- Kiss - [Fredxy Foddy (Fred×Foxy×Freddy) Finalizada]

- ¿Así acaba? -

— Je je... ¿Éstas bromeando, no? — Freddy bajo la vista con cierta impresión

— "Desearía que fuera así" — murmura Fred

— ¿Por qué me lo dices? —

— "Porque estoy enamorado de él, no quiero que lo lastimes... Solo eso..." —

— Fred... ¿Por que estas enojado? — Freddy llevo su mano a su pecho, podía sentir una opresión, combinado con un endemoniado ardor que conocía bien, ese sentimiento al ver a Maggie y Golden. Era el mismo, solo que el era afectado, sentía un revoltijo en el estómago. Tal vez el comer tantos malvavisco no le hizo bien... No, eso no era.

— "No estoy enojado" —

— Mientes... Estoy sintiéndolo —

— "No toquemos el tema, estoy cansado" —

Freddy bajo la mirada a sus pies, algo no andaba bien con los sentimientos de Fred. Eran celos, enojo y cierta tristeza. ¿Por qué? ¿Qué hizo mal?

Freddy se levanta, por un breve segundo la imagen del pelirrojo se le vino a la cabeza. Su boca se abre con sorpresa a la par de que sus ojos parecían destellar, sintió que hizo el mayor descubrimiento. Aunque solo era asombro, el asombro que sentía al sospechar el porque del enojo de Fred

Era como hace años, tendría diez años cuando su mamá lo llevó a comer helado. Su mamá tenía una heladería de preferencia, que no es precisamente barata. Ese lujo se lo daba una vez al mes, cada sábado que habían descuentos de dos por uno, así podía comer dos helados de dos porciones a un precio más razonable. Y aún con ese descuento, Rose sentía una punzada en su pecho al entregar diecisiete dolares a la cajera, que solo miraba la tambaleante mano de la mujer con los pocos billetes para pagar. Freddy ignoraba aquello con una enorme sonrisa, pues su mirada seguía clavada en el helado de chocolate y galleta. Tenía una fina cubierta de sirope de chocolate con una pizca de lluvia de colores. No dudó en pasar su lengua con lentitud por el frío alimento cremoso. Tal como se veía, su sabor era maravilloso. Unas mujeres que vieron aquel pequeño pasar su delicada lengua por el helado con tanta felicidad, no pudieron evitar tener un enorme antojo y terminaron comprando unas bandejas extras grandes llenas de los mismos sabores que Freddy se comía con tanta alegría.

Fred que observaba el helado maravillado, sonreí emocionado. Aquel helado se veía espléndido, era casi del mismo alto que su cabeza y tenía un no se que, que le hacía la boca agua.

— "Freddy, dejame probarlo" — casi sonó como una imploración. El castaño dejo de lamer el helado, se había detenido en seco, parecía enojado y impresionado

— ¡No! — exclamó haciendo un puchero para seguir lamiendo su helado. Fred se indignó, mirando a Freddy con enojó y decepción

— "¡Pero yo quiero helado!" — chilló intentando quitarle el helado, pero fue en vano. Se golpeó mentalmente al recordar que era casi como un espectro.

— Y yo no quería ir a dirección por gritarle tarado al profesor, ¿que cosas no? — hablo con ironía —. Además, Mami dijo que este helado es solo para los niños buenos como yo. No malos, como TÚ — Freddy tuvo una especial y particular forma de resaltar el "tú", sacando levemente a lengua con mucha burla. Ese helado era para el solito, según su lógica impuesta por las palabras, que de forma inocente, soltó su madre a su pequeño niño obediente y bueno.