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"De aquel amor de música ligera... Nada nos libra... Nada más queda..."

*Seguimos con el flash back*

-Gus, esto no es una broma. Estoy embarazada-

-Pero, ¿Estás segura? ¿Te hiciste bien el test?-

-Si Gus- Me tomó del hombro -Se que tu no quieres tener más hijos, así que...-

-No se te ocurra abortar- La corté rápidamente.

-No, Gus. Yo lo que te quería decir es que me voy a Córdoba de nuevo-

-¿Cuándo vuelves?- Bajé la cabeza. Sabía a lo que quería llegar con eso.

-No creo que vuelva. Quiero críar al bebé en un ambiente tranquilo. No puede vivir con tigo-

-¿Cómo? ¿Crees que soy mala influencia para él?-

-No. Sólo digo que no quiero que tenga un padre al que no está nunca en su casa, por que ni creas que te vayamos a acompañar a las giras que hagas-

Me acerqué a ella un poco más -Sara yo te amo. Si crees que es lo mejor para el bebé haslo-

-Entonces- Miró con los ojos cristalizados -Hasta acá llega lo nuestro- Me respondió con un hilo de voz.

-Si tu lo quieres así, Sí-

La ayudé a empacar sus cosas. Callados metíamos la ropa en las valijas. Todavía su embarazo no se notaba, solo estaba de unos días. Ella, como siempre, ocultaba la tristeza que tenía en su rostro tapándose con su cabello. Cada tanto notaba como se secaba las lágrimas. Yo no quise ocultar nada, quería demostrarle que estaba triste y que no quería que se vayan. Eran lo más preciado que tenía hasta el momento.
En esos días, yo no veía mucho a Lisa y Benito por que vivían en Chile junto a Cecilia. Mi madre, mis hermanas y Sara eran lo más cercano que tenía a una familia.
Mientras terminábamos de empacar las cosas de Sara, busqué un collar de hilo con una pequeña piedra preciosa que había comprado en uno de mis viajes a Perú. Cuando lo encontré, me acerqué a ella y se lo di.

-Recuerda que siempre te amaré- Se lo coloqué.

-Yo también te amo- Agachó la cabeza.

El remis no tardó en llegar. Sara no permitió que la llevase al aeropuerto, ya no quería tener una despedida más triste de como la estaba teniendo.
La ayudé a cargar sus valijas hasta el auto, me dio un abrazo y se subió al vehículo. Puse mi mano en el vidrio y ella desde adentro hizo lo mismo.

🎶

Nueve meses después, sin contacto alguno de Sara, recibí una llamada de su mamá.

-¿Gustavo?-

-Si soy yo-

-Soy Avelina, la mamá de Sara. Quería decirte que el bebé va a nacer mañana por la mañana. Le van a hacer cesárea-

-Okey. Mañana mismo estoy allá- Colgué la llamada.

Tomé un par de prendas y las guardé en una mochila. Llamé a un taxi y me fui al aeropuerto.
Corrí para tomar el primer vuelo a Córdoba.

-Señor no hay vuelos a Córdoba hasta mañana-

-¿Qué? Pero yo necesito ir ahora-

-Perdoneme pero no sale ninguno hasta mañana por la mañana-

-Okey. Gracias-

No supe que hacer. No tenía ningún vuelo por tomar, mi hija o hijo estaba por nacer al otro día y yo estaba a kilómetros de Córdoba.
Me senté en una silla junto a mi mochila. Agarré mi teléfono y llamé a Adrián. En la llamada le pregunté que podía hacer para llegar a de una buena vez a la provincia.

Mereces Lo Que SueñasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora