Te sigo amando, weon (#2)

CIENTO CUARENTA Y OCHO

[narrado]

Eran casi las 1 de la madrugada cuando trajeron a la Belu de vuelta a su habitación.

El Javier tenía unas ojeras terribles y no había hablado en ningún momento. Todos habían tratado de distraerlo un rato, pero nada lo logro.

Cuando dejaron a la Belu dentro de la habitación el doctor se acerco a la mamá de la Belu y le empezó a decir lo que había ocurrido, algo sobre unas contusiones y un derrame.

-Vamos a esperar hasta que ella despierte para poder revisar al bebé, no conocemos las probabilidades de que el bebé este vivo.

El Javier dejo de escuchar y centro su vista en la puerta de la habitación.

La Cona se sentó al lado de él y apoyo su cabeza en su hombro.

Los cabros habían decidido hacer turnos, no podían estar todo el tiempo allí teniendo que asistir a la universidad. El Dano había vuelto a Conce y el Max había estado yendo a hacer grabaciones pa que el Javier no se perdiera con las clases.

-No te diré lo que ya todos te han dicho, nada esta saliendo bien y probablemente se ponga peor... no te diré que ella y tú tendrán ese bebé, porque no es probable... pero te diré algo que si es cierto, eres fuerte y ella también lo es, van a necesitarse el uno al otro y aún más lo harán si el bebé muere... todos nosotros estaremos aquí para ustedes y los ayudaremos con lo que necesiten. -dice la Cona en voz baja para que solo el Javier pueda oírlo.

El Javier simplemente asintió y dejo que las lágrimas cayeran por su rostro, ya no le importaba cuan "hombre" tenía que ser, se sentía como el pico y ya no le importaba que lo vieran llorar.

Necesitaba desmoronarse para volverse más fuerte.