Capítulo 27

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Hey hey hey, ¿Que talco? Lo siento, he tenido problemas con el Internet de mi casa, he aquí su maratón babys. Espero lo disfruten, ya empieza así que pónganse cómodos :* Maratón en....................3..................2.....................1.............¡YA!

Editado :3

PoV Ashley:

   Mierda, mierda, mierda y mil veces más mierda.

   ¡Solo esto me pasa a mí!

   No traje ninguna toalla sanitaria porque no pensé que me viniera hoy, se me olvidó.

   Dios, ¿Qué hago?

   Y para empeorar las cosas, tengo a un confundido Alex agachado frente a mí.

   Esto es vergüenza nivel Dios.

   Pero por otro lado, ya entiendo porqué he reaccionado de la manera en que lo he hecho esta mañana, pasé de estar sensible a estar de mal humor y ahora feliz.

   —Ashley, ¿Qué paso? —Preguntó de una forma tan inocente que no parecía él mismo.

   ¿Será que le digo?

   Pero se burlará.

   Pero tampoco me puedo quedar así.

   Aunque, ¿Qué es peor?

   ¿Decirle a un chico con el que apenas estoy teniendo completa confianza que me llegó mi periodo o irme directo a la ducha para ducharme y ponerme mi ropa de cambio arriesgándome  a mancharme de nuevo y ser la burla de todo aquel que me vea?

   Mi orgullo quedará muy bajo pero no tengo otra opción, a menos que quiera ser la burla de todo aquel que me vea la retaguardia.

   —Alex, estoy indispuesta. —Traté de decirlo de la manera más sutil.

   —¿Qué?—Preguntó él, aun confundido.

   Suspiré.

   —Estoy en mis días difíciles. —Dije con paciencia y vaya que de eso tengo muy poco.

   —¿Ahhh? —Seguía sin entender.

   Alex, estás acabando con mi poca paciencia.

   Rodé los ojos.

   —Andrés me vino a visitar. —Dije esperando a que entendiera.

   —¿Qué? ¿Quién es Andrés? —Preguntó sin entender y volteando a buscar al tal Andrés.

   —Idiota, el que viene cada mes. ¡Me vino mi periodo! —Exclamé ya cansada e irritada.

   Lo que pasa es que cuando quiero ser lo más sutil posible, no, los niños no quieren entender, entonces hay que lanzarles la bomba y listo.

   Sentí como mis mejillas empezaban a calentarse por la vergüenza, claro, esto hasta que escuché la risa de Alex, de ahí en adelante eran calientes de enojo.

   —Conque por eso tantas indirectas, ven, te ayudo. —Dijo para luego cargarme en modo princesa.

   Al momento me asusté y llevé mi mano a mi retaguardia, todavía no se sentía húmedo, al parecer no me he manchado.

   —¿Estás loco? Bájame. —Le pedí mientras que con mi brazo izquierdo rodeaba sus hombros.

   Él trotó hacia los chicos ignorando rotundamente mi petición y a la vez yo apretaba mi agarre por miedo a caer de lleno en el piso.

¿Tú? ¡¿Una Espía?! [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora