•13•

118 22 3
                                    

Nayeon.

Me despierto, tengo un fuerte dolor en la cabeza, pero no me hace falta preguntar el por qué. A mi lado se encuentra Mina sentada observandome con preocupación.

-Nabong, has despertado.

-¿qué no ves que sí, tonta?-le ruedo los ojos y me siento en la misma posición que ella.-¿qué hago aquí?

-Me temo que no recuerdas, pero viniste aquí drogada hasta el alma a decirme algunas cosas y mientras estabas en ese estado nos reconciliamos, creo... no sé si en tu lado coherente también me hayas perdonado.-baja la cabeza y noto una expresión de tristeza que me hace reaccionar-.

-Bien, creo que me pasé un poco puesto que confié en ti y se que no le correspondiste. Confío en ti como nunca lo había hecho con alguien más.

-Por favor, no vuelvas a traer falda en mi presencia, me duele verte así. Sea cual sea la razón por la que tus piernas se encuentren de esa manera, Nayeonnie; y no solo me lastima verte así. También me lastima verte vuelta una mierda con quien sabe que cosas químicas en tu cuerpo las cuales claramente no te hacen nada bien, que tu corazón este tan roto, tan frágil, que este a punto de ser tan solo pedazos de cristal. Me duele demasiado, todo, todo. Agradezco que confíes en mi, haré lo mejor para que te alejes del rumbo que estás tomando. Por favor, cuando veas eso que te está volviendo dependiente piensa en mi... piensa en las palabras que te estoy diciendo ahora mismo. Porque me importas demasiado.

Cuando termina de hablar me encuentro llorando desconsoladamente y pienso que es hora de contarle la causa de mis heridas.

-Mina, te diré, todo.

-¿qué?

-La causa de mis heridas, no solo las físicas.

-Solo si en realidad lo quieres, nunca te obligaré a hacerlo.

-No, está bien...-suspiro.-Todo empezó cuando tenía 5 años, nosotros teníamos una situación económica promedio, como la de una familia normal. Pero entonces mi padre empezó a ascender en su trabajo y ya pasaba menos horas en casa, siendo sincera siempre lo quise más a él que a mamá. Ella no trabajaba y se ocupaba de las necesidades de mi hermano mayor y yo; no era una mala madre y nos cuidaba demasiado. Pero meses más tarde del ascenso de mi padre ella se dió cuenta de que el tenía una amante y también empezó a trabajar para olvidarse de aquellos pensamientos que le torturaban dejandonos a mi y a Dae solos. Nadie, absolutamente nos cuidaba... Oppa salía a una tienda de convivencia a comprar cosas para poder comer más o menos por una semana con el dinero que nos dejaban.-mis sollozos son más fuertes al punto de que mi respiración esta agitada, como viento en plena tempestad-.

-Esto no te sienta nada bien, no sigas por favor.

-Tengo qué.-retomo la historia mientras le sonrío con desgana.-No sé en que momento empezaron los reclamos de mamá hacia él y las fuertes discuciones que tenían o mejor dicho tienen, no sé en que momento me convertí en su blanco de diversión o de des-estrés. Cada noche después de terminar de decirse palabras totalmente sucias ella subía a mi cuarto y me insultaba, se desahoga conmigo. Antes solo era eso, palabras. Ehm; papá dejó la casa por unos 8 años y se fue a vivir con la otra mujer cosa que volvió loca a mi madre y las palabras eran más fuertes que antes, con más desprecio, más ira contenida dentro de ellas, más sentimientos revelados. Pero siempre me pregunté, ¿por qué yo? Cuando esto sucedió yo ya tenía 16, ya me acostumbraba a que todas las noches viniera a alegar cosas que nada que ver conmigo a mi habitación. Cabe destacar que el dinero nos cubría hasta los poros pero eso a mi nunca me importó, cada noche pedía un deseo, cada cumpleaños el mismo deseo, cada que veo una estrella fugaz el mismo deseo, cada navidad el mismo deseo. Que el nunca fuera infiel, así nada de esto hubiera sucedido.

A este punto ya me he calmado un poco más y Mina se encuentra abrazandome.

-Lo siento tanto, mi coneja, demasiado...

-El volvió, se cansó de aquella idiota y como nunca se divorció de mamá las cosas siguieron igual y ella lo perdonó porque está loca de amor como te dije, pero, adivina qué... discuciones nuevamente. Aquí es cuando empieza la agresión física. Y todo lo que ya ves en mi cuerpo. Desde hace 2 años. Aunque ese señor nunca ha arremetido contra mi directamente si lo ha hecho de manera indirecta, al fin y al cabo, por el estoy así, vuelta trizas, ¿no? En la escuela me idolatran por mi belleza, porque es lo único que me queda. El físico, mi alma y emociones ya literalmente no existen. Solo para ti, escasas y renaciendo. Solo por ti.

Me besa tiernamente en los labios y me abraza con más fuerza que antes.

-Te amo.

-Yo igual, por favor nunca me dejes.


Confused   [Minayeon]Where stories live. Discover now