Con solo mirarte,
No es difícil adorarte,
Tu solo déjame acercarme,
Que tu risa quiero congelar.
Contigo soy travieso,
Y aunque no te hablo te confieso
Que tus labios yo merezco
Y tu pelo quiero acariciar.
-Señor, ¿puede bajar la ventanilla por favor?
La pregunta y el golpeteo a un lado de su ventanilla llamo la atención de JongIn, presionando el botón para bajar la ventanilla, dejando ver una fracción del rostro de un oficial. La boina cubría su cabeza, pero JongIn pudo ver un rastro de rubio en las patillas en las orillas de su rostro.
Tomo de la varilla sus lentes de sol hasta despejar sus ojos y le dedico una sonrisa al oficial, recargándose contra la puerta del auto. - ¿Hay algún problema oficial?
El oficial suspiro. -Su auto se encuentra estacionado encima de la banqueta, y se encuentra bloqueando la rampa para discapacitados; amablemente le pido que lo mueva.
JongIn bufo. -Pero si no hay ningún discapacitado por aquí, oficial-JongIn volteo a mirar a ambos lados de la calle y se encogió de hombros-. Mira, ahorita me muevo, estoy esperando a alguien.
-Y no tiene que haber ningún discapacitado para que usted tenga que bloquear la banqueta, y sobre todo la rampa; la persona que espera tendrá que buscarlo en otro lugar, le pido por favor que mueva su automóvil.
JongIn acomodo sus lentes y se recargó de nueva cuenta en el asiento conductor, presionando el botón de la ventanilla para subirla. Casi dejo escapar una risa al ver la cara que hizo el oficial cuando la ventanilla se subió por complejo, sus labios formando una perfecta 'o' y sus ojos mirando perplejos las acciones de JongIn y él no evito sonreír. El oficial era lindo.
Pasaron un par de minutos antes de que volvieran a tocar la ventanilla.
JongIn rodo los ojos y presiono de nueva cuenta el botón, bajando la ventanilla lo suficiente como para que su rostro fuera completamente visible para el oficial, así como el rostro del oficial fuera completamente visible para él.
Debajo del vidrió no había tenido tiempo para apreciar las pequeñas pecas que se esparcían a lo largo de su rostro, resaltando su nariz y esos pequeños ojos que se ocultaban debajo de unas largas pestañas. Y sus labios eran igual de lindos; pequeños, llenitos y rosados.
-Dime bonito.
El oficial suspiro de nuevo. -Primero, soy Oficial Oh, no 'bonito'. Segundo, y le repito, mueva su automóvil, se encuentra bloqueando el paso peatonal además de bloquear la entrada a la rampa para personas discapacitadas. -Las manos del oficial fueron a las orillas de su chaleco, resaltando los trabajados brazos del oficial debajo de la tela de su uniforme junto a un tatuaje que se asomaba debajo de la camisa arremangada hasta el codo.
JongIn asintió. -Sí, ya me lo dijo. Pero le repito, estoy esperando a alguien, ¡de seguro no tarda!
El oficial Oh apretó los labios. -No me importa si está esperando al mismo presidente, eso no le da derecho de bloquear la vía pública. Mueva su automóvil por favor.
