Fantasía

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JungKook en serio amaba tanto que fuera viernes. Dejaba por dos días las quejas constantes de sus jefes, las malas impresiones de la vieja copiadora, inclusive las voces chismosas de sus compañeras ridículas.

¿Cuál era el problema ahora? Bueno, tener que trabajar horas extras para no dejar nada de suma importancia qué, de no hacerlo, podría justificarle su despido. 

Suspiró resignado bebiendo quizás la tercera taza de café en toda la tarde. La mayoría estaba listo y esperando ser firmado por un superior. Por fin podría ir a casa, ponerse su pijama, beber las botellas Soju almacenadas en la repisa y dormir por al menos unas veinte horas continuas. Sí, todo planeado.

No contaba con el mensaje recibido en ese preciso instante, algo que le haría perder la cabeza durante un tiempo.
Leyó el remitente de aquello y una sonrisa ladeada se instaló en su rostro.

"Hermano, deja toda la mierda que estés haciendo ahora y fija tu vista en lo que te mandé, sé que me lo agradecerás después. Adiós"

Maldito NamJoon, seguramente era algo extraño en lo referente al tema sexual. Sabía de antemano los gustos excéntricos que posee su amigo, y la mayoría le resultaban tan asquerosos a Kook que simplemente no abría ningún enlace mandado.

Sin embargo, el titulo del Link le intrigó de sobremanera, no podía ignorarlo.¿Estaba mal ver un vistazo de porno en la computadora del trabajo?

Una recompensa no le haría mal.

Observó con una extraña fascinación al desconocido que desfilaba por la cámara. Su rostro era anónimo, pero la mayoría del cuerpo era visible. Un corsé rojo con algo de pedrería adornaba el abdomen, ropa interior del mismo color, pero lo mejor de todo, unas esbeltas piernas cubiertas por medias altas  cubriendo su pálida piel.

El chico en cuestión mecía su cuerpo suavemente de adelante y atrás con movimientos rítmicos, marcando su cadera de manera sensual. Detrás de su espalda sacó una pequeña fusta color negro que sostuvo en sus enguantadas manos. Y los movimientos que siguieron a continuación provocaron un ligero acaloramiento en el espectador.

Sin darse cuenta, las manos del castaño habían trazado su recorrido, llegando al creciente problema en el interior de sus pantalones.

El sonido de cristales rompiéndose contra el piso le hizo sacar la mano inmediatamente del sitio y pausar el video. ¿Qué no era el único idiota con problemas esa noche?

—Demonios —Murmuró JiMin al visualizar el vaso de la cafetera convertido en añicos en el suelo frente a él.

Se apretó el puente de la nariz en un acto de estrés. Algunos iban a trabajar el fin de semana, era obvio darse cuenta de la falta del objeto. Ya imaginaba, para el lunes tendría que pagar tal vez lo triple del costo sólo por tratarse de algo indispensable en el edificio entero.

Tomó trozo a trozo con suma delicadeza, evitando cortarse pues llevaba con él los papeles en los que trabajó todo el día. Trabajar en una empresa reconocida no era algo maravilloso como muchos imaginaban.

Pero sentía un vergüenza extrema al darse cuenta de que, posiblemente, Jeon JungKook lo escuchó. Ese hombre era un dios griego andante, alguien que merecía tener una reconocida carrera como modelo en lugar de estar encerrado todo el día, comido con la mirada por el personal.
Entre ellos, inevitablemente estaba Park JiMin. Desde su ingreso, meses atrás, le era imposible no despegarle la vista y más por tenerlo a tan sólo ocho escritorios del suyo.

El rubio tenía conocimiento de que tampoco pasaba desapercibido para la  llamada "estrella de la empresa". Miradas recurrentes, mordidas de labio en su dirección y el vistazo a su trasero en cada ocasión disponible, pequeñas pistas que sonrojaban al otro.

KHIAL [KookMin] {One shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora