Capítulo 16.

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¡Esta muerta! —escuché que gritaron.

No quería levantar mi cabeza, aunque los disparos ya habían cesado, no quería hacerlo, aún estaba muy asustada.

—¿Están bien? —preguntó Diego.

—Si —dije y luego levanté mi cara.

Miré que había una chica a un lado de Sidney y Camila, me parece que la vida algunas veces en alguna clase.

Ella tenía un pequeño agujero en su frente, sangre salía de ahí.

—¡Esta muerta! —gritó un chico a un lado de ella.

Giré mi cabeza en dirección donde estaba Manuel, pero ellos ya no estaban, los muy cobardes huyeron.

—Tranquilo —dijo Saúl acercándose al chico que lloraba a un lado de la chica muerta.

Muchos estaban llamando a la policía, después de unos minutos Ana ya estaba despierta, lo que sea que le dieron no hizo mucho efecto, ya que solo le dio unos cuantos tragos a la soda.

—La mala suerte los persigue —mencionó Lizbeth pasando a un lado mío.

La policía comenzó a recoger las balas que se encontraban ahí tiradas, todos los estudiantes nos fuimos a nuestros dormitorios.

No entiendo cómo Lizbeth puede ser así de horrible conmigo, yo la ayude cuando lo necesito, se quedó en mi casa por muchos días.

Me fui a mi dormitorio, rápido me eché a dormir.

—Buenas noches —mencionó Emily.

***

POV Jessica.

—¿Estás bien? —preguntó una chica al otro lado del pequeño cuarto donde estábamos.

Yo asentí, aun me sentía un poco mareada.

—Si, ¿Sabes por qué nos trajo aquí?

—Me temo que sí, él nos matará —la chica agachó la mirada, podía notar tristeza.

—¿Por qué?

—No lo sé, él me lo dijo, yo confiaba en él, eso me ganó por ser confiada —escuché que ella comenzó a llorar.

—No es tu culpa, es de las malditas abominaciones que hay en este mundo, créeme he pasado cosas muy feas.

Por un momento no escuche nada más que sus sollozos.

—Soy Silvia —dijo ella, se levantó y en su pierna había una cadena, comenzó a caminar hasta mí y se sentó a un lado mío.

—Yo soy Jessica, ¿Desde cuándo estás aquí?

—Unos días.

—Yo hace dos días, solo que estaba en otra habitación, bueno, no sé si en una habitación, mis ojos estaban vendados, no podía ver nada, ni siquiera escuchar.

La perilla de la puerta comenzó a escucharse, rápido Silvia se puso de pie y corrió a donde estaba.

La puerta se abrió, la luz hizo que rápido cerrara mis ojos.

Alguien entró, no podía ver su rostro, seguro es el hombre que me trajo aquí.

—¡Por favor, déjanos ir! —suplicó Silvia poniéndose de pie.

Dejo algo, salió y cerró la puerta.

—¿No habla? —pregunté confundida.

—No, creo que no quiere que sepamos quién es, pero su ayudante si habla, yo lo conocía, solíamos ser amigos, él me traicionó.

Oscuros Secretos (50 días #2)Onde histórias criam vida. Descubra agora