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**********En el caso de la familia Aomine**********

-el pequeño Daiku se despertó pasada la media noche y comenzó a removerse en su cuna, ya tenía más de un año y al ser un cachorro fácilmente cambio de forma y dio un brinco saliendo de su camita, camino por todo el pasillo intentando no hacer ruido, pero no es por que quisiera atacar, sentía algo en su pancita y no sabía que era, cuando normalmente sentía algo así su mami le daba besitos donde le dolía y esto se calmaba, tal vez era el efecto de madre o el efecto omega que tenía Tetsu sobre sus alfas, pero eso ya es tema aparte, se sentó frente a la puerta del cuarto de Kise, arañando esta sin demasiada fuerza, quedan ahí haciendo un ruido parecido a un sollozo, eso hubiera despertado a todos en casa de no ser que sus padres estaban ya despiertos, Kuroko estaba dando vueltas en la cama desde hace más de cinco minutos hasta que Aomine le abrazo a su cuerpo y comenzó a frotar su espalda. -

Tetsu, calma, dime ¿sientes algo, crees que él bebe ya venga? -el menor solo mordisqueo el cuello de su esposo ansioso y termino sentándose sobre sus caderas negando, no era como el dolor de parto que sintió con Daiku, tomo las manos del mayor y las llevo a su abultado vientre para que sintiera como este movía realmente bastante. -

Creo que los niños traen fiesta mi amor. -sonrió acariciando donde sentía todo el movimiento en la barriguita de su esposo, joder que era tan hermoso y viéndole desde ese punto, desnudo, con sus pezones erectos, su carita sonrojada y sentía que estaba húmedo, bendito embarazo siempre tenía a su Tetsu tan bueno, el igual estaba desnudo por lo que sintió su polla debajo de la entrada del menor, con un solo movimiento bastaría para entrar en él, ya comenzaba a ponerse caliente, un poco, solo un poco y. -

Daiki, ¿Qué fue eso? -ambos ladearon el rostro a la puerta y Tetsu estuvo a punto de salir, preocupado por su hijo de no ser que Aomine salió primero. -

**********EN EL CASO DE LA FAMILIA MURASAKIBARA**********

-la familia oso había sido invitada a dormir en la casa de los Aomine, era un gran cuarto, con una gran cama, si, no era la primera vez que ellos dormían ahí por lo que el cuarto estaba bien equipado, incluso Kagami había insistido en que llevaran una cuna al cuarto para sus bebes. En esos momentos el oso se encontraba entre las piernas de su omega besando el cuello del pelirrojo mientras acariciaba sus costados, en esos momentos el tigre dejaba que le acariciara, besara y frotara, mientras la luz estuviese apagada, aun no le dejaba ir más adelante, pero sabía que cuando llegara su celo podría, solo esperaba que no tardara mucho para eso. -

-Kagami jadeaba lo más bajo que podía, en una casa llena de omegas y alfas sabía que podría ser escuchado hasta en su respiración, pero joder, tener la gran polla de su esposo frotándose directamente en su culo se sentía de maravilla, hace tanto que no lo sentía dentro que no lo pensó mucho, le tomo de los hombros y alzo su trasero para sentir rápidamente como su alfa entraba de lleno y de forma tan fácil que parecía un juego, la madre naturaleza sí que era buena con ellos, muy buena, cuando los testículos del otro chocaron contra su trasero el omega fue sentado sobre su esposo que estaba en flor de loto, el de cejas raras estaba a punto de comenzar a brincar pero se detuvo abrutada mente cuando vio a sus bolitas de pelo en su forma de oso, con sus ojitos fuertemente apretados y soltando quejiditos, olvido la erección que tenía, la de su esposo empalándole y le aparto, ignorando que caminaba un poco raro y se paró al lado de la cuna para tomar entre sus brazos a sus cachorros que rápido se refugiaron en el pecho de su mama, siguiendo con sus quejiditos. -

Kaga-chin me ha dejado caliente, Kaga-chin es malo. -soltó el alfa con una pizca de enojo, hace tanto que no sentía el caliente capullo de su esposo y ahora apenas que pudo solo le había dejado pico, llevo su diestra a su polla y comenzó a masturbarse mientras veía el culo del menor, no lo pensó nada y metió un dedo en la entrada del nombrado que solo pego un brinquito, apego a sus bebes a su pecho y volteo a verle de reojo molesto. - bien, no toco a Kaga-chin mientras tenga a las bolitas de pelo en sus brazos. -

Hogar, dulce hogar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora