Capitulo 20: Un día como otro cualquiera.

862 68 5
                                    

-¿Cómo va tu proyecto final?-

Una pregunta un poco rara viniendo de quien viene, de Gigi. ¿Se habrá vuelto loca?

- Genial.- respondo sin siquiera mirarle a la cara.

Tengo miles de exámenes en esta época; me he tenido que venir a la biblioteca porque mi maravilla amiga Sophie quería su cuarto para ella y un chico que hacia un tiempo venia conociendo. Y claro, no iba a quedarme ahí en medio, sería raro... El caso es que tengo que concentrarme y lo último que necesito es que esta maravillosa mujer venga a darme la lata.

-¿No deberías haberlo acabado ya?-

- Me gusta hacer las cosas bien.-

- Claro, se me olvidaba que eres perfecta. Perdóname guapa.-

Ante esa respuesta levanto la cabeza con el ceño fruncido sin entender que hace con su vida a lo que ella se limita a sonreírme y coger su móvil. Pensando que ya se ha callado vuelvo a lo mío hasta que suena mi móvil. Es un mensaje de ella. De nuevo hago la misma acción anterior.

- Vamos, mira.- pide menos simpática que antes.

Sin entender demasiado de que va todo esto miro el móvil. Para ser exactos no me ha escrito nada, en cambio me ha mandado unas fotos. Dos para ser exactos.

No puede ser.

En ellas aparecemos Jeffrey y yo la misma mañana de después de la fiesta de noche vieja, el momento cuando me iba a llevar a la residencia. Qué casualidad. Ninguno de los dos tenemos caras de guapos, la verdad. En ellas se ve como salimos de la casa de este y la otra ya montados en su coche.

Miro a Gigi con el labio mordido pero no de haber metido la pata.

- Vaya, te felicito. Son muy buenas.-

- Deberías andarte con cuidado.- añade a modo de amenaza.

Me rio pero por lo bajo. No llevo ya unos días de mierda como para que venga a esta a jodermelo más.

-¿Con cuidado de qué? Son fotos completamente normales que puedes echarle a cualquier persona. Vamos... A ver si te piensas que el señor Morgan no tiene amigos fuera de toda esta mierda.-

-¿Que salen de su casa a la mañana siguiente?-

-¿Y porque crees que es por la mañana? Demuéstralo.- le respondo sonriendo y vuelvo a lo mío, no voy a perder más tiempo.

Con un gruñido se marcha. No puedo evitar volver a mirar esas fotos ¿Quién coño las habrá hecho? Es que tiene tela.

Continuo estudiando una o dos horas más, no las cuento. Cansada miro el móvil para ver la hora y me fijo que hay un mensaje de Sophie de hace un rato largo diciendo que ya podía volver. Y eso voy a hacer. Al llegar a la habitación y a pesar de estar las ventanas abiertas hay un extraño y pesado olor. Y no me refiero al sudor.

-¡¿A que huele?!- pregunto con el rostro asqueado.

-¿Tu qué crees?- responde esta con una amplia sonrisa.

- No me refiero al olor a sexo. Huele a algo peor. Es horrible.- olfateo y mi cara se asquea un poco más. - Huele a coco.-

-¡Ah sí! Es que Alex venia perfumado así.-

-¿Así? Ya no me gusta nada.-

- Pero si no lo conoces.-

- Si usa algo de coco no necesito conocerlo. Y tampoco de vainilla.- digo mientras dejo las cosas sobre la mesa y me vuelvo a Sophie señalándola. - Y te advierto que como vuelva a oler así aquí no follais más.-

- De verdad que especial eres con los olores.-

Y así son todos los días. Me tumbo en la cama. Estoy muy cansada.

-¿Cómo ha ido el estudio?- pregunta por preguntar.

- Meh, aburrido como siempre.... Aunque bueno, he estado hablando con Gigi.-

-¿Tu?- pregunta sorprendida. -¿Estas bien? ¿Está bien?-

- No demasiado.- respondo con una risa irónica. - Me ha enseñado unas fotos...- digo mientras se las enseño. - Y lo más gracioso es que me ha amenazado con que tenga cuidado. ¿De qué va?-

- Vaya... aun así... no sé, podría ser malo para vosotros.- dice no muy acorde con mi respuesta mientras mira de nuevo las fotos muy interesada. - Esto me suena...- añade por lo bajo.

- Vamos, seamos lógicas con esto no demuestras nada. Que me haga una foto donde se vea que lo beso o algo, entonces si tiemblo.-

- Ah, ¿Pero que os habéis besado?- pregunta sorprendida.

-¡No, por dios! Por eso mismo. Que si ya fuera malo salir de la casa de alguien. Bueno, que haga lo que quiera. Todo esto está siendo una tontería demasiado larga.-

Y aun así me espero lo peor de esta mujer.

Suspiro y miro el móvil. Tengo un mensaje de Steve.

Desde lo de la semana pasada no hemos parado de hablar en plan bien; cuando quiere ser majo se nota. O tal vez se haga el simpático para follar. No lo sé y la verdad es que no me importa, me distrae bastante de lo que es toda esta mierda. También miro la hora pero es pronto, lo único malo es que tengo que ir a trabajar. No tengo demasiadas ganas. Menos mal que ya es final de mes y cobro.

Decido echarme un rato para descansar la cabeza antes de irme. Me despierto justa, como siempre y tengo que salir corriendo sin apenas poder prepararme. Parece que no entiendo que en este siglo las alarmas están inventadas.

Al llegar Samantha está sirviendo las mesas mientras Oscar está en la barra, por lo que entro saludando con prisas mientras voy corriendo a dejar mis cosas y rápidamente me coloco a sustituir a Samantha.

Por suerte hay poca gente los miércoles. Algún que otro cliente habitual de las nueve tomándose una cerveza, uno o dos estudiantes haciendo algo y gente que parece que no viene a nada pero que parece irse encantada. No tardo demasiado en ponerme en la barra y decido cenar pues llevo muchas horas sin comer nada.

Aburrida saco mis apuntes, que otra cosa mejor no tengo que hacer. Y entre el estudio y el aburrimiento aparece la jefa frente a mí.

- Ponme una cerveza fría.-

- A sus órdenes.- respondo y con más de dedicación que al resto de las personas del local; con lentitud pero con buena maña le sirvo la cerveza.

- Haces bien tu trabajo.-

- Lo se.- respondo sonriente.

- Bueno tampoco te emociones que eres fácil de cambiar.-

- Vamos, no me echarías. Soy la alegría del lugar.-

- Bueeeeeeeno...- responde riéndose. - Tengo una propuesta para ti.-

-¿Aumentarme el sueldo?-

- Mejor. Hacer un juego para San Valentín.-

-Vaya... ¿Que me propones?- pregunto interesada.

Proyecto final. «Jeffrey Dean Morgan»  COMPLETA.Onde histórias criam vida. Descubra agora