Capítulo 12.

257 14 1
                                    

++LIV++

Por suerte aquella era la última semana que tenía que pasar allí. Al lunes siguiente Nikolay vino a recogerme y me llevó de vuelta a mi apartamento. Cuando abrí la puerta todo seguía hecho un caos; parecía que había pasado un huracán por la casa y aún seguía habiendo agujas y restos de colillas por todas partes. Me avergoncé tanto del imperioso desorden que había que me puse roja, pero a la misma vez me costaba mucho estar allí. Ver todo aquello me afectó demasiado, sabía que si vivía en un lugar así recaería rápidamente y todos los meses de trabajo se esfumarían como si nada.

-Siento mucho que todo esto esté así; que vergüenza por favor.

-No te preocupes... ¿Estás bien? -por lo visto se notaba mucho mi cara de terror.

-Sí, no es nada. Es que volver aquí y ver todo esto...

-Debe de ser duro para ti -asentí-. Si quieres yo me encargo de limpiar todo este desastre.

-Ni loca voy a dejar que hagas algo así; esta es mi casa, no voy a permitir que alguien como tú limpie toda mi mierda.

-¿Cómo que alguien como yo? Yo no soy nadie especial, si nos conocemos de toda la vida.

-Sí que lo eres. Eres mi invitado.

-Creo que necesitarás ayuda...

-No, no la necesito -le interrumpí; de repente me puse muy alterada sin motivo alguno.

-Liv relájate un poco, recuerda que debes parar y respirar para calmarte. Acabas de salir del centro, no lo eches todo a perder el primer día.

-Llevas razón -para tranquilizarme siempre debía dejar lo que estaba haciendo y respirar profundamente mientras contaba hasta diez. Después de hacerlo me sentía mucho más calmada.

-¿Mejor?

-Sí.

-¿Me dejarás que te ayude?

-De acuerdo -dije en tono remolón.

-Así me gusta, mucho mejor -dijo sonriente mientras me daba un pequeño abrazo.

Entre los dos nos pusimos a limpiar el apartamento; aunque fuese pequeño, tenía muchas cosas que limpiar y nos llevó casi un día entero. Pero por fin volvía a ser un sitio normal. Después de ver cómo acabó todo me sentía muy contenta de que Nikolay estuviese conmigo para ayudarme. Me reconfortaba saber que estaba con un conocido de toda la vida, aunque ya no tuviese a nadie de mi familia biológica. Era bonito saber que todavía quedaba alguien y que se preocupaba por mi.

Aunque terminamos muy tarde, Nikolay no quiso quedarse aquella noche en mi apartamento y decidió volver a su hotel. Entendía su decisión pero en el fondo me dolió que no quisiera quedarse.

A la mañana siguiente me desperté temprano porque la luz que entraba por la ventana iluminaba toda mi habitación. Después de darme una larga ducha, fui a vestirme pero cuando abrí el armario no tenía nada que ponerme. No es que yo fuese exigente a la hora de vestir, pero me di cuenta de que la ropa que llevaba consistía en camisetas que dejaban ver el ombligo y pantalones cortos, aparte de la ropa negra que me ponía cuando trabajaba para Tony; creo que ya iba siendo hora de renovar mi estilo. Vi que en el fondo del armario había un vestido de fiesta muy bonito; era uno de los que me compré con Missy y Nathan una vez en Las Vegas. Me daba lástima verlo, porque sabía que había gastado el dinero tontamente ya que no volvería a ponérmelo nunca más. Escuché mi móvil vibrar y di un respingo por el susto; me acerqué a él y vi que Missy me envió un mensaje diciendo que todos vendrían a verme. Le escribí otro diciéndole que sería mejor en otro momento, pero sabiendo como era ella, no podría hacerla cambiar de opinión y borré el mensaje. Me apresuré a arreglarme porque vendrían en cualquier momento. Cogí una camiseta negra que tapaba mi vientre, un pantalón corto y comencé a secarme el pelo. Pasada una media hora o así escuché el timbre y supe que eran ellos. Pero cuando abrí me sorprendí al ver que no se trataba de ellos, sino que era Bobo, el camello maloliente y algo despistado que me solía vender toda la droga que antes consumía. La gente lo llamaba así porque era... un bobo.

Catch me if you canDonde viven las historias. Descúbrelo ahora