Prohibited; Hyunlix | Kookgi

;;prefacio

Madrugada del 26 de Mayo.

— Debe ser una maldita broma... mierda, vamos, espera.

— Joder, cálmate, mírame... Minho, míranos... no pasa nada.

— No es cierto, tuve que protegerte... esto es mi culpa.

— Mira, está bien, lo hiciste muy bien... eran demasiados.

— Jungkook...  Hyunjin y tú, están heridos, ellos los lastimaron.– Sollozó Minho.

—  Lo sé, y ellos me van a pagar muy caro su falta de respeto, así que tú no te preocupes por eso.

Minho estaba temblando por la repentina frustración y decepción que no hace mucho había inundado su sistema, Hyunjin estaba sangrando por su descuido, Jungkook se encontraba considerablemente herido, pero no podía parar, no era una opción perder a ninguno de los dos.

Pisó el acelerador al fondo, incluso en esas condiciones, su habilidad lo enorgulleció, maniobró con una mano y con la otra apuntó con un arma a todo lo que se consideraba un peligro, todo había sido una emboscada, esos hijos de perra se habían burlado de él en su cara.

Yendo tan rápido como les era posible, un fuerte ruido les quitó un poco de paz, solo un poco, no se desesperaron aún sabiendo que estaban siendo perseguidos por una de las más grandes asociaciones del bajo mundo y sin contar que la policía se dirigía tras ellos, las ratas lejos de hacer ley eran uno con la mafia más asquerosa que existía.

Hyunjin analizó la situación en silencio, por más que Minho y él estuvieran en buenas condiciones para seguir, sabían que estaban atrapados, el final del camino estaba infectado con policías y el regreso no parecía ser una buena idea, la gente que quería verlos muertos estaba en grandes cantidades custodiando el lugar. Hyunjin no temía por su vida, sino por la de su familia. Estaban rodeados, no tenían salida, pero no iban a perder, no era tan fácil que ellos cayeran.

Su deber y su única prioridad era que cada uno de ellos llegara a salvo a casa. Nadie debía morir. Ellos subieron a su coche esa noche sin ser realmente consientes de que se lo prometieron a Seokjin antes de salir de casa por lo que sería; La última vez.

— Minho escucha.– Hyunjin alzó la voz.— Da el volante por unos segundos a Jungkook y siéntate a mi lado.

— Imposible.– Le contestó.— Tiene una bala incrustada en su brazo derecho, y su abdomen también está sangrando, seguramente tiene un maldito rastreador incrustado en alguna parte, también ya ha perdido demasiada sangre, no podrá soportarlo.

— ¡Puedo hacerlo, no me subestimes! – Jungkook gritó mirándolo suplicante, no entendió las intenciones de Hyunjin de enviarlo directamente al frente, incluso en su condición, pero no iba a cuestionarlo.— Aprovecha que esas mierdas lentas, van lo suficiente lejos de nosotros, dámelo.

— Siento que algo me están ocultando ¿Qué está pasando? – Minho pasó fácilmente de un asiento a otro y se posicionó a un lado del más pálido, miró con preocupación como la sangre caía por su rostro y se formaba un nudo en la boca de su estómago. Seguramente él piensa que debería haber dado más.— ¿Qué está pasando, Hyunjin? Jungkook no está en condiciones, tú sabes claramente eso, si sigue moviéndose, va a morir desangrado.

— Minho escucha atentamente... Tú, volverás a casa con ese maldito sobre y le pedirás a Yoongi y Hoseok hyung que los saquen de aquí...– Minho lo miro aterrado, sintiéndose aún más inútil, pero las indicaciones de Hyunjin eran claras, no había necesidad de preguntar de más.— Jungkook, por favor cuida a mi familia... tu sabes que yo confío en ti.

— ¿De qué estás hablando? Ni siquiera lo pienses.– Minho después de todo rechazó rotundamente la idea de Hyunjin.— Los tres llegaremos allí. No pienses que puedes hacer todo por tu propia cuenta, eso solo hará que te maten.

— Ho, mírame por favor.– Hyunjin tomó el rostro de Minho manchado con sangre en el proceso, Jungkook sin parar de conducir los miró y tragó el nudo en su garganta. No puede contar con las manos las veces que vio a Yoongi de esa manera, cuidando a su familia igual como lo estaba haciendo Hyunjin en ese momento.— No llores, mírame. Jungkook está perdiendo mucha sangre. Si continuamos aquí, no sobrevivirá.– Minho miró hacia adelante y vio al pelinegro apretando el volante tal vez con todas las fuerzas que quedaban en ese momento.— Llévalo a casa y sácalos de allí... Cuando te diga, tomarás el volante, hazlo. No dejes de conducir hasta que lleguen a un lugar seguro, no deje que Jungkook muera.

Minho lo miró por unos segundos, Hyunjin sostenía directa y firmemente su mirada y sin decir nada más, asintió y se movió hacia el lado de Jungkook otra vez. El pelinegro lo miró con desolación, pero le hizo una promesa silenciosa mientras se mantenía esperando escuchar de nuevo la voz de Hyunjin.

— No te detengas sin importar que suceda, lo dejó todo en tus manos.– Minho miró fijamente la ruta y no contestó sus palabras.— ¡Ahora Minho, acelera!

Minho pisó el acelerador con la misma fuerza con que se mordió la lengua mientras las lágrimas corrían por su rostro, Jungkook cerró los ojos en el momento en el que su mejor amigo saltó sin miedo en sus acciones del vehículo.

Hyunjin confiado de la capacidad de Minho, y en la vitalidad inagotable de Jungkook, lo dejó todo en sus manos. Los únicos amigos con los que contaba en ese momento fueron su ametralladora, su coraje, su amor por su familia y el amor puro e incondicional que sentía por uno de los menores que dejó en casa.

Cargó su arma y comenzó con su misión, si moría esa noche, no le importaba. Perdería su vida salvando a aquellos que más amaba.