Cap 5: Un Poco de Coraje.

330 36 2
                                    



Cap 5: Un Poco de Coraje.

El Pelirrojo tomo asiento en el sillón de la oficina de William al lado de este. –Claro, Puedo contarte, ahora no creo que sea tan pesado hacerlo. Veras, cada vez que yo cometía una falta grave se me aislaba ¿Lo recuerda verdad?, bien, quizá pensaste que ese era mi único castigo y el tuyo hacer todo mi trabajo mientras no estaba, bien, yo era encerrado en el palacio de justicia donde estaban los altos mandos, creeme que esos viejos no se tocan el corazón, bueno de hecho dudo que puedan tener uno, en fin, dependiendo el castigo, podía pasar encerrado varios días sin comer, encadenado, o hasta llegaba a ser torturado... Y después dicen que no saben por qué mi salud mental esta tan mal... Y sí, mi padre lo permitía, estoy más que acostumbrado a ese trato...–

El pelirrojo soltó un suspiro algo pesado, que le volvió a hacer llorar por lo que bajo la cabeza. Por su parte el azabache no daba crédito a lo que oía de los labios de Grell. Pero al verle llorar se asustó, de su solapa saco su pañuelo y se lo entrego al pelirrojo para que limpiara sus lágrimas. –Espera... Estas diciendo que eras castigado así... Y de paso tenías que aguantar el modo tan violento en el que te trataba, pero ¿Por qué no te quejabas de lo que yo te hacia o de lo que ellos te hacían? –

–Claro que me llegue a quejar en tu cara después de que me golpeabas Spears, dolía y mucho, como no tienes una idea, eras un completo insensible, un bruto... Pero lo malo, mis reclamos los hacía a un modo infantil y hasta coqueteándote, para no darle importancia a lo mal y rechazado que me sentía por ti. Si pudiera volver el tiempo hacia atrás te gritaría, te golpearía, me desquitaría y al final lloraría para que vieras cuánto daño me habías hecho a más de una forma, el dolor físico no pesaba tanto, de hecho no me importaba, pero el que sentía en mi pecho, ese me doblaba, pero era lo que ganaba por ser mi culpa por es una burla de shinigami. Pero, no, aun si pudiera desquitarme aquí y ahora, no lo haría, no vale la pena, lo hecho, hecho esta y así están bien las cosas, ya no importa más...– Mientras hablaba el carmesí se le hacía un doloroso nudo en la garganta y continuaba llorando.

William ante cada palabra de Grell se sentía una total y completa basura, se estaba maldiciendo por no ser un poco más sensible hacia el pelirrojo, o incluso más tolerante, vamos se daba cuenta de que era un completo monstruo. Y pese a todo eso Grell duro cerca de 200 años enamorado de él, aún con una esperanza, aun con el anhelo de ser amado. En ese instante el azabache bajo la cabeza completamente arrepentido, no quería llorar, había olvidado hace mucho tiempo como sobre llevar un sentimiento y emoción.

–... Vamos Spears, ¿No me digas que te pone mal, el recordar cómo me tratabas a diario, hasta hace 25 años atrás?, te he dicho que no importa, sé que fue difícil lidiar conmigo, con quien se volvió una peste para ti, gritando, y ufanándose de cosas que nunca serian. No sé cómo aguante casi dos siglos, supongo que era un masoquista y yo te veía como un escape a lo que era... por eso fui trabajando con ayuda de algunos amigos para dejar de amarte, nada haría que de la noche a la mañana te enamoraras de mí, nada haría que fuera importante para ti, sin importar cuanto lo deseara, eso no iba a pasar. O bueno al menos eso creí que desde que te conocí, ciertamente cada uno vivía en su mundo. Sabes me costó mucho el poder olvidarte, tenía que hacerlo solo así podría ser fuerte, y seguir con mi vida. Pero aún me dueles en el corazón. –

El azabache ya no encontraba como poder verle a los ojos al pelirrojo, por tanto tiempo estuvo ciego, ignorándolo e ignorándose y la única respuesta que podía encontrar fue su obsesión por el trabajo, por subir de puesto, por tener todo perfecto, tanto que se olvidó de ver y sentir muchas cosas y la principal era el amor, el mismo que por tanto tiempo Grell le ofreció y profesó, y ahora estaba más que perdido.

El pelirrojo guardo silencio un momento después de lo último que dijo y se dio cuenta de abruptamente habían cambiado de tema y este se estaba abriendo sentimentalmente a William, dándole a conocer todo lo que había guardado.

