Capítulo 6

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¿Y si fingimos que los aviones son estrellas fugaces?

Jamás pensaría que desearía llegar a casa tan rápido, el frío cada vez se volvía más intenso, sentía mi cuerpo congelarse, al abrir la puerta me doy cuenta que mi padre no se encuentra, supongo que ha de estar tirado de ebrio en alguna parte de la ciudad, subo las pocas escaleras que ahí para llegar a mi habitación, realmente no poseo demasiadas cosas, lo primero que hago al llegar a mi cuarto, es saludar a la única fotografía que poseo de mi madre, creo que es lo más valioso que poseo y la guardo  celosamente de Tobías, para impedir que me la arrebate, solo ella y yo, sonriendo tímidamente a la cámara, Lucius me la presto cuando salimos del 1 año en Hogwarts, estoy muy agradecido con él por hacerlo.

Ella está rodeando me con sus delgados brazos por mis hombros, mientras sonríe y me susurra un "felicidades" por ser el mejor en la casa de Slyttherin, todos los momentos que pase ha su lado son valiosos para mí.

Siempre que no hay nadie en casa, me pongo a platicar con mi madre, desde que Lily me dejó de hablar, ya no tenía con quién hacerlo, y es que, con Lucius y Regulus... siento que solo les causaría preocupación con mis cosas, y son ellos dos los que me hacen olvidarme de mis problemas, es por eso que no los deseo contaminar con mi aura negra que nunca me deja, ellos fueron los únicos que vieron más allá de mi coraza.

Sé que en todo caso; si Sirius aclarara las cosas con los merodeadores y Lily, las cosas con ella no volverían a ser las mismas, una vez la confianza se ha roto, jamás vuelve.

Le platico; que tal vez exagere con mi forma de reaccionar, pero, en el momento en que me acorralo y comenzó el forcejeo; trajo demasiados recuerdos desagradables a mi mente, aquellos donde tu tratabas de librarte de los golpes de mi padre, y donde yo me escondía; solo siendo un observador de tu sufrimiento, luego cuando tu ya no estabas, y comenzó a ser yo quien estuviese en tu lugar, tratando de escapar de los golpes y maltratos de mi propio padre, le cuento que el miedo y terror me invadió cuando Sirius me vio el golpe que me dio hace unos días atrás, y me alegra que no allá visto los demás, que surcan mi espalda, brazos, o cada extremidades que no sea visible, soy patético, madre.

La tormenta de nieve su volvió más agresiva, y el frío se cuela atravesó de las delgadas paredes de madera, puedo ver que una tabla se ha soltado, permitiendo el paso al aire frío, no sería tan difícil para mí lanzar un hechizo y repararlo, pero usar magia al ser menor de edad y en un pueblo muggle va contra las leyes mágicas, peor aún; sé que él se daría cuenta enseguida que use magia para ello, así que me obligó a acomodar de mejor manera posible la tabla, tratando de que el agujero sea del menor tamaño posible, busco entre mi ropa, algún suerte abrigador, dándome cuenta que la tela de los que poseo ya es demasiado delgado, por el continuo uso que tiene, aún así me pongo uno de ellos, y desenvuelvo las cobijas de mi cama, para tratar de protegerme del horrible invierno, solo espero que acabe pronto.
La poca luz que entra golpea directo a mí cara, me quedo quieto tratando de oír a mi padre, pero todo está tranquilo, no hay ni un solo ruido, por lo cual se que mi padre no llego a la casa anoche, me dirijo a la cocina después de haberme aseado, y verifico que efectivamente no hay nada, así que salgo nuevamente de la casa, me dirijo a la tienda más cercana, de regreso me encuentro con la lechuza de Regulus, el ave ya sabe que no puede ir a mi casa, así que siempre me espera junto a la farola, Reg me ha invitado a almorzar con él, supongo que algo le habrá dicho su hermano, aún así sabe que aceptaré su invitación.

Justo cuando me preparo para salir, mi padre a llegado, se ve que todo el dinero que ha ganado se lo ha gastado en bebida, trato de no hacer algo que capte su atención, lo último que quiero es que desquiciada su malestar, conmigo; tomo un gorro negro y salgo despacio hacia la puerta de la casa, cuando casi logro llegar así, una mano jala bruscamente de mi hombro, y provoca que voltear bruscamente, mi padre me toma por la quijada, y me obliga a levantar el rostro, su mirada detalla cada rasgo que poseo, es inevitable que un escalofrío recorra mi cuerpo, y apartó su mano de mi rostro, gran error de mi parte, un puño se abalanza sobre mi boca, tumbándome enseguida, el sabor ferroso de mi sangre no se hace esperar, el se va murmurando cosas que no logro entender, y sin pensarlo salgo de la casa lo más rápido posible.

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⏰ Last updated: Nov 16, 2017 ⏰

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