Capítulo 12.

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Cuatro veía televisión junto a dos, ambos eran los únicos despiertos a esas horas. Lo único que pasaba por la mente de tres era la carrera, ya quería que fueran las ocho de la noche para irse.

Cuatro jugaba con sus dedos mientras veía el programa, dos se da cuenta de los nervios de su amigo.

-Tranquilo, viejo. -Dijo dos con una sonrisa.

Cuatro frunce el ceño, pues no sabía a que se refería.

-¿Tranquilo de que? -Dijo cuatro viéndolo raro.

-No le diré a nadie sobre tus sueños húmedos con Kuki. -Dos levanta las cejas pervertidamente.

-¿Que son sueños húmedos? -Sentía curiosidad, había escuchado a sus amigos hablar de eso pero nunca se atrevió a preguntar.

-¿Eres estúpido? -Preguntó dos con burla.

-¡Oye! -Dos rio. -Solo quiero saber. -Dijo cuatro levantando sus hombros.

-Sueños húmedos es cuando sueñas que estas teniendo sexo con la persona que te gusta. -Cuatro lo miró aún más confundido.

-Ammm... ¿Que es sexo? -Dijo cuatro rascando su nuca.

-Eso no te lo puedo explicar ¡Que asco! -Dijo dos haciendo una mueca.

-Como sea. -Cuatro levantó sus hombros restándole importancia.

(...)

Dos y cuatro iban a las carreras, toda la tarde se la pasaron viendo televisión y hablando tonteras.

Estaban pasando frente a la casa de tres, afuera de ella estaba una limusina, eso solo significaba una cosa; Bruce.

Cuatro sintió una pequeña punzada, solo se limitó a sacudir su cabeza y seguir caminando hacia la carrera.

Cuando llegaron dos miró a sus amigos y los señaló para que cuatro los viera, se dirigieron hacia ellos los cuales los saludaron con un choque de puños.

-Muy bien, haya están los adolescentes. -Dijo un chico señalando al grupo de jóvenes que se acercaban con sus bicicletas. -¡Cuatro! -El giró a verlo. -Tu correras primero, quiero ver que es lo que tienes. -Cuatro asintió y se acerco a su bicicleta.

Tu puedes. -Pensó.

Se subió a la bicicleta y se acercó a la línea de salida, su otro contrincante ya estaba en ella.

-Todo vale. -Dijo un adolescente con una sonrisa de lado. -A la cuenta de tres... -Número tres vino a la mente de cuatro en ese instante, un nudo se formó en su garganta, carraspeo para disimular. -Saldrán disparados... -El chico miró lo que cuatro hizo, lo miro con una sonrisa burlona. -¿Que? ¿Quieres llorar enano? -Cuatro giró a verlo y sonrió.

-Ni en tus sueños. -El chico lo miró y asintió.

-Eres grosero, me gusta. -Todos giraron a ver de quien se trataba.

-¿Que haces aquí? -Preguntó cuatro, ochenta y seis sonrió con pervertides.

-Vengo a verte, peque. -Cuatro frunció el ceño.

-No me digas peque. -Dijo entre dientes.

-No deberías de estar aquí. -Dijo un adolescente.

-¡Tu callate! ¡Vengo a ver a mi novio! -Grito ochenta y seis, cuatro abrió los ojos como platos.

¿Novio? ¿Desde cuando eran novios?

-¡Vete al demonio maldita loca! -Grito cuatro y se giro.

Eres Mia Número 3. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora