Mi don

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Este es mi don... hablo con los muertos. Si, ya sé, que muchos van a pensar que es mentira, igual creerán que ¿Por qué yo? Y que me lo estoy inventando. Solo quiero que lean lo que voy a relatar.

A los 8 años de edad jugaba en el patio de la casa de una tía. Encontré una caja envuelta en papel de regalo con una liga y al verlo pensé que tal vez había alguna sorpresa... alguien había tirado eso al patio de mi tía. Desaté la liga, saque el papel y abrí la caja, un olor fuerte como a podrido salio de la caja. Enseguida algo como un humo negro fue directo a mi cara, mis ojos empezaron a arder y el fuerte olor me hizo perder el conocimiento.

Termine en una cama con mucha fiebre y casi ciego, mis ojos ardían mucho y me dolía mucho la cabeza. Según mi tía, abrí un trabajo que le quisieron hacer a ella ( brujería ). Mi tía me pasaba áloe vera por los ojos y luego me los lavaba con agua tibia. Me daba sopas  y cada tanto un té de yuyos que ella hacía, eso me curó a las tres semanas. Después ya estaba bien de nuevo, mi vista mejoro pero noté que había una señora bien canosa (de pelo blanco ) en casa de mi tía. Todos la ignoraban iba de acá para allá.

De curioso le pregunte a mi tía ¿Quién era esa señora? Ella me dijo que no había ninguna señora en la casa. Yo insistí, les describí a mis tíos como era la señora: piel bien blanca, canosa, papada grande y un lunar grande en el cuello. Mis tíos se miraron entre ellos como sorprendidos.

Mi tío me dijo que si la veía de vuelta, le preguntara que hacía ahí, ella era la madre de mi tío.

Cuando estaba en el cuarto tenía la puerta abierta y la vi pasar, corrí rápido al pasillo y le hablé por el nombre.

 – ¿Antonina?

Ella se dio vuelta.

– ¿Que hace usted en esta casa? – le dije.

Me respondió con una voz cariñosa como la de una abuela a su nieto preferido:

– Bebé, dile a mi hijo que no me voy a ir hasta ver que mi sueño se cumpla.

Me dijo tocando mi cabeza, me recorrió todo un escalofrió. Cuando le dije esto a mi tío el me contó que ella le dijo que no moriría hasta ver a su único hijo darle un nieto. Cuando mi primito nació ella desapareció de la casa.

Relato y créditos de Eron Roque Viera Frost.

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