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SIETE STARK PARA SIETE ROGERS

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel

Parejas: Stony de varios universos

Derechos: el de la imaginación (?)

Advertencias: esto fue una mescolanza graciosa que hice a partir de una charla en Facebook y que dio como origen esta historia nada seria con el único fin de entretenerme en primer lugar, jugar con los multiuniversos en segunda. Inspirada en la película "Siete novias para siete hermanos".

Gracias por leerme.




Natasha no entendía muy bien el por qué sus padres habían decidido tener tantos hijos y además de condenar al mundo con ellos, ponerles nombres iguales, únicamente diferenciándolos por unas iniciales de los sitios donde aparentemente fueron concebidos y que eran temas que la joven prefería evadir para no perturbar su mente más de lo debido. Ahora que estaban solos y eran los Hermanos Stark versus el mundo, ella por fin había tenido la oportunidad de salir a luchar por sí misma, siendo la única mujer entre siete hermanos. Ella agradecía de buena manera el tener tanta compañía varonil porque los hombres eran todos unos pelmazos si se los permitía, saber lo que solían decir, cómo lo solían decir y por qué lo solían decir le dio pronto ventaja por sobre las otras chicas. De esa manera descubrió lo mucho que le gustaba ser independiente y presumir la buena herencia Stark que tuvo, es decir, una inteligencia a prueba de los más duros obstáculos.

El hermano mayor era Tony Stark, el 616, quien tenía el ego más grande de toda la familia, incluyéndola. Sí, eran algo ególatras, pero así los habían concebido, nada se podía hacer al respecto. Luego estaba su dulce hermano Edward -el único que quiso tomar el segundo nombre- Tony Stark EMH, con quien se llevaba mejor porque era quien le escuchaba cuando se levantaba la hoguera de vanidades. Seguía ella, a quien todos llamaban Toni para no romper la tradición. Luego estaba el siempre bromista Tony Stark AA, a quien había que cuidarle las manos o todo descomponía. Tony Stark MCU, el gran presumido de todos, con la herencia de estatura de mamá. Después estaba su pequeño e inquieto hermanito, Tony Stark AVAC, cuya ingenuidad como sentido aventurero necesitaba de vez en cuando una correa bien puesta. Claro, faltaba un Stark, pero era la oveja negra de la familia a quien siempre estaban enviando a las cosas que nadie quería hacer para mantenerlo lejos, Tony Stark SIM.

La joven Stark en realidad no entendía mucho la situación porque 616 y SIM eran hermanos gemelos, pero su madre con ese toque de premonición maternal, no les había dejado la misma etiqueta, quizá desde el vientre ella supiera que SIM era todo menos bondad, compañerismo o sencillez. Okay, ellos tampoco eran muy buenos en eso, pero ese malvado hermano suyo ya se había ganado una reputación como un peligroso hombre que podía torcer cuellos de la misma forma en que preparaba una deliciosa lasaña para ella. Probablemente, muy en el fondo, ese Tony malévolo tenía un pequeño trozo de cariño por la familia, más era usual que estuviera molestando a todos y abusando de la inocencia del más pequeño, objeto de sus bromas pesadas y quien caía una y otra vez pese a las amonestaciones de Natasha.

Buscando un reconocimiento que no tuviera una barba de candado, ojos azules y bromas ácidas, Natasha dejó el terruño hogareño de la granja Stark para ir a la ciudad, a estudiar, a conquistar lo que hubiera que conquistar. Siempre escribía cartas para cada uno de sus hermanos, una postal para SIM porque él no era de sentimentalismos. Siempre recibía las respuestas, algún peluche de AVAC o una fotografía del trasto quemado gracias a la negligencia de AA. En muy contadas ocasiones, recibía un cuchillo o un gancho filoso. No necesitaba saber de parte de quién era. EMH solía enviarle ese pan de durazno que era sello Stark pero que a él en particular le quedaba muy bueno. Natasha estaba ligeramente preocupada por la cocina, pero confió en que sus hermanos serían lo suficientemente vanidosos para no morir de hambre y atreverse a tomar un sartén para cocinarse un huevo. Ella había sido la cocinera estrella antes de marcharse.





