Capitulo 26

1.2K 108 4
                                    

Ya lo tenía todo preparado. Había cenado con mis padres y ahora me encontraba en mi habitación. Tenía una alforja con todo lo que yo creía que era imprescindible; agua, dinero, algunas ropas de cambio, comida y medicinas además del libro. Creo que eso era lo único que necesitaba, porque poco dinero no llevaba la verdad, cualquier cosa que me haga falta lo podría comprar fácilmente. Soy consciente de que a partir de ahora no todo será como estoy acostumbrada, no tendré tanta comida y mucho menos tan deliciosa, no tendré mi cómoda cama y seré perseguida por los guardias del reino. Eso me hace recordar que no tengo nada con que defenderme, necesito una espada o algo, pero una espada era muy pesada para yo llevarla a todos lados y muy cantosa, más todavía si lo lleva una mujer con mi aspecto, bajita y canija. Además no sé usarla así que tenerla sería más perjudicial que beneficioso. ¿Una lanza estaría bien? A lo mejor, pero también llama mucho la atención, no me serviría. Una navaja seguramente pasaría desapercibido pero si alguien lleva un arma de mayor tamaño no creo que haga mucho. Bueno eso nunca viene mal supongo.

Mientras que busco entre mis cajones a ver si hay alguna navaja por ahí, (que no encontraba absolutamente nada, ni siquiera algo parecido) oigo cómo una puerta se abre y se cierra rápidamente. Miró hacía atrás alarmada y veo a una silueta de un hombre con una espada, arco y flechas. No se veía su rostro por una capa con una enorme capucha que le cubría la cara. Empecé a respirar agitadamente, ¿quién era? ¿Qué quería?
Me miró y puso su dedo índice delante se sus labios mientras se acercaba. Yo solo veía como se aproximaba a mi cuando yo intentaba alejarme consiguiendo chocar contra la cajonera. Se arrodilló, se puso a mi altura y se quitó la capucha. Se llevó un puñetazo en el pecho por mi parte.

- Estúpido.- Susurré. Óscar maldita seas. Él rió y me extendió un artilugio.- ¿Qué es?- Pregunté curiosa.

- Una navaja, te será útil cuando estemos fuera- Ay de verdad me lee la mente o algo esto ya está empezando a asustarme.

- ¿"Cuándo estemos fuera"? ¿"estemos"?- Asintió.

- No te dejaré sola.

-No puedes venir, ya te lo dije.

- Me prometiste que me obligarías.- Dijo riendo

- No, que no quiero que vengas, no te puedo hacerte esto.- Dije empujandolo.- No quiero separarte de tu familia, no quiero hacerte un desgraciado. Por favor, no. Vete.

- Eh, eh.- Me cogio de las manos.- Te he dicho que no te voy a dejar sola, es una cosa que yo elijo porque quiero y porque quiero protegerte.

Leyendas de la realeza I: No me llames princesa || Editando ||Where stories live. Discover now