Capítulo 32

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CAPÍTULO 32

Todos los invitados estaban confundidos. Algunos, inmediatamente, miraron hacia donde se encontraba la pequeña familia. Estos, especialmente Victoria, estaban preocupados. Emiliana estaba que casi encendía en rabia, «¿y a esta quién la invitó? ¿Qué hace aquí?»

—Vete de aquí, nadie te invitó. —Le dijo Emiliana, acercándose un poco hacia donde estaba y Ariana solo negó mientas hacía pucheros. Se veía tan ridícula, pero ya nada le importaba.

—Qué lástima, pequeña, yo que venía a darte el mejor de los regalos, y claro, el más importante. —Se rio a carcajada limpia y macabra, casi así que los invitados comenzaron a incomodarse y querer irse, era evidente que la fiesta se había arruinado.

—Ariana, solo vete, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir —quiso intervenir Pablo, confundiendo a su acompañante Lottie con quien había entablado una animada conversación—. Solo...

—¡Cállate! —Eso sobresaltó a todos, ahora se entendía mucho menos la situación—. Querida Emiliana. —Se acercó a la chica y esta retrocedió con temor, incluso Victoria entró en alerta y se puso tras ella—. Yo solo vine a hacerte un favor, no creo que sea malo el que yo esté aquí, para decirte la verdad.

—¿Verdad, qué verdad? —Victoria entró en pánico terrible cuando Emiliana mostró interés. ¿Acaso sabía de la mentira? ¿Cómo se había enterado? ¡No podía ser!

—Ninguna, lárgate —intervino Harold, tomándola del brazo e intentando llevarla afuera.

—Oh, no, no. —Ariana estaba más cínica que nada en ese momento, cualquiera que la viera diría que estaba frente a una psicópata obsesiva, en verdad daba miedo—. Harold, esa niña no puede seguir engañada, creyendo que tú eres su verdadero padre cuando no es así.

Escupió gustosa aquellas palabras. Victoria cerró los ojos, sintiendo un clic en el pecho, como cuando tu corazón se rompe, se despedaza en mil piezas. Quería llorar, esa mujer había arruinado todo. Harold, por instinto, miró a Emiliana. Ella tenía el ceño fruncido, ¿qué rayos había dicho?

—¿Mamá, de qué está hablando? —Victoria, del temor a su reacción, no pudo mirarla a la cara, ya estaba con los ojos cristalizados—. ¿Por qué dice eso? Mamá, responde. —Emiliana ya comenzaba a dudar, su madre le estaba evadiendo, quizás era porque era verdad lo que Ariana decía, sus ojos picaban de pronto.

—Es verdad, pequeña —repitió Ariana—. Harold no es tu padre, tu madre te ha mentido toda tu vida, ni siquiera ha de saber quién es, seguro.

¿Qué nadie podía hacerla callar? Dudaba Lottie, pero incluso ella estaba en shock para impedirlo. Eva estaba siendo retenida por Aarón, pues estaba entrando en rabia, quería golpear a Ariana.

—Emiliana, yo...

—¡No! —lo interrumpió Emiliana, ya hiperventilando alterada por lo que acababa de confirmar con solo ver a su madre. No necesitaba decirle ya nada, pues el solo hecho de estar llorando le daba a saber que no mentía. Y es que Victoria ya no podía más, todo el día había estado mal, sintiéndose incómoda y preocupada, que simplemente el momento ya no la dejó hacer más que liberar su pesar y no hacer nada para impedirlo.

Otra manera de mirarte© [Miradas 1] Disponible en físicoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt