5. Verdades que nadie necesita saber

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Perspectiva de Gabriel

Miles se sentó en frente de mí y colocó un vaso de café al lado de mi laptop. Levanté la mirada y me encontré con que él tenía uno igual. Me encogí de hombros y tomé el café para darle un sorbo.

—Está amargo —murmuré.

—Como tú aura —respondió con una sonrisa.

Traté de esbozar una sonrisa —Me gusta amargo.

—Lo supuse —dijo levantándose de la silla— ¿qué haces?

—Una presentación para mi clase —respondí volviendo a concentrarme en mi laptop.

Miles se acercó para ver en lo que trabajaba, pero se apartó al no entender. Es normal, eso era química orgánica de tercer año y él no llevaba ni siquiera un semestre de universidad.

—Por cierto, te dejaron un regalo en el horno —dije con una sonrisa torcida.

Miles frunció el ceño y se acercó al horno para sacar los panqueques que habían dejado ahí al mismo tiempo que Mac entraba a la cocina con una toalla en su cabello.

—Cielos, alguien en serio quiere tu virginidad —comentó.

Miles le sacó la lengua —¿Cómo sabes que es de Madeline?

—Porque las otras dos están locas por el trastornado y yo no sé cocinar —respondió.

Miles esbozó media sonrisa y tomó un tenedor para comer los panqueques.

—Al menos sabe cocinar —dijo, pero apenas probó un trozo del panqueque, lo escupió en una servilleta— olvídalo ¿con qué demonios los hizo, pimienta?

Mac rió —Tenemos que admirar su tenacidad, eres el único chico de esta universidad con el que no se ha acostado. Debe estar casi desesperada.

Miles se encogió de hombros y le tomó un par de segundos entender la oración. Se giró lentamente hacia mí con una ceja alzada, yo solo esbocé una sonrisa vanidosa.

—¡No manches! —gritó impresionado.

Me reí en voz baja —Era nuevo en la universidad, fue mi primera vez consumiendo algún tipo de droga y ella es increíblemente inteligente si se trata de engatusar chicos.

Miles dejó caer su cabeza en la encimera. Cassandra entró a la cocina y se detuvo al ver como Miles murmuraba cosas en voz baja, con la cabeza gacha.

—Cada vez me convenzo más de que él es el trastornado —comentó pasando por mi lado hacia el refrigerador.

Sacó un agua mineral y un yogurt. Cass tenía esa mala costumbre, comer cualquier cosa acompañada de sorbos de agua para que después, al vomitar, no se le complicara tanto.

—¿De qué me perdí? —preguntó.

—Gabriel se acostó con Madeline —respondió Mac.

Cass rió —Todos saben eso.

—¿En serio? —pregunté.

Cassie asintió con una sonrisa burlona —Estás en su lista.

—¿Su lista? —preguntamos los tres al mismo tiempo.

Cassie rodó los ojos mientras se sentaba a mi lado —Maddie tiene una lista en una de las puertas del camarín de animadoras, ahí están todos los chicos con los que se ha acostado. Mac, tú estás en azul igual que Gabe.

—¿Qué significa el azul? —pregunté.

—Chicos con los que lo haría de nuevo —respondió.

El club de los inadaptados.Where stories live. Discover now