Steve Rogers era el cuarto de siete hermanos, uno de los emparedados como se burlaba el hermano anterior a él, su algo desequilibrado Steve Hydra. Seguramente eran la única familia con padres que les habían colocado apodos a sus hijos y nombrado igual por temor a que se perdiera el apellido como la tradición de llamarse Steven Grant Rogers. La maldición estaba en parecer copias sobre copias con un mismo nombre. Ah, y vivir en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Brooklyn. Su hermano mayor, Steve 616, estaba muy ocupado encargándose de mantener a todos con comida en el estómago trabajando para los militares, jalando consigo a Hydra, pero él había terminado aliado con la mafia rusa para el desencanto de todos y la risa de aquél.

Seguía el fortachón de todos los hermanos, ese refrigerador viviente al que apodaban Steve EMH que gustaba de siempre andar declamando frases de superación personal. Después estaba él, a quien llamaban 3490 por una broma de código postal. Seguía Steve AA, por trabajar para una asociación que ayudaba a los adictos al alcohol, Steve MCU a quien no terminaban de entender y que Hydra afirmaba como siempre en sus delirios que era el mayor bipolar en toda la historia de los varones Rogers. Por último, lo que todos pensaban era la esperanza de la familia, el bien portado, siempre correcto Steve AVAC, por la academia a la que asistía sin ninguna falta o materia reprobada hasta el momento. La maravilla Rogers.

No hacía mucho que su madre había fallecido, uniéndose en el Cielo con su padre. Ahora estaban solos y las cosas no estaban funcionando del todo, motivo por el cual Steve 3490 pensó que la única solución, bueno, no la única pero la más sensata era que necesitaban de la presencia femenina para devolver el equilibrio a la casa de locos que ya era el hogar Rogers. Hydra le advirtió que si contrataba una sirvienta la iba a violar y dejar embarazada. Steve supo que bromeaba más no quiso arriesgarse. Solamente había una manera de que una mujer extraña pisara su casa sin preocuparse de alguna desgracia, peligro u ofensa: siendo la esposa de alguno de ellos. Todos, desde el mayor 616 hasta AVAC pegaron el grito al cielo al escuchar la palabra matrimonio, así que Steve 3490 se miró al espejo un día y se dijo que era hora de sentar cabeza y ayudar a sus hermanos.

Había conseguido un empleo en un gimnasio muy lujoso del centro de la ciudad donde las propinas como las hermosas mujeres no faltaban. Eran demasiadas ilusiones el creer que hubiera una que pudiera fijarse en un pobre Steve Rogers instructor físico como él, por algo se comenzaba. Pasaron un par de semanas sin que encontrara a una mujer de sus gustos, algunas eran realmente hermosas, pero de escucharlas hablar le daban ganar de salir corriendo del lugar. Otras eran más accesibles, más al saber que su único patrimonio era una casa vieja llena de hombres, huían. Steve 3490 estaba por darse por vencido, hasta que un día apareció una hermosa mujer de cabellos castaños, ojos azules, cuerpo atlético y una seguridad que la hacía brillar como estrella en el firmamento. Segura, que se imponía a las tonterías varoniles intentando conquistarle, y con una sonrisa etérea, hizo suspirar a Steve, quien planeó muy bien su estrategia para conocerla.

La cual falló estrepitosamente cuando se le cayó una pesa por los nervios, llamando la atención de medio gimnasio, incluida la castaña de sus afectos quien entonces se fijó en él, dejando a un lado la charla que tenía con una amiga suya para acercarse a él, inspeccionándole como se le figuró lo hacen los ganaderos al ir a una subasta de ganado. Sin perder su sonrisa como esa sensualidad nada pudorosa, ella le tendió su mano que tomó, besándola por el dorso. Ella rió divertida, pero respondiendo su pregunta a su nombre que al fin escuchó.

-Natasha "Toni" Stark. ¿Tú cómo te llamas, guapo?

-Steve... ejem, Steven Grant Rogers. Un placer conocerla, señorita Stark.

-Y no sabes que placer será, Stevie.

Siete Stark para Siete RogersWhere stories live. Discover now