Cap 29: Conversación.

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Cap 29: Conversación.

Ciertamente parecía que sería todo lo contrario, quien la pasaria sumamente incomodo y mal durante la boda sería Grell, ya que cada mirada y sonrisa que le dirigían William y Ronald eran un tanto burlonas y hasta ligeramente crueles a su ver, realmente no sabría qué cara ponerle a su esposa en cuanto la viera, pero tenía que encontrar rápidamente el modo de serenarse, por lo que salió desapercibidamente un momento de la vista de todos los invitados, hacia uno de los baños más alejados del salón, donde rápidamente se encerró, se sentó en el piso contra la puerta, abrazando sus piernas, no era enojo, no era angustia, era dolor y un ataque de ansiedad lo que comenzó a darle al pelirrojo, sin poder aguantarlo más comenzó a llorar, le dolía ver a William, su ex jefe y al que llamó "su Will" por 200 años, pese a que nunca le correspondiera y perdiera el tiempo amandole solo él, no quería encontrar en ese momento la razón exacta... ¿Lo extrañaba?, lo veía tan feliz, haciéndole sentir mal, simplemente no podía verlo, una vez más ese pesar y dolor en el pecho le invadió, pero no podía hacer nada, más que tratar de desahogarse y respetar a su esposa e hijo, ya que al parecer se estaba dando cuenta que muy en el fondo de su ser sentía aún algo por William.

Grell pese a estar llorando un tanto dolido, trato de retomar compostura y de no tardar tanto en el baño, no quería dar una mala impresión, además tenía que seguir recibiendo a los invitados en nombre de sus padres, por lo que un tanto más calmado se levantó del piso, sacudió y acomodo un poco su traje, ya frente al espejo sacó un pequeño botecito el cual acercó a oler profunda y rápidamente, lo guardo bien entre sus ropas, se lavó la cara y de paso se tomo un par de pastillas, suspiro nuevamente, y al salir del baño, se fue como si no hubiera pasado nada. Regreso a la puerta junto con Paul a seguir recibiendo a los invitados, algunos minutos después el pelirrojo ya tenía una copa en sus manos, justo en el instante que dio el último trago a esta, iba llegando alguien más a la mansión, su Jefe directo.

-Buenas tardes Sutcliff, lamento la tardanza, hubo un retraso en el vuelo, y usted comprende lo tedioso que es viajar así, en fin ¿Como se encuentran su padre y su futuro padrastro? El cual aún no tengo el gusto de conocer su identidad.- Aquella persona se quitó su abrigo negro entregándolo al mayordomo, se trataba de una bellísima mujer con una cabellera ondulada que iba degradándose de azabache a plateada hasta la cintura, delgada, busto bien proporcionado, cintura pequeña, con aquellos ojos verde amarela tan propios y únicos de los shinigami pero que ella los hacía ver tan dominantes y a la vez seductores, elegantemente vestida de negro con plata, con una estatura de 1.70 mts ya con sus tacones, se trataba de Liani Bennett la presidenta de la sede de Nueva York y jefe directo de Grell y Ann.

-Buenas tardes Madam Bennett, no se preocupe, aún no comienza la ceremonia, mis padres estan tomandose un momento a solas antes de la ceremonia, estuvieron bajo presión por lo preparativos. Dígame, ¿Su esposo el Sr. Lance Bennett pudo venir?-

-Claro Sutcliff, está estacionando el auto que rentamos para poder venir hasta aquí, tenía muchos años que no venía a inglaterra, mucho menos a Londres, de eso ya son demasiados años, ya que tuve que irme a Estados Unidos desde muy joven, todo está completamente diferente, claro de lo poco que recuerdo, debería dar un paseo mañana, por cierto Sutcliff después de la ceremonia, tengo algo que hablar contigo, ¿De acuerdo?, oh querido, qué bueno que ya estás aquí, bien Grell nos indicas por favor donde están los demás invitados.-

Lance Bennett, era un hombre ciertamente muy atractivo, tenía el cabello rubio en una melena corta, media 1.84 mts, complexión semi robusta debido al ejercicio, de mirada muy fría, pero cuando estaba ante Grell esta era cálida, un privilegio que se había ganado aquel pelirrojo, portaba un bello traje negro mate, incluidas camisa y corbata, el chaleco era plateado al igual que el pañuelo de la solapa, haciendo perfecto juego con el vestido de su esposa.
-Hola Grell, un placer verte de nuevo ¿Como están tu, Ann y tu hijo?-

-Entendido Jefa, Muy bien Lance, estaba alimentando a Evan, y aún no se si ya está en el salón, ya que me quede recibiendo a los invitados, claro, síganme por favor, es por aquí...- El pelirrojo les llevó hasta el salón, el trayecto era corto, pero aún así iban conversando, al entrar al salón, muchas de las miradas iban hacia el matrimonio Bennett, unas más hacia Grell...

La azabache-platinada inmediatamente tomo una copa de vino en cuanto esta le fue ofrecida por un mesero, igualmente aquel rubio tomo una, Grell por su parte pidió "otra copa igual" refiriéndose a lo que tomaba antes de que llegara su Jefa. Minutos después llegó Angelina con Evan en brazos, dirigiéndose con Grell, saludo a su jefa, y al esposo de ella así como le dio un amoroso beso a Grell en los labios. Beso que fue visto por William desde la distancia y de reojo, indescriptiblemente, el observar dicho beso, no entendió el por que se sentía como una puñalada justo en el centro del corazón, más sin embargo claramente disimulo la molestia, Grell no debía removerle el corazón, ahora era un hombre casado, futuro padre... Y justamente de eso estaba hablando con su hermana, dándole la noticia de que sería tía.

-Claro que estoy hablando enserio Elaine... ¿Crees acaso que yo podría bromear con algo tan serio esto?... Vas a ser tía en unos meses más, en cuanto sepamos que es, con gusto te llamaré.- El azabache levantó su copa delicadamente para tomar un sorbo de vino y dejarla nuevamente en la mesa.

-William, yo se que no bromearías con algo así, es que simplemente no me lo puedo creer, estoy tan feliz por ustedes, realmente agradezco el día en el que se dieron cuenta de sus sentimientos, Ronald, has hecho tan feliz a mi hermano, no se como agradecerte... Pideme lo que desees, yo te lo daré, no importa que sea... Vamos, cuñado que yo no acepto un no por respuesta.- La azabache se abrazó amorosamente a su cuñado, no solía hacer muestras de cariño tan públicas, pero Ronald las valia.

-Ahnm Elaine, no es necesario que me agradezcas, ya que yo también soy muy feliz con William, creeme que nos ha tomado por sorpresa dicha noticia, ya que no se supone que yo pudiera tener hijos al menos de esta manera, aunque nunca me habia estudiado por completo, pero en fin, lo importante es que estamos ansiosos por su llegada...- El Rubio-moreno correspondía al cálido abrazo de su cuñada, que sabía que pocas veces hacía algo así.

-Hermana... No crees que exageras un poquito, hablas como si hubiera sido infeliz toda mi vida...- William soltó una risilla nerviosa muy sutil mientras observaba de reojo a cierto pelirrojo.

-¿Y no era así don gruñon? Siempre fuiste un serio, hasta frío, y eso que eres muy unido a la familia... Ciertamente siempre me pareció que algo te perturbaba, que tenías dudas sobre algo, incluso algunas molestias... Vamos soy tu hermana mayor, y como tal conozco muy bien a mi hermanito, seguramente te tomo algo de tiempo desarrollar y poner en orden tus sentimientos... ¿Entonces Ronald, Ya decidiste que te voy a regalar?...- La azabache ya había dejado de abrazar a Ronald y ella dio un sorbo a su copa de vino tinto.

-Bueno, ya que insistes tanto Elaine, quisiera un reloj nuevo... y claro lo que le gustes regalar al bebé...- El menor de la familia Spears sonrió sutilmente a su cuñada y bebió un poco de agua de su copa.

-Perfecto, entonces mañana te llevo de compras, me quedaré en Londres unos 4 días, necesito un descanso y aprovechar que en 2 días más es el cumpleaños de William.- El antes mencionado sonrió al oír lo de su cumpleaños... Sería divertido celebrarlo. Pero su vista parecia fijarse aún más en Grell... De cierto modo insistente, incluso siguiéndole cuando este caminaba.

-Cierto, me vas a hacer fiesta, eso me agrada... Alan, Eric... ¿Quieren ir?, será en la mansión de la familia...- Respondió William para no llamar la atención por estas distraído en cierta persona que según él debía detestar ahora.

-Faltaba menos Jefe, cuente conmigo y con Alan, hay estaremos... No faltaremos, se ponen geniales tus fiestas, que bueno que decidiste celebrar de nuevo tu cumpleaños...- El rubio escocés se había entusiasmado ante la invitación, Apreciaba mucho a su jefe y amigo.

Los minutos seguían pasando dentro de dicha mansión, hasta que por fin las puertas principales se cerraron, anunciando que ya todos los invitados estaban presentes, y por fin las puertas del salón de eventos de la mansión Sutcliff eran abiertas de par en par, anunciando la entrada de Anthony y Adrián, ninguno de los presentes perdía detalle de la pareja nupcial, la cual vestía de blanco en este maravilloso día.

Hime Diamont Crevan, 2019©.

RetiradaWhere stories live. Discover now