Habitación 201 ✧ Vkook

D I E C I O C H O

Los padres de Taehyung hablaban con el director a solas en su oficina, mientras que él se encontraba en una banca afuera de ésta.

Estaba pensando en todo lo que había pasado. No se arrepentía, pero por otra parte, se preguntaba cómo sería si nada de eso hubiera pasado.

—Taehyung.— miró hacia arriba, encontrándose a Yoongi mirándole fijamente cruzado de brazos.

—Hey.— fue lo único que dijo.

Él se sentó a su lado en la banca, y después de algunos segundos de silencio, por fin habló.

—¿Estás siendo sincero, cierto?— Tae comprendió rápidamente sus palabras.

—Me gusta mucho, Yoongi.— contestó, a lo que Yoongi asintió.

—Él siente lo mismo.

Tae se recargó en sus piernas con ambos codos.

—¿Prome-...— el pelirrojo lo interrumpió.

—No lo lastimaré. Al menos, no a propósito. Lo prometo.— y él asintió un poco más relajado.

—¿Tus padres lo saben?— él negó con la cabeza.

—No, va a ser difícil para ellos, pero tengo fé en que lo entenderán.

—De acuerdo.— sonrió. —Sólo ten cuidado.

Taehyung le sonrió de vuelva, un poco confundido al ver que parecía que no lo odiaba como siempre había creído.

—Y no te odio.— dijo como si leyera sus pensamientos. —Sólo estoy feliz de que él te haya cambiado.

Le sonrió por última vez antes de pararse e irse a clases.

(**)

Taehyung jamás había comprendido las palabras "una persona llega a tu vida y te cambia."

Siempre le pareció una estupidez, porque ¿cómo tendría una persona tanto poder en ti?

Ahora, sentía que las palabras eran bastante profundas y con miles de esperanzas y significados.

Jungkook lo abrazó fuertemente al saber que todo con el director había salido bien. Y Jimin le siguió dándole una grata sonrisa de orgullo a su mejor amigo.

—¡Sabía que ibas a salir de esta!

Jennie le sonrió desde su lugar, mientras comía de un plato de uvas. Y entonces, la puerta se abrió bruscamente.

—Estúpido.— dijo Taeyeon al mirar a Taehyung, y caminó hacia él.

Jungkook apretó la mano de su novio como signo de que él estaba ahí con él.

—¿Qué demonios pasa contigo, maldito?

Jennie se paró rápidamente.

—Taeyeon, basta.

—¡No!— se sobresaltó. —Sólo quiero preguntarle a tus padres cuánto les costó que el director te dejara salir de esta.

Taehyung rodó los ojos irritado, mas no contestó. Ella no merecía respuestas, ni mucho menos respuestas a una pregunta tan falsa como ella.

—Ya vete.— le contestó enojada Jennie, y Taeyeon se zafó de su agarre.

—¡Déjame en paz! No te metas en esto.— miró a Taehyung nuevamente. —Estoy tan avergonzada de haberme acostado con un maricón.

Jennie rodó los ojos. —Taeyeon, ya-...

—¡Tú cállate, que pasaste cosas similares a las mías!— eso hizo que la castaña se tensara unos segundos. Taeyeon río. —Oh, ya veo. Nadie sabe de tu gran secreto, ¿cierto?