Capítulo 11 El dolor verdadero

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Durante las primeras horas Yuri pareció soportar la falta de agua y comida sin mucho problema, pero su cuerpo comenzó a pasarle la factura cuando amaneció el día siguiente. Se sentía completamente debilitado y la garganta le ardía por la falta de agua.

–Quiero agua- murmuró. Con trabajo había sido capaz de levantarse al baño en la madrugada y ahora se arrepentía porque el dolor en la espalda parecía haber incrementado desde entonces.

Sentía que no iba a aguantar demasiado si no bebía nada en las próximas horas, pero a esas alturas ya le daba igual morirse. Ni siquiera su más grande pasión que era el patinaje tenía sentido si Victor no estaba a su lado y ahora ya sabía que lo había perdido para siempre.

Cerró los ojos y decidió ignorar el dolor en la garganta, la nariz y la espalda hasta que su cuerpo cediera por su propia cuenta. Sería una muerte miserable, lejos de las únicas dos personas que amaba, de su gato y en una horrible pocilga que seguramente se encontraba en medio de la nada y con personas desconocidas.

–Seguramente solo van a destazarme- murmuró y sonrió con tristeza -o a quemarme o lo que sea y a tirarme por ahí... y tú, mi amor, te vas a olvidar de mi como debiste haber hecho desde el principio-

La soledad no resultaba ser buena compañía. Los pensamientos deprimentes le quitaban a Yuri las ganas de seguir viviendo.

–Te quiero Victor...- sintió de nuevo que las lágrimas le quemaban los ojos y se le formaba un nudo en la garganta -por favor perdóname. Quiero que seas feliz-

El sonido de la puerta abriéndose con violencia lo sobresaltó. Se encogió sobre la cama, casi como si esperara que lo recibieran a golpes nuevamente y apretó los ojos.

–¡Buenos días, Yuratchka!- saludó uno de sus captores con ironía -vamos, pequeño niño caprichoso, ¿ni siquiera vas a incorporarte? no me hagas pensar que Nikolai no te enseñó modales-

–No se metan con mi abuelo- respondió -si no me levanto es porque no puedo-

–Te dije que comieras y bebieras- su captor se sentó sobre la cama junto a él y lo abrazó por los hombros -vamos a hacer un trato, Yuri. Te daré un poco de agua potable si me la mamas como se lo haces a Victor- los demás comenzaron a reír a carcajadas.

Yuri se encogió aún más y no respondió

–No exageres, niño, yo no soy un marica como tú. Ni en sueños te pediría semejante asquerosidad. Pero si quiero algo a cambio-

–No voy a darte nada-

–Es algo muy pequeño, solo quiero que veas esto- le mostró unos papeles

–¿Qué es esto? aquí no se ve nada-

–Ten, úsala- le dio una lámpara que Yuri tomó a tientas y prendió en cuanto la tuvo en sus manos. Lo primero que hizo fue apuntar inmediatamente hacia aquél hombre pero lo único que consiguió fue ver una máscara bastante extraña cubriendo su rostro.

–¿Crees que somos tontos?- le preguntó en tono de burla y todos comenzaron a reír de nuevo. Alumbró a los demás y lo único que alcanzó a ver fueron sombras extrañas cubiertas con pasamontañas. Bajó la mirada y alumbró los papeles resignado. Se trataba de un acta de defunción y de una copia del testamento de Nikolai.

–¿Qué es esto?- comenzaron a temblarle la manos y su respiración se volvió agitada -mi abuelo no está muerto-

–Tu abuelo está muerto desde hace un mes, estúpido-

–No... ¡no!, ¡no es cierto!- arrojó los papeles al suelo -¡esto es falso!-

–¡Es real!, ¡está muerto por tu culpa imbécil!- comenzó a reír -lo mataste cuando le abriste los ojos y lo hiciste ver a la porquería de ser humano que tiene por nieto... o mejor dicho, tenía-

Love the way you lie - VicturioWhere stories live. Discover now