Melodías al viento

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Yuri on Ice!!! no me pertenece, es obra de sus creadores. Fic hecho sin fines de lucro.

MELODIAS AL VIENTO

Fotografías de todos los tamaños adornaban sus paredes, imágenes con gente de todo tipo, desde famosos artistas hasta políticos prominentes, aunque también habían fotografías un poco antiguas de él, siendo joven posando con chicos y chicas de su edad y algunos mayores, aunque la gran mayoría eran con su fiel compañero de aventuras alrededor del globo.

Un hermoso piano de cola había sido su compañero en los buenos y malos momentos de su vida.

Era su compañero de clases al practicar en sus años mozos.

Fue su fiel amigo incondicional cuando guardo luto por sus progenitores, también le dejó sacar en el sus frustraciones como una hermosa y triste melodía que se la llevo el viento de una tarde en agosto.

Como una pluma y tinta a un escritor, él tenía a su piano como manera de comunicarse con el mundo, llevar sus alegrías y tristezas a todos, para no sentirse tan solo.

Funcionó un buen tiempo, ganó reconocimientos y muchos lo idolatraron, recibió miles de regalos y buenos deseos, también tuvo su futuro asegurado económicamente hasta envejecer y morir, sin preocupaciones.

Pero, por desgracia, la bella y letal dama de negro se estaba adelantando a grandes pasos y ni siquiera permitiría que el blanco llegara a su cabello y las arrugas surcasen su rostro.

Los viajes terminaron y esas personas que le acompañaron en esa bella época fueron quedándose solo en sus memorias y una que otra llamada ocasional. Poco a poco, el empezó a ser un recuerdo de una época que pasó.

Y entonces él se marchó de las frías tierras de Rusia hacia un puerto en las hermosas costas de Italia, donde los barcos pesqueros y la gente del pueblo eran lo único que se mantenía constante en su día a día.

Decidió entonces que su fiel compañero no sufriera su mismo destino, no mientras pudiera evitarlo, y así, después de mucho tiempo, se vio a si mismo arreglándolo, afinando sus notas y quitando el polvo que denotaba olvido de sus teclas.

Y volvió a tocar. Nunca dejo de hacerlo cada noche. Llevando hermosas melodías de antaño, sus propias creaciones o las de otros, no importaba mucho, pues eran ejecutadas con tal perfección que los afortunados que podían escucharla, se deleitaban bajo las estrellas con ellas.

El hombre extranjero había comprado una casona antigua sin dueño, nadie le había visitado en todo este tiempo, pues la actitud solitaria y melancólica del extranjero no les dejaba otra opción.

Incluso se preguntaban cómo es que una persona que tocaba como un ángel podía vivir con tal amargura en su corazón.

Entre aquellas afortunadas personas que podían deleitarse con su música, se encontraba un joven de ascendencia oriental que vivía a pocos metros de la propiedad, cada noche, después de su trabajo en la panadería del pueblo, esperaba a orillas de la vivienda, en un montículo de arena bordeado por las olas y los peñascos que le daban cierta privacidad y le permitían contemplar la hermosa melodía que venía de la vieja casona.

Esperaba cada atardecer, sentado en la arena mirando el mar y el cielo, las embarcaciones terminaban sus recorridos por la costa y llegaban a los puertos, a veces cargados otras no tanto.

El joven suspiraba mientras hacía dibujos en la arena, recordando las melodías de días pasados, tarareando suavemente y cerrando los ojos.

Entonces escuchaba los primeros acordes y sonreía, pues el momento había llegado. Se levanta de la arena y comenzaba a moverse descalzo en la arena, arrullándose en las suaves notas que se llevaba el viento, creando una bella danza, interpretando lo que sentía en ese momento y, que podía jurar, eran las emociones del extraño sin nombre.

Melodías al viento (Yuri on Ice!!!) Victuri One shot #ViktuuriAwardsWhere stories live. Discover now