4. El Reemplazante

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Mire a mi alrededor muy rapido, estaba parado en un pasillo oscuro. El piso de piedra y las paredes negras con cuadros en ellas cada pocos metros. Cuadros como el de la caféteria <La cafeteria!, el pasillo,el humbral, seguro estoy muerto.>

Me lleve las manos a las espaldas para hacegurarme que estaba entero. Ahí donde senti que me sugetaban tenia cicatrises dos a cada lado sobre mis homoplatos, una sensacion de horror me recorrio el cuerpo, parece una pelicula de horror. Recuerdo haberme puesto una camiseta roja y unos vaqueros azul oscuro... ahora toda mi ropa es negra! a menos que haya hecho un vieje fugaz a la casa y haberme cambiado ropa es imposible que ahora este usando algo diferente.<esta camiseta me queda un poco ajustada, para mi gusto... deberian haberme preguntado mi talla>.Todo esto es una locura.

- Terminaste?, haces que pierda mi tiempo citadino.- alce la mirada sorprendido, olvide por completo que estaba con alquien mas.- Muevete, quieres? no tenemos toda la noche... el sol nos hacecha!- dijo ella completamente irritada por mi presencia.

- Perdon, yo me olvide que estabas aqui.

Me lanzo una mirada de odio e intente otra vez.

- Sabes no entiendo nada, que paso?- jesticule teatralmente a todo el lugar- recien estabamos en la cafeteria y ahora parece que entramos en una pelicula de horror varata...

-Me eh topado con idiotas como tu antes, sabes? dicen que no saben nada y en el fondo son unos calculadores... limitate a hacer tu trabajo de buscador, citadino y veremos cuanto duras.-dijo avanzando por el pasillo.

- Espera... buscador?, buscador de que? que hablas... yo no soy un calculador ni menos un idiota.

- Eso lo veremos...

- Espera, porfavor...- ella me ignoro y me inundo la ira.- quiero salir de aqui... no debi seguirte, esta claro que no quieres que este aqui. Pero deberias tener la desencia de decirmelo a la cara.

- Lo que yo quiera no tiene importancia.

- Entonces no lo niegas

Se encogio de hombros.

- En todo caso no me interesa, eh terminado aqui! - me di la vuelta y apresure el paso para encontrar otra vez el humbral y la escaleta.

-No puedes volver. hisiste el juramento.

Me volvi y cerre mis puños con fuerza, tal fuerza que mis uñas empezaron a dañar mis palmas.

- Una vez que haces el juramento, tomas el lugar del ultimo buscador, lo reemplazas. No lo escoges... el libro lo hace.

- Juramento?... yo solo lo lei en voz alta por que me parecio teatral, nada mas! esto debe de ser una broma. Es solo un libro!- contuve el temblor de mi voz, para que ella no notara la anciedad.

-Una broma... lo mismo pense cuando me lo dijeron. Adam Warwick, El citadino insignificante, amante de los libros para niños y que su hermano lo apoda caramelo, sin una pisca de resentimiento. La verdad que si, yo tambien pense que era una broma, pero ya veras aqui estas. El libro te escogio por una razón, te dio una mision y una promesa. por supuesto yo no estoy de acuerdo con eso, pero como te dije, lo que yo quiera no tiene importancia. Así que haznos un favor a los dos y deja de lloriquiar como un bebe y acepta tu destino o muere por ello.- me miro con resentimiento- Ya aclarado el asunto. camina tenemos mucho que hacer.

La segui sin hablar, ni mirarla. Como puede estar pasando esto? acaso no volveria a ver a mi familia otra vez?. Necesito hacerle muchas preguntas, pero ya dejo claro que no le agrada mi presencia... tal vez es un sueño y despertare en un rato.

Llegamos a una sala muy concurrida, y en cuando entramos, todas las personas se voltearon a vernos, unos mas sorprendidos que otros. La sala era de piedra, al parecer estabamos bajo tierra... creó. Se habrieron paso y nos detuvimos en el centro de la sala, la gente formo un circulo a nuestro alrededor y cuatro personas sobresalian por delante de nosotros, tres hombres y una mujer, con no mas de 30 años de edad y el resto jovenes de muchas edades.

Como un CuervoWhere stories live. Discover now