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La semana pasó tan rápido como llegó. El incidente ocurrido el lunes no fue mencionado por ninguno de los amigos. Ni Niall ni Zayn volvieron a pensar sobre lo ocurrido, ya que al regresar a la escuela los esperaba una reprimenda magistral por parte de la directora McGonagall ya que una tormenta de nieve  se avecinaba y ellos andaban afuera del castillo. Harry no pudo evitar sentir intriga; soñaba con el lobo, sentía las pisadas de sus patas cerca y aullidos que emitía como un recordatorio de que algo malo sucedió. El no era de preocuparse por personas que no conocía  pero cuando la vida es demasiado monótona era de esperarse que  sucediera.

Fue hasta ese fin de semana, cuando el regresó a casa de sus padres que se digno a hablar con alguien acerca de eso. Su padre había salido en una misión a América por casos extraños de desapariciones y su hermana estaba editando unos reportajes para El Profeta en su oficina. Lo que dejaba a Harry con su madre; la diseñadora era amante de trabajar desde casa, según ella la inspiraba más estar rodeada de naturaleza (no es broma, su casa está suspendida entre árboles) que de gente alrededor pidiendo opiniones sobre todo lo que se debe hacer en la fábrica.

Harry se encontraba en la cocina comiendo sus empanadas de miel favoritas junto a su madre, quien preparaba el almuerzo mientras tarareaba una canción muggle.

-Mamá - llamó a lo que la mujer tarareo sin mirarlo - ¿alguna vez has conocido a un Metamorfomago? - preguntó a lo que la mujer frunció el ceño.

-Bueno... Si he conocido uno que otro ¿por qué la pregunta? - dijo la mujer tomando su varita, haciendo un hechizo para que la harina y el huevo se integrarán a la mezcla.

Harry se sonrojó y estiró el papel celofán en el que estaba envuelto su empanada.

-Curiosidad, nunca he visto uno y el otro día lo mencionaron en la clase - contestó.

Eres un gran mentiroso, Harry; se dijo así mismo.

-Bueno, son magos que se convierten en animales; algunos pueden convertirse en varios tipos de animales o incluso solo poseer ciertos rasgos - explicó - pero la mayoría de ellos son muy reservados, deben tener mucha confianza con alguien para contarle lo que hacen; incluso son muy pocos y la mayoría proviene de la misma familia y solo se relacionan entre ellos; bueno al menos los que conozco, muchas persona que han recurrido a mí en busca de diseños exclusivos, tenían que hacerme saber de ello para que las prendas sufrieran de ciertos hechizos para que no se rompan o desaparezcan mientras se convierten.

Harry asintió en comprensión y bebió un trago de su té caliente.

-¿Y ellos tienen problemas entre los de su especie ? - preguntó con fingida indiferencia y su mama lo miró confundida - quiero decir, hay violencia o ¿son discriminados por su condición?

-No lo creo, pero he oído que el Ministerio de Magia ha frenado casos en los que personas experimentan con ellos - contesta negando con desagrado - son pocos los que aún se mantienen en el ojo público, la mayoría se abstiene a mantenerse en el anonimato.

Harry paró de hacer preguntas cuando sintió como su estómago se revolvió ante el pensamiento.

Al siguiente día acompañó a su madre a Hogsmeade ya que tenía que llevar un cargamento de túnicas a un puesto en el pequeño pueblo. Harry vestía una capa  negra con decoraciones doradas y un traje floreado de corte encampanado; más de tres personas habían halagado la forma en que los diseños de su madre habían sido hechos para su cuerpo. El se mantenía cerca de la mujer, llevando entre sus manos varios porta trajes.

Al entrar en la tienda sintió como una chica se encargaba de quitarle la capa y darle una taza de té caliente, ella se fue sin más que decir.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2019 ⏰

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