Capítulo 18 - Un Amigo en el Encierro

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La cárcel es el castigo que muchas personas tiene como castigo al cometer un crimen grave ya sea robo, violaciones, asaltos, homicidios u otro tipo de delito grave que se comete en el mundo a diario. Pero ¿tienen a las verdaderas personas pagando por el crimen? Muchas veces la injusticia se hace presente y más ante nuestros seres queridos que conocemos desde que tenemos pañales. 

Una semana exacto pasó desde el día que Troy fue arrestado en Hospital por supuesto intento de violación hacia su chico que tanto amor le tiene. No era sencillo para él estar en ese lugar ya que tenía que sobrevivir a las cosas como la comida chatarra de dicho lugar, o quizá el tener que confrontar uno que otro preso que quiera problemas para poder divertirse. Troy sin embargo era una persona fuerte y sabía defenderse con mucha facilidad ya que era muy bueno en las peleas y no perdía cuando estaba en una.

Ahí estaba en su celda absolutamente solo sin nadie con quien hablar u alguna compañía que tuviese consigo, en parte era muy positivo ya que era mejor estar solo y no tener un preso delincuente con problemas. Estaba escribiendo una carta para Tanner y las podía mandar con seguridad con un guardia que a los dos días de estar ahí tuvo una gran confianza y amistad con esa persona.

Comenzó a escuchar pasos que se aproximaban específicamente hacia su celda, el guardia abrió la reja y metieron a un delincuente junto con él. Ahora ya tenía compañía, era un señor de aproximadamente treinta años de edad, era alto de pelo negro, fornido con buen cuerpo y con cara de tener buena apariencia.

— Mientras no te metas conmigo no tendremos ningún problema— fue lo primero que dijo el nuevo compañero de celda de Troy. Sin embargo le extrañó mucho ya que no se esperaba esas palabras sin ninguna acción como sujetarlo de el uniforme de prisión y amenazarlo.

— ¿Por qué habría de meterme contigo? — preguntó Troy con mucha calma, ya que no tenía intención de meterse con él ya que no le hizo algo malo para que le pateara el trasero.

— Lo siento, solo estoy molesto ya que estoy aquí por una injusticia— se excusó— y cuando estoy tan molesto no quiero que nadie me toque dado a que puedo hacer mucho daño.

— Entiendo— dijo Troy con voz suave— también estoy aquí por una injusticia, creo que tenemos eso en común — ambos comenzaron a reír.

— Me llamo Stefan ¿y tú?

— Me llamo Troy— ambos se dieron la mano al presentarse y se acomodaron en sus camas para prepararse a entrar en un sueño profundo, ya sería un nuevo día a la mañana siguiente.

El sol salió y como rutina normal de los presos deben salirse de sus celdas e ir hacia las duchas para un baño y tener suerte de entrar a una regadera con puerta con seguro ya que muy pocas estaban así y el resto estaban todas juntas en un solo lugar y muy expuesto en donde todos se podrían ver sus partes.

Por suerte para ambos tomaron una ducha con privacidad sin tener que exponer su cuerpo ante personas desconocidas y no ver las partes íntimas de ellos. Con el tiempo pasaron al área de desayunos en donde sirvieron mucho huevo con pan y un poco de jugo de naranja.

Tenían que sobrevivir con lo que ellos injerían, al sentarse en una mesa de dos personas Stefan pudo observar a lo lejos algo que le llamó la atención. Haciendo una seña de que regresaría en unos instantes, Troy no paró de verlo ya que quería ver hacia donde iba. Estaba hablando con unas personas cuyos cuerpos estaban llenos de tatuajes y prendas como chalecos rotos negros para dar el significado que no son personas de hacer amigos.

Al volver a la mesa estaba con una sonrisa en la boca ya que pudo conseguir lo que quería y lo tenía en sus manos.

— ¿Qué fuiste hacer? — preguntó Troy con mucha curiosidad.

Bromance [ Gay ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora