♕Your Own Story | BillDip [Concurso PD]♕

Animals

Un disparo resuena entre la oscuridad de la noche de septiembre, el frio empieza a calar los huesos en esta época del año, las personas ni cerca estaban del tiro por lo que no era de esperarse que en la siguiente cuadra solo se asomaran bagabundos y animales callejeros, los únicos testigos solo podian reservarse el secreto, ni teléfono ni credibilidad tenian para que alguien le importara el cadaver de la joven mujer a los pies del asesino anónimo que se alejaba a paso elegante sin preocuparse por el alrededor o los turístas que rondaban por la ruidosa calle llena de delincuencia y malas hierbas siendo expulsadas en nubes de humo y nicotina, los pulmones ardiendo y las risas más falsas de la historia resonaban en los tímpanos de los cercanos.

El esbelto cuerpo de las mujeres que vendian su cuerpo a hombres adinerados, mal vistos y asquerosos se hacian de admirar por los hombres de los alrededores, admiran el cuerpo contaminado de una anciana que se hacia pasar por joven con más silicona que validéz. La música de los clubes y las alabaciones de los borrachos hacian vibrar las ventanas de los moteles cercanos a este, donde amantes e infieles se veian sin falta alguna. Al rubio que miraba al frente no tomaba en cuenta ninguna de las circunstancias a su alrededor, el alcohol, las drogas, protitutas, bares, entre otras cosas de esa parte peligrosa de la ciudad le daban igual, no era como si disfrutara de ellas, no en exceso claro.

La puerta resuena en la silenciosa habitación del rubio que acababa de entrar en sus aposentos alejados del ruido y de los chismosos, no deseaba nada de la vida alocada de la ciudad, preferia mejor permanecer en el bajo mundo, aislado de todos.

Se deshace de su abrigo y cirbata mientras se dirigia a su habitación donde, amordasado con cinta y retenido con cuerdas, estaba el cuerpo conciente de su ex amigo de la infancia, Mason, quien tras escuchar el chirrido de la puerta sospechó quien estaba en la habitación y simplemente trató de calmarse ante todo. Durante la ausencia del rubio el castaño inmovíl intentaba con todo lo que podia deshacerse de los amarres y poder irse al carajo de esa habitación, pero los amarres solo lograban dañarle las muñecas y cortarle momentáneamente la circulación logrando con eso que tuviera heridas por fricción y hematomas alrededor de los tobillos. Sus esfuerzos no sirvieron de mucho, otra vez. No era la primera vez que intentaba huir, despues de todo, estaba ahí desde que intervino en el asesinato de su hermana. No sirvió a la final ya que, tras su secuestro, vió en primera fila el cadaver de su hermana en las noticias luego del homicidio. Trató por todos los medios no llorar, tan solo para no darle el privilegio de verlo sufrir.

El piel morena posó sus delgados y largos dedos en las terzas piernas de su rehén haciendolo estremecer por el frio toque, los escalofrios pasaban por la espalda del albino haciendo que se encorvara levemente por las caricias al frio que resibia, trataba de de evitar el miedo, no queria demostrar el temor que le tenia despues de todo lo que hizo, trató de mostrar indiferencia, con la muerte de su hermana le fue muy difícil, y más cuando vió el cadaver de su prometida, Wendy, tuvieron que llamar a los familiares para poder indentificarla ya que su rostro y cuerpo habian quedado irreconocibles. Se sentia como un ratón, acorralado por una serpiente en medio de la nada.

Las frias manos se derretian sobre la calida piel del castaño que seguia temblando ante las caricias proporcionadas sobre su desnudo cuerpo, el pelo apenas visible en sus brazos y piernas, recien depiladas por el rubio, se alzaban por culpa de los escalofrios que sufria el cuerpo del investigador a causa del contrario que no dejaba esa sonrisa ladina que relucia ante las luces del exterior que brillaban con fervor por las fiestas de adolescentes y por los bares cercanos que no dejaban de subir el volumen de la música, la cual no penetraba los oidos de los jovenes en dicha habitación a causa del aislemiento que tenia en las ventanas y paredes, evitando así ruidos indeseados. Las manos del secuestrado se sujetaban de las cuerdas que lo ataban a los extremos de la cama del rubio, esta acción estaba siendo realizada para soportar la atención resibida en su cuello, pecho y piernas por las manos de su captor, aunque no pudiera gemir por culpa de la cinta que cubria su boca, eso no evitaba los suspiros que soltaba ante las atenciones del otro. El castaño tan solo deseaba soltarse y noquearlo de un golpe por todo lo que estaba sintiendo.

El asesino tomó la mordaza arrancandola en un segundo y continuó acariciando el cuerpo de su 'invitado'.

-Ngh – Jadeo el sumiso en esa situación. Los movimientos estaban concentrandose cerca de su intimidad provocandose asco a si mismo, se sentia un depravado por disfrutar esas noches de pasión que tenia con su compañero de la infancia, todo esto por solo saber que tenian relaciones luego de un asesinato cometido por el rubio, se sentia asqueroso.

Cada noche era estar amarrado en algún lugar de la residencia, cuando no era así se la mantenia con una cadena en su pierna derecha la cual estaba pegada a la pared en donde reposaba el inicio de la cama, las salidas eran nulas, cada ventana tenia recubierta y estaba sellada con llave, los vidrios eran resistentas a sunamis y huracanes, por lo que tratar de romperlos era arriesgado y sobre todo estupido, cabe decir que casí nadie pasaba por esas calles de día, que es cuando el rubio menos tiempo pasaba con él, de noche menos se podia, el ruido de las fiestas y los diversos crímenes que se cometian a esas horas lo dejaban por su cuenta si es que lograba escapar, además era improbable que el rubio lo dejase solo en la noche. No saldria con vida de ese lugar.

Los gritos y súplicas resonaban en eco por la habitación. La rubia cabellera se movia al moverse la cabeza sobre la extensión del miembro de castaño, estaba realizando una mamada, lo gracioso era que el mayor entre los dos tenia puesto un anillo alrededor de la cabeza de su pene. No podia correrse ni aunque quisiera.

-¡Ah! – Y así pasó, no logró eyacular.

-Aun no, Mason. – Burló el rubio ante la situación del castaño.

-N-no me llames... Así.

La bondad en el corazón de Bill era tan grande como su delicadesa al matar, era mínima. Simplemente no quizo penetrar al castaño como siempre, esta vez lo haria sufrir. Sacó un consolador de una de las gabetas adentrandolo lentamente en el agujerito anal de su prisionero, con un control que sacó de dicha gabeta lo encendió poniendolo al maximo haciendolo gritar como nunca antes.

-Esto es un pequeño castigo por todos esos años de odio que sentí hacia ti – Pronunció el rubio mientras extendia su sádica sonrisa. No odiaba realmente al castaño, al menos no en su totalidad, pero no es como si lo deseara con vida.

Se levantó de la comoda cama y se fue a la cocina dejando al indefenso Mason inmerso en el placer a la espera de correrse. Unos minutos más tarde el rubio habia vuelto a la habitación notando la venda del castaño mojada por las lagrimas que salian de esta. El pobre castaño no podia soportarlo más, el rubio lo sabia y tuvo que quitarle el anillo para que al fin eyaculara a montones, inmediatamente tomó el control y apagó el consolador.

-Eres... Un cobarde – Dijo el castaño aun recuperando el oxigeno – Solo un cobarde como tú tomaria venganza de algo que pasó hace años.

-Al contrario, – Articuló el rubio – tan solo me divierto con tú sufrimiento, al igual que tu hacias conmigo. Ojo por ojo, diente por diente.

El rubio se retiró no sin antes desatar al investigador, no se podria mover por las energias gastadas, simplemente lo encadenó antes de irse y se fue no sin antes acobijarlo. No pensaba matarlo de fiebre, no con ese clima.

-Eres tan bueno, Bill. – Susurro el joven encadenado – Y no soy como tú.

Silencio. Solo eso recibió del rubio detrás de la puerta que lo escuchó todo.

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TERMINÉ!!! :D