– Sutcliff... Grell... ¿Cómo pudiste aguantarme por tantos años?, Soy un completo imbécil, un insensible, un idiota... No... Un monstruo... ¿Por qué te quedaste tantos años demostrándome tu amor sin que yo te demostrara un sentimiento a cambio?... ¿Por qué... Dime porque no pude dejar mi obsesión por el trabajo, mi miedo a decepcionar a los altos mandos por mi rendimiento, porque no pude dejar todo eso de lado un instante y corresponderte? –

El pelirrojo se tomó un momento para terminar de limpiar sus lágrimas, se puso de pie, justo enfrente de William al cual le obligo que le diera la cara, no importándole que el azabache se viera en shock o quisiera gritar. Le sostuvo firmemente del mentón un momento y comenzó a hablar sin quitarle la mirada de encima ni por un momento.

– Spears, eso... Yo... Bueno, quizá porque tenía la esperanza de que me correspondieras a pesar de todo... Pero sabes, yo me canse, me canse de tratar... Me canse de traerte regalos, en San Valentín y no recibir nada al mes siguiente en el Día Blanco, me canse de darte regalos el día de tu cumpleaños, de navidad, de año nuevo, y no oír aunque sea un dichoso "Gracias"... Me canse de siempre acercarme a abrazarte y ser llevado al piso gracias a un estrepitoso golpe de tu parte... Me canse de llevarte de comer a tu oficina, para que pudieras comer ahí mismo y no perdieras tanto tiempo en salir de tu oficina, ir al comedor, formarte, sentarte a comer y subir de nueva cuenta a tu oficina, y solo recibía un "largate, y dejame trabajar" Sabes muchas veces esa comida yo la preparaba en mi casa para ti, pese a que era un desastre en la cocina, me tomo mucho tiempo, cortadas, quemadas y demás accidentes poder hacerlo bien, todo mundo se daba cuenta de mi esfuerzo, menos tú... Me canse de ser una burla en tacones, de pretender ser una mujer, un estúpido intento para llamar tu atención, pero ni así, al contrario, supe cómo te burlaste de mi a mis espaldas, bueno no era secreto verdad, siempre me decías "Sutcliff tú no eres una dama, dejate de tonterías". Pese a todo, me reponía al día siguiente y te daba una sonrisa. Pero un día pese a que estaba más que cansado, seguí intentando, pero con la diferencia de que fui moderando mi comportamiento, lentamente fui cambiando y alejándome de ti, entendí que no te darías cuenta y así un día podría irme de este despacho sin que lo notaras, pero al final solo iba cambiando por mí, porque lo necesitaba, pero pese a que iba modificando ciertas cosas de mí, aun te amaba... Y lo que me enfurecía a mas no poder era que con cualquier persona, menos conmigo podías sonreír, ¿Cómo carajos crees que me sentí? Casi 2 malditos siglos esperando aunque sea un "gracias", una sonrisa, o algo amable, y cualquier maldita persona te podía hacer sonreír sin siquiera esforzarse el 1% de lo que yo me había esforzado por ti, eso fue como apuñalarme en el pecho, ah, pero hace 12 años estabas platicando con una mujer, de la cual solo sé que tenía el cabello azabache a la cintura, ella fue la causa de que por más de una década no quisiera verte a la cara, ella te hacia sonreír, incluso reías, te veías tan jodidamente feliz... tanto que fue la gota que derramo el vaso, ese día pase a su lado sin dirigirte la palabra. Y el resto es historia pase 12 años sin verte a la cara, me convertí en una sombra... Tanto, que en todo ese tiempo estuve arreglando muchos de mis asuntos para poder cambiarme de sede. De hecho tengo todo listo ya... Pero solo me quede porque justamente hace una semana dijiste algo que me llamo la atención, demostraste preocupación por mí, y ahora me has defendido fieramente pese a las latentes consecuencias, fuiste tan celoso y sobre protector, aun no logro asimilarlo, pero no sabes cómo lo agradezco... Y sabes, pese a que te he contado todo esto con tono de reclamo y enojo, estas más que perdonado, si no, no te hubiera dado la cara de nuevo y vuelto a trabajar a tu lado, en lugar de solo evitarte. –

Les espero en el infierno, que tengan dulces pesadillas mis queridas almas y bellas ladies.

Hime Diamont Crevan, 2017 ©

RetiradaWhere stories live. Discover now