Capítulo tres: Mejor Amiga.

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Por fin hemos avanzado al capítulo tres! ¡Yay!

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Por fin hemos avanzado al capítulo tres! ¡Yay!

Esta historia es mi favorita, ya que les contaré todo acerca de mi mejor amiga y yo. Cómo la conocí, cómo se volvió tan importante para mí, cómo mantenemos la amistad... ¡TODO! Y se los iré narrando con lujo de detalles, así que les aconsejo buscar algo de comer y ponerse cómodos para poder disfrutar de todo lo que tengo para decirles. Espero que les guste.

En mis dieciséis años de vida, he estudiado en seis colegios y actualmente me encuentro cursando mi último año de secundaria, lo que quiere decir que estoy a un paso de entrar a la Universidad mis queridos lectores, tendrán una escritora Universitaria. El caso es que, con tantos cambios de escuela no es fácil mantener una amistad de esas que se ven en las películas que inician a eso de los cinco años y terminan cuando ambas personas se encuentran arrugaditas y desmemoriadas; de hecho, a mis sietes años de edad ya me encontraba entrando a lo que vendría siendo el tercer colegio donde cursaría estudios. Estaba muy nerviosa y también algo triste porque al cruzar la puerta de entrada no me encontraría con la pelirroja de ojos avellana, sentada en el piso esperando mi llegada a la institución.

Mientras caminaba hacia el colegio, tomada de la mano de mi abuelita, iba tarareando una canción para despejar un poco mi mente y lograr calmar los nervios que reinaban en mi cuerpo en ese preciso momento. Tenía miedo de no poder hacer amigos, no quería estar sola en un colegio totalmente nuevo para mí, ¡Ni siquiera había entrado antes! Así que por ende ni siquiera sabía dónde quedaban los baños. Creo que eso era lo que más me preocupaba, no tenía problema con conocer a una nueva maestra o quizás ver clases nuevas, me adaptaba fácilmente a ese tipo de cosas, el problema estaba en conseguir amigos. Nunca se me ha hecho difícil comunicarme con los demás, soy un poco tímida pero si la persona me inspira confianza, puedo soltarme y ser yo misma, todo radicaba en las demás personas ya que yo podía llegar, presentarme y entablar una conversación, pero había algo que siempre los alejaba, no lograba pasar de una pequeña charla y quizás algún juego, con quien había llegado más lejos, era la pelirroja de dulces pecas y hermosos ojos, y creo que fue porque nuestras personalidades eran muy parecidas al igual que nuestra forma de ser.

Continuando con la historia...

Al llegar a la institución, me detuve un momento a inspeccionar la fachada. Frente a mí, se encontraba un gran portón de color amarillo bastante chillón, con una pequeña puerta en una de sus esquinas y al encontrarse abierta, me permitió echar un vistazo a lo que había detrás de ella. Tan solo me encontré con el estacionamiento de profesores y algunas madres acompañando a sus hijos hasta la entrada del colegio, la cual, por lo poco que pude observar, se encontraba mucho más allá del portón, habría que pasar por el largo estacionamiento para luego toparte con tres escalones los cuales al subirlos te dejaban frente a la gran puerta de entrada de la institución.

Diario de una Chica Rara. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora