CAPÍTULO I - LIBERTAD

1.8K 106 9
                                    

    ✴    

Siglo XIII, edad media, bosque de Kina, en el Sudeste Asiático...

Kai

Hace dos años comencé a viajar por los recónditos lugares del bosque sin un rumbo fijo y sin compañía, había dejado atrás a la que llaman "familia"; pero, se supone que la familia te cuida, te enseña, te hace ver los errores que cometes; y también, te deja ser libre, explorar el entorno y deleitarte con las creaciones de la madre naturaleza; en cambio yo, era solo un esclavo.

Eran pocas las veces que era capaz de salir fuera de casa, no conocía a nadie y nadie parecía conocerme. Papá era una persona temible, estricta en gran medida, sabía que si quería alimento o ropa, tenía que ganármela. Me levantaba temprano en la mañana para limpiar el gallinero y recoger los huevos que dejaban las gallinas, eso no me molestaba, las gallinas aunque a veces ariscas eran unas viejas amigas, ¡muy deliciosas amigas!, las únicas a decir verdad; la parte difícil era acarrear los pesados maderos hasta las carretillas donde mi padre se encargaba de ir a venderlos, mis dedos siempre terminaban con astillas y adoloridos, y el tener que ayudar en la casa después de eso, era un sufrir.

Mamá, bueno ella solo obedecía a todo mandato de mi padre y hacia las cosas como por inercia, parecía no tener vida en sus ojos, nunca me miraba, nunca me hablaba y por supuesto, nunca me defendía cuando las cosas no eran correctamente hechas y recibía una corrección para aprender.

Lo único que me alegraba después de una jornada larga de trabajo, era ver el horizonte, ahí, donde el sol se perdía a través de las montañas y el río adoptaba un color anaranjado, era todo un espectáculo digno de admirar, las montañas grandes, los árboles frondosos; yo solo me preguntaba:

¿Qué habrá más allá de aquellas montañas, de aquel río?

Y ese pensamiento frecuente y potente me llevo un día, a mis 7 años de existencia, a descubrir algo fascinante, ajeno a mi conocimiento y he de decir que también un poco atemorizante, pero solo al principio.

Aquel día, estaba sentado como cada día, cerca de la pequeña ventana de la choza, mirando el atardecer, soñando, recorriendo todo el inmenso bosque, cerré lo ojos con fuerza y me imagine estando del otro lado del río; de pronto, mi cuerpo se sintió pesado, mi cabeza no dejaba de dar vueltas, incluso tenía un poco de nauseas.

Fue una sensación muy extraña, así que me negaba a abrir los ojos y descubrir algo peligroso; pero me di cuenta de algo, ya no estaba sentado en aquella vieja silla rechinante, estaba sentado en un terreno irregular, con mis piernas extendidas y los pies descalzos que lograban sentir piedras y hierba.

Abrí los ojos a prisa, y caramba; ya no estaba en mi casa, estaba cerca de aquel río que pasaba cerca; pero mirando detenidamente, supe que estaba del otro extremo, no muy lejos porque aun podía ver nuestra choza, pero si era lo más lejos que había llegado antes.

Mi curiosidad me llevo a trepar un árbol de mediana estatura, llegando hasta la parte más alta de la copa, mire por todos lados, viendo más de cerca el vuelo de los pájaros, el follaje de las montañas cercanas; podía oler la naturaleza.

Estuve ahí por más de 10 minutos, después mire para abajo y... ahora ¿Cómo bajaría?

Lo admito, derrame algunas poquitas lágrimas; bueno, varias lágrimas, el árbol no era tan grande, pero visto desde ahí era enorme, lo juro.

Ni mamá o papá irían por mí, eso era seguro. Entonces lo pensé, que tal si podía hacer lo mismo que en casa para ir a otro lugar, aunque no sabía bien cómo hacerlo, así que solo hice lo último que había hecho antes de llegar hasta este lugar.

THE WAR - EXO OT12 Where stories live. Discover now