El hombre milenario

Capítulo 1

Hola, mi nombre es... Bueno qué importa mi nombre ¿no? Si estás aquí es porque te interesa mi historia o, de menos, te llamó la atención para bien o para mal. Todo lo que creas saber sobre el mundo es un poco distinto a la realidad. El cómo lo sé es un poco complicado de contar pues me ha costado mucho llegar al lugar (y tiempo) en el que estoy. Puede no sonar complicado pero créeme que lo fue para mí.

Para empezar nunca pensé que esto fuera posible. Desde hace unos años se podría decir que me convertí en una manía, es decir, alguien obsesionado con una sola cosa, y eso es cambiar el pasado. No creo de ninguna manera que el destino esté escrito, creo en cambio que nosotros podemos forjarlo a nuestras expectativas. Desde Luego que forjarlo requiere más que pensar en ello o soñarlo, requiere dedicación y esfuerzo.

Sin embargo, tardé demasiado en entender esto, toda mi vida hasta aquél día para ser exactos.

Toda mi vida ha estado equilibrada dentro de ciertos margenes, ¿a qué me refiero con esto? pues quiero decir que hubo (y hay) tanto cosas buenas como malas, pero ¿a quién no le gustaría cambiar los aspectos malos de su vida? regresar al pasado, con lo que sabes ahora y con ello mejorar tu vida tanto como quisieras.

Bueno aquí es donde empieza mi manía. 

Hace ya un tiempo me hice la pregunta: ¿qué pasaría si regresara a cambiar lo que no me gusta? ¿y si regresará con todos mis conocimientos al pasado y me aprovechara de ellos para sobresalir? 

No me malentiendan, mi vida no es mala, tengo mi familia, mi pareja, mis títulos universitarios, un trabajo que ni me desagrada ni me apasiona, y una modesta casa. Pero hay muchos aspectos que me hubiera gustado cambiar. Muchas ideas que nunca pudieron salir a la luz pues nunca tuve los recursos para hacerlas realidad. Y, por último, muchos sueños que no pude cumplir porque jamás tuve la valentía ni los recursos para lograrlos.

Entonces, basado en lo anterior, comencé a divagar cada vez más en esos pensamientos, al principio no era tan notable, sin embargo, fue acrecentándose poco a poco hasta que comencé a prestar menos atención a lo real y más a mis adentros.