capítulo diez

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Hoy es lunes, no he sabido nada de estos dos últimos días han pasado volando, ayer fuimos con mi madre a ordenar nuestras cosas antes que llegarán los del Banco. Sólo traje la ropa que quedaba en mi cuarto, el resto de las cosas las dejamos en cajas guardadas en una bodega. Amelia llegó anoche de su viaje de "amigas" no ha hecho más que quejarse de que seremos pobres. Que tienen las mujeres de mi familia con trabajar. Aún no lo entiendo, yo sólo quiero terminar de estudiar y comenzar a ejercer en mi carrera.

Miro el reloj, son las nueve de la mañana debía levantarme para ir a clases, la rutina había vuelto a la normalidad sólo que ahora tenía un trabajo más, ignorar por completo a Cristiano. Lo odio, me hizo confesar mis sentimientos luego de eso me vota como si fuera un juguete viejo y usado.

No me arrepiento de la maravillosa noche que vivimos juntos pero si de lo que vino después. Escuchar esas palabras salir de sus labios fue como mil puñales en el corazón.

Tomó mi celular y llamo a mi prima Mary, como todos los días quedamos de tomar desayuno en la cafetería de la Universidad.
El día comienza como cualquier otro, duchandome mientras escucho música en mi celular.

Termino de arreglarme y salgo hacia mi coche, el auto de Cristiano aún está en su estacionamiento supongo que irá a clases más tarde.

Me encojo de hombros y subo al auto, mientras conduzco pienso en todo lo que ha pasado desde que llegue a vivir a ese departamento.

-mi hermana salió de viaje
-Cristiano confesó amarme
-arrolle a Máx
-confese mis sentimientos
-Tuve sexo con Cristiano
-estamos en quiebra
-Mama y Amelia regresaron.
Y lo mejor ahora vivimos todos juntos.

Demonios si mi madre no se diera la vida de rica con lujos y viajes, de seguro el dinero que papá dejo antes de morir aun estaría o al menos la mayoría.

Estaciono en un lugar vacío, cuando abro la puerta para salir un chico de interpone en mi camino.

-Hola Anabel. - dice mientras me besa la mejilla.

-Hola Max, que gusto verte.- me sorprende verlo.

- ¿como estas? Aún sigues culpandote por el accidente.

-Que va, fui muy tonta ¿como sigue tu pierna?

-excelente ya está mucho mejor.- dice mientras sonríe.

Porque no pude enamorarme de alguien así.
Mientras sigo hablando con Max veo entrar el auto de Cristiano y estacionar frente al mío. Intentó ignorar el hecho que parece lanzarme dagas con los ojos. Yo sonrió más y tomando a Máx de la mano camino hasta el comedor en busca de mi  prima Mary.

-por fin llegas pensé que me dejarías plantada.

-Hola Anabel ¿como estas? Yo muy bien gracias por preguntar.- digo sarcástica.

-Si como sea tengo mucha hambre.- levanta la cabeza y nota a Máx.

-Hola soy Max,  amigo de Anabel.-dice mientras le da la mano.

-un gusto, soy Mary prima de Anabel.- desde cuando no prima se sonroja

-Máx es el chico que arrolle el viernes, lo encontré afuera así que lo invite a desayunar con nosotras ¿ no te molesta?.

-por supuesto que no, hay espacio suficiente para alguien más.- dice muy emocionada.

-Gracias chicas.- Max le da una sonrisa baja bragas a Mary  Y ha está parece darle un ataque al corazón.

Los dejo charlando y voy por mi desayuno y el de Max,  no lo haría caminar sabiendo que su pierna aún está delicada.
Llego al Mesón y para mi desgracia cristiano está delante de mi, agarró dos bandejas y comienzo a llenarlas. No es necesario saber que el esta pendiente de todos mis movimientos. Pasó por su lado y le informo a la cajera que iré a dejar una bandeja y volveré a pagar y buscar la otra.
Le entregó la bandeja a Máx y como siempre el me da las gracias y besa mi mejilla.

-Hola Anabel.- dice Cristiano lo miro a los ojos y en segundos me arrepiento.

-Hola Cristiano, ¿vas a pagar o te quedarás estorbando?.- digo totalmente fría que noté que lo odio.

A quien engañó no podría odiarlo por más que lo intenté.

-Sólo quería decirte algo.

-pues dijo de una vez, no tengo tiempo para tus estupideces, cuñado.- le sonrió falsa mente y pago mi desayuno ante la atenta mirada de la cajera.

-te amo.-dice Cristiano cerca de mi oído, no se en que momento paso pero mi bandeja terminó en el suelo y mi mano impactando  en su mejilla.

-nunca más, escuchame bien, nunca más me vuelvas a dirigir la palabra en tu vida. -digo mientras me seco una lágrima que corre por mi mejilla.

No se en que momento llegaron Max y Mary a mi lado, ella sólo me abraza y me dice que estaré bien. Ella más que nadie sabe que eso no es cierto.

Feliz lectura 🐣🐤🐥
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Pd: perdón la tardanza

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