Llegada a Nagoya

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Y así fue como nos aventuramos a Japón para participar en la final de esta competencia de patinaje internacional.

Nagoya era la sede de este año para la competencia, estaba feliz de poder ser considerada una de las seis mejores siendo la primera vez que participaba en algún evento.

—¡_____!— se escuchó un grito del otro lado del aeropuerto, me gire lentamente al reconocer la voz.

—¡Yuri!— grite de vuelta y sin importarme nada más corrí al encuentro de la gata rusa.

Sabiendo que había reporteros, competidores y fanáticas locas, Yuri, al alcanzarme me levantó en un abrazo giratorio y cuando me bajo me beso. No había visto venir su acto, fue algo que sucedió de forma rápida y no me dio tiempo de reaccionar.

—Hola.— saludo al alejarse.

—Hola.— él me volvió a abrazar.

—Vamos al hotel, Viktor esta aquí junto con el cerdo y dentro de poco llegara el odioso de JJ.

El equipo ruso casi estaba completo solo nos faltaba Georgi que este año tampoco había calificado y eso no le gustaba a Yakov ya que se había esforzado mucho, aun más que el año pasado pero los demás igual por la única e insignificante razón de que Viktor había vuelto.

Fuimos al hotel en una camioneta que nos esperaba pero como nos juntamos más que solo el equipo de Rusia íbamos un poco aplastados, como sardinas.

Yakoy iba al frente con el conductor, Mila estaba a lado de los esposos y luego estábamos Otabek, Yuri, Claudia y yo en la parte de atrás.

—Estoy segura de que otros competidores no se llevan así de bien como nosotros. — dijo Mila y aunque me estaba dando la espalda sabia que estaba sonriendo.

—Claro que no.— dijo Viktor. —Somos seis rusos, un japonés, un kazajo y una española. Somos los amigos con mayor diferencia cultural pero también somos iguales.

—¿Como que iguales? — pregunto Katsuki.

—Todos tenemos la misma pasión por el patinaje, sentimos y tenemos vida y amor.

Llegamos al hotel y bajamos con una sonrisa en la cara al saber que Phichit aunque no calificara vendría a vernos.

—Ese tailandés me agrada.— dijo Otabek.

—Es la segunda vez que visito Japón y esta vez no es para una fiesta. — dijo Claudia.

—Claro que hay una fiesta.— interrumpió Viktor con la energía de siempre. —Después de la final se da un banquete, vamos vestidos de gala y fue ahí donde conocí a Yuri. — el ruso mayor abrazo a su esposo.

—Escuche que si Katsuki gana el oro volveremos a Rusia para su boda.— dije.

—Claro que si pero tampoco pienso perder otro oro.

Realmente eramos un grupo extraño de amigos.

—Miren que trajo el viento.— dijeron detrás de nosotros y todls volteamos... JJ. —Es el gatito ruso y mi ex novia. ¿Siempre te quedaras con el segundo lugar?

—¿Qué quieres decir?— preguntó Yuri refugiandome detrás de él.

—Ella era mi novia y ahora tuya, el oro será mío y tu tendrás la plata.

Parecía que la sangre de Yuri estaba hirviendo, tenía la cara roja y los puños cerrados.

—Yuri no vale la pena.— le dijo Otabek tomando su hombro.

—Te vencí el año pasado, estúpido engreído e impedí tu boda, este año sera igual. — dijo la gata rusa. —Asi que deja de jodernos y vete de una buena vez.

JJ solo elevo los hombros y se alejó como si no le preocupará pero yo sabia que eso no era verdad, le había dolido ser tratado así.

—Vaya llegada a Nagoya. — río Claudia y reímos con ella.

La Gata Rusa 2Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt