CIENTO TREINTA Y OCHO

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[narrado]

Habían llegado al hospital y habían tenido que esperar como 1 hora pa que atendieran a la Belén. Ya que los culiaos atendían por daño y no por llegada, y como eran tan yetas justo cuando llegaron también llegó un weon desangrándose.

El Javier estaba apunto de gritarle a alguien mientras que la Belu esperaba en una camilla, cuando al fin llego un doctor al Javier lo echaron cagando y este tuvo que esperar afuera.

Estaba nervioso, se estaba apunto de dar cabezazos contra la pared cuando llegaron los cabros y lo vieron echo pico.

-Ay, mi pana. -dice el Max abrazando al Javo.

La Vale estaba histérica y cada 5 segundos había que estar mandándola a callar.

-Ven, amor, vamos a buscar algo de comer. -dice el Dano llevándose a la Vale en un intento de poner menos nervioso al Javo.

La Xime le tomo el brazo al Javo y este apoyo su cabeza en el hombro de ella.

-Fue la weona de la Támara, la encontré justo cuando le estaba pegando en la guata... La ridícula huyo como rata. -dice el Javo con sus puños apretados y los ojos cerrados.

-Denunciarla no va a servir de na' el papá de la agila' es abogado. -dice el Max sentándose en el suelo.

-¿Y cómo sabi vo' esa wea? -dice la Janis cruzándose de brazos.

-Porque cuando la culia fue a Italia dijo que no podríamos tocarle un pelo si la denunciábamos porque su viejo es abogado, y hablo con esa voz chillona asquerosa que tiene. -dice el Max encogiéndose de hombros.

La Janis iba a seguir webeando cuando se abrió la puerta de urgencias y apareció el doctor que había recibido a la Belu.

-Ese es el doctor. -dice el Javo para que luego todos lo miren.

El Doctor estaba totalmente serio, ninguno cacho si iba a darles buenas o malas noticias.

Pero puta que querían que fueran buenas.

Te sigo amando, weon (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora