conocerlo con la atención puesta sobre su persona. Sobretodo desde el incidente de la cafetería, cuando Kevin básicamente reprendió a toda la mesa de los populares en su defensa.

"¡H-h-hola!" Dijo con una voz apenas audible y un ligero movimiento de mano, a modo de saludo.

La gran mayoría del equipo estaban tan concentradxs que no le respondieron enseguida, seguían haciendo las rutinas. Sin embargo, una chica en especial notó su presencia, e indicando al resto que continuaran, se alejó un poco para atender a un avergonzado Edd.

Razón v/s FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora