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Mina me regresa a casa y al entrar todo está absolutamente solo, he de suponer que mis padres están trabajando y por la fuerte música me doy cuenta de que Dae está en el cuarto de juegos, en su propio mundo.

Subo a mi habitación y me tiro a la cama para pensar un poco en todo lo que ha sucedido hoy.

En las palabras que le confié a Mina y en las palabras que ella me confió, en las palabras que yo le confié y ella aseguró guardar, en las palabras que ella me confió y que lastimosamente yo no cumpliré.

Pues aunque hayan sido solo unas cuantas veces ya siento la necesidad de tenerlas dentro de mi otra vez.


Mina.

*meses después, noviembre del 2016.*

Nayeon solo me permite verla los fines de semana, los demás días me dice que está ocupada con un montón de cosas, como los deberes de la escuela, que su madre la pone a hacer esto y lo otro y que cuando no es ella es su padre, que debe cuidar de Minyeon, su hermano menor. Excusas, solo excusas. Y se la razón de ellas, su dependencia, aquella que no ha sido capaz de abndonar. Al menos la excusa de los deberes es cierta y le va bien en la escuela pero sin embargo mi mente está hecha un manojo de cadenas enredadas entre sí, un candado con su llave perdida. Por más que lo intento no encuentro una solución para esto. He pensado en meterla en un centro de rehabilitación pero ella se rehúsa y niega que todavía consume. Puesto que es mayor de edad creo que no necesita permiso de sus padres...

Hoy voy a visitarla, y pedirle que por favor se integre.

Toco el timbre de la puerta y me abre Daeyeon.

-Hola, oppa, ¿se encuentra Nay?

-Sí, está en su habitación, pasa. Fighting!

-Gracias.-le hago una reverencia y subo las escaleras para después abrir la puerta de su cuarto-.

-Nay... hola.

-¡Minari! te extrañé amor, ¿cómo estás?-me da un pequeño beso en los labios que me sabe, lastimosamente, asqueroso, y me acaricia el cabello-.

-Bien, ¿y tú?-lo pregunto por mera educación, pues lo sé de sobra, la falta de brillo en sus ojos, la falta de color en sus mejillas, su piel tan pálida como una porcelana blanca, más pálida de lo que normalmente suele ser... su peso ronda los 40 y pues, la apariencia que según ella es lo último que le queda no es la mejor-.

-Súper, mira, estaba viendo esta página web y buscaba ropa de pareja, ¿quieres verla conmigo?

-Amor, mira, necesito hablarte de algo.-la tomo de la mano y la siento en la cama-.

-¿qué es?-me dedica una hermosa sonrisa de conejo y es imposible no derretirme ante ella como un copo de nieve en pleno verano... y tampoco se me es imposible que las las lágrimas fluyan por mis mejillas cómo una cascada-.

-T-e amo demasiado y lo sabes, quiero lo mejor y solo lo mejor para ti, ¿lo sabes, verdad?

-De aquí a Marte, me lo has dicho demasiadas veces, y yo siento lo mismo, ¿pero cual es el punto?

-Bi-e-en, estuve conversandolo en este último mes con Momo, Chae, Chewy, Dubu, Jihyo, Sana, y Jeong. Todas estamos de acuerdo, Dae también lo sabe. Y lo mejor es que ingreses a un centro de rehabilitación porque incluso si niegas que no lo haces más tu cuerpo lo grita. Por favor, aceptalo.

Se para repentinamente y empieza a gritar.-¡NO! ¡YO NO SOY UNA DROGADICTA, MINA! ME DUELE QUE ME TRATES ASÍ. SABES DE SOBRA QUE LO DEJÉ EN EL MOMENTO EN EL QUE ME LO PEDISTE.

Confused   [Minayeon]Where stories live. Discover now