Prólogo

28.3K 1.5K 1.6K
                                    


Querido Diario:

Hola, mi nombre es María, pero mís amigas me dicen Mary.

Te acabo de comprar hace algunas horas (a un precio muy accesible) para poder tener escritos mis avances sobre mí misión.

¿Qué misión? te estarás preguntando, bueno, te explicaré, fué hace, más o menos, hace una semana:

Estaba ese día con mis mejores amigas en una cancha después de haber jugado futbol, y cómo de costumbre, cuándo nos cansabamos, nos sentabamos a echar el chisme:

—Ay, sí, eso es verdad... desde que Julio anda con Gabi se volvió aburrido. Ya no nos hace reír con sus estupideces —dijo Estela lamentando que nuestro amigo desde hace mucho se alejó de nosotras, ella es mi amiga desde que tengo memoria ya que nuestros padres se llevan muy bien.

—Esa chica lo arruinó...lo hizo cristiano...yo odio a los cristianos —confesó Esther apoyando a Estela, pero aún así se ganó un golpe por parte de esta.

—¡¿Qué te pasa tarada?!... ¿Porqué me pegas?

—¿Por qué más?, Imbécil... dijiste que odias a los cristianos y nuestras madres son cristianas —le expliqué a Esther mientras me acostaba en el césped sintético de la cancha.

—Pero la mía no es cómo las suyas —mencionó la lesionada—, si no quiero ir a la iglesia pues solo me dice: "Esther, limpia al menos un poco" ¡y ya está!, Y me deja escuchar mi música a todo volumen cuando quiero.

—A mi no... mi mamá no me deja escuchar música si no uso auriculares y me obliga siempre a acompañarla. ¿Y a ti Mary?

—Como desearía tener a sus mamás... la mía me borra las canciones y me obliga a ir... es más ya debería irme para alistarme.

—Pero faltan 4 horas para el culto —merecalcó Estela, quizás tratando que me quedara más tiempo con ellas, pero me comencé a levantar, tratando de limpiarme la ropa—. ¿Porque ese interés de alistarme tan temprano?

—Hoy quiero ir bien arreglada —expliqué.

—¿Es por eso de que hoy llega otra iglesia?... es como que vamos a hacer un culto unido o algo así, al menos eso escuché de mi madre.

—Uy, entonces hoy sí voy... ¿qué tal si me encuentro a un hermanito bien ungido?  —bromeó Esther también levantándose.

Nos reímos un rato más y nos despedimos con un beso en la mejilla mientras cada quién empezaba su camino de regreso a casa.

Llegue a la casa con más ánimos al saber que mis amigas irían, eso significaba que la prédica no estaría tan aburrida...

Por petición de mi mamá me puse un vestido a la rodilla (si ya sé diario me miraba como una monja), pero pude escoger mis zapatos, mi maquillaje y mi peinado. Al final quedé satisfecha por cómo me veía en el espejo y bajé hasta la sala donde mi madre aún estaba terminando de maquillarse, últimamente le pone mucho empeño a su maquillaje.

—Ya estoy lista, mami, vayámonos que llegaremos tarde.

—¿Y eso? —cuestinó mientras se cruzaba de brazos y me miraba con una dulce sonrisa—, nunca te había visto tan emocionada por ir a la iglesia.

—Es que hoy van a ir mis amigas y...

—Mmm... Espero no hablen durante la prédica —me interrumpió. Su abvertencia era por experiencias pasadas dónde a veces subíamos un poquito el tono de voz cuándo nos sentábamos juntas.

—¿Cómo cree, mami? vayámonos porque hoy si se va a llenar la iglesia.

Ella me hizo caso y al poco tiempo llegamos a la iglesia, todo hasta ese momento fue relativamente normal...

¡Rayos!... Me Enamoré De Un Cristiano [